¿Cuál es el estado de las hidroeléctricas que pretendían construirse en el río Marañón?

Foto: Diego Pérez

 

Presente y futuro de las hidroeléctricas Veracruz y Chadín II que pretendían construirse en el río Marañón

 

Escriben Bruno Monteferri y Percy Grandez
Sociedad Peruana de Derecho Ambiental / Marañón Waterkeeper

 

En el 2011, durante el Gobierno de Alan García, se declaró de “interés nacional y social” el desarrollo de 20 centrales hidroeléctricas en la cuenca del río Marañón. Dos de estos 20 proyectos (Chadín II y Veracruz) se ubican en una de las zonas con mayor potencial para el turismo de aventura en el Perú, el cañón del río Marañón entre el pueblo de Balsas y Puerto Malleta.

El proyecto Chadín II de la empresa Odebrecht ha recibido una fuerte oposición a nivel local, dado que inundaría los pueblos de Mendán y Tupén Grande, en la provincia de Luya (Amazonas). En el caso de Veracruz, diversas organizaciones dedicadas a la promoción del turismo de aventura han planteado que este proyecto no se ejecute porque inundaría cuevas, pozas naturales y una de las zonas más bellas del recorrido, dejando sin posibilidad el desarrollo del turismo de rafting en la zona. No obstante ello, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) no se ha pronunciado respecto al impacto de estos proyectos, ante la potencial inversión en el sector.

Durante estos días hemos sostenido diversas reuniones con funcionarios del Ministerio de Energía y Minas (MEM) y hemos solicitado formalmente información al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambientan (OEFA) y al Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace), a fin de conocer el estado de ambos proyectos.

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Los proyectos fueron declarados de interés durante el segundo Gobierno de Alan García. Foto: Andina

1.-     Ninguna hidroeléctrica ha iniciado operaciones en el río Marañón

Tanto los proyectos de centrales hidroeléctricas como “Chadin 2” y “Veracruz”, han suscrito en el 2014 sus respectivos Contratos de Concesión con el Estado peruano, para la generación de energía eléctrica. Esto les habilita a ambas empresas a iniciar sus trabajos de construcción; sin embargo, por diversas razones (entre ellas, por la oposición de la ciudadanía), a la fecha, según información brindada por el OEFA, ninguna ha iniciado operaciones en el río Marañón.

Foto: Diego Pérez

2.-     El proyecto “Veracruz” ha perdido la vigencia de su estudio de impacto ambiental (EIA) y el proyecto “Chadin 2” estaría próximo a perderla

El 1 de abril del 2013, mediante resolución viceministerial 045-2013-MEM/VME, el MEM aprobó el EIA del proyecto “Central Hidroeléctrica Veracruz”. Por su parte, el 20 de febrero del 2014, mediante resolución directoral 058-2014-MEM/AAE, el MEM aprobó el EIA del proyecto “Central Hidroeléctrica Chadin 2”.

Según el Artículo 57 del Reglamento de la Ley del Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental, la Certificación Ambiental pierde vigencia si dentro de tres (3) años posteriores a su emisión, el titular no inicia obras para la ejecución de su proyecto. Este plazo puede ser ampliado, por única vez, y a solicitud de la empresa, hasta por dos (2) años adicionales. Luego de este periodo, se pierde la vigencia, y la empresa tiene que tramitar nuevamente su EIA.

El EIA del proyecto “Veracruz” fue aprobado el 1 de abril del 2013 y el EIA del proyecto “Chadín 2” fue aprobado el 20 de febrero del 2014. Por ende, ambas ya habrían vencido, pues han transcurrido más de 3 años desde la aprobación de la certificación ambiental. Sin embargo, como la norma permite la ampliación de este plazo hasta por 2 años, ambos proyectos han solicitado su ampliación.

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En este sentido, mediante las Resoluciones Directorales números 041-2016-SENACE/DCA y 051-2017-SENACE/DCA, respectivamente, el Senace ha dispuesto ampliar el plazo de la vigencia de la certificación ambiental hasta por dos (2) años a favor de los proyectos hidroeléctricos Veracruz y Chadín 2. Esto significa que, si para el 1 de abril del 2018 y el 20 de febrero del 2019, los proyectos Veracruz y Chadín, respectivamente, no han iniciado labores de construcción, perderían automáticamente la vigencia de su certificación ambiental.

Al respecto, cabe destacar que el proyecto “Central Hidroeléctrica Veracruz” ya ha perdido la vigencia de su certificación ambiental el 1 de abril del 2018. Por ende, en el supuesto de que insista con ejecutar su proyecto, tendría que tramitar una nueva certificación ambiental, lo cual involucra que tenga que realizar nuevamente estudios técnicos y llevar a cabo su proceso de participación ciudadana. Por su parte, el proyecto “Central Hidroeléctrica Chadin 2” también podría seguir la misma suerte si es que en los próximos meses no inicia trabajos de construcción.

Finalmente, cabe adelantar que nos encontramos a la espera de que el Senace y el MEM nos informen si es que ambos proyectos se encuentran inmersos en alguna de las causales de caducidad establecidas en el contrato de concesión. Esto, debido a que ya han transcurrido 4 años desde que las empresas tienen suscrito este contrato con el Estado y, a la fecha, no han ejecutado ninguna obra. De haber incurrido en una de las causales de caducidad, las empresas podrían no solo perder la vigencia de su EIA, sino también de su Contrato de Concesión.

En nuestro rol como guardianes del río Marañón, Marañón Waterkeepers, seguiremos haciendo seguimiento a estos proyectos para que la cuenca media del río Marañón siga libre de represas que afecten los procesos de sedimentación, de migración de peces, inunden pueblos, zonas de cultivo y el potencial de desarrollo turístico que ya está atrayendo a cientos de turistas especializados cada año.

Consideramos de suma importancia que el Mincetur se involucre en este proceso ya que la promoción del destino Amazonas en el circuito nororiente se beneficiaría de mantener el río fluyendo libre, para que el ingreso en balsas y kayaks sea una de las opciones para explorar esta mágica zona del Perú. Asimismo, que si el Gobierno peruano continúa con el interés de promover este tipo de proyectos en la zona, se deberá llevar a cabo un proceso de evaluación ambiental estratégica e incluir en el debate a las organizaciones indígenas y al sector turismo. El destino del río Marañón, una de las cuencias más importantes de la Amazonía, no debería depender únicamente de la cartera del sector Energía.

 

 



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