Julio Cusurichi: “Sufrimos persecución por defender a los PIACI, pero vamos a continuar”
  • Las organizaciones indígenas afirman que no dejarán de defender a sus hermanos aislados, sobre todo ante el impulso de un proyecto de ley que los afectaría. 

Por Angela Rodriguez / arodriguez@spda.org.pe

 

A mediados de 2022, grupos relacionados a sectores empresariales, como la Coordinadora para el Desarrollo de Loreto (CDL), emitieron distintos pronunciamientos que pedían la eliminación de la “Ley PIACI”, bajo el argumento de que no se había demostrado la existencia de estos pueblos y que la norma era centralista.

Como se recuerda, los indígenas en situación de aislamiento y contacto inicial (PIACI) habitan en la Amazonía y han evitado contacto con el resto de peruanos de manera voluntaria. Según el Ministerio de Cultura (Mincul), los PIACI son aproximadamente unas 7500 personas, y son consideradas las más vulnerables del país debido a que no han desarrollado las defensas necesarias para enfrentar enfermedades tan simples como, por ejemplo, la gripe.

Pese a esta vulnerabilidad conocida, en noviembre del año pasado, el congresista Jorge Morante (Fuerza Popular) presentó el Proyecto de Ley 3518/2022-CR, que propone la modificación de la Ley PIACI, norma que protege a estos peruanos. El congresista asegura que no se ha demostrado la existencia de los PIACI y que las organizaciones indígenas tienen intereses económicos para pedir el establecimiento de reservas para estos pueblos.

Actualidad Ambiental conversó con Julio Cusurichi, líder indígena de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), sobre los verdaderos intereses que tienen como organización para defender a los PIACI y las preocupaciones ante la posible aprobación del proyecto de ley de Morante.

Quienes promueven la modificación a la Ley PIACI afirman que los PIACI no existen y que no hay evidencia científica que lo demuestre. ¿Qué procesos han seguido ustedes (las organizaciones indígenas) para lograr que el Estado reconozca las reservas indígenas y territoriales ya existentes? ¿Se reunió evidencias en estos procesos?

Hay mucha desinformación de algunos individuos y organizaciones que impulsan una campaña contra los PIACI. Aidesep ya rechazó eso [la falta de evidencia que demuestre la existencia de pueblos aislados] en diferentes documentos. Para todas las propuestas que hicimos como organización, en Ucayali, Loreto o Madre de Dios, por supuesto que hubo evidencia.

Entre el año 2000 y 2002, recuerdo, el Gobierno también desconocía el tema, y decían que las organizaciones indígenas estábamos inventando la existencia de los PIACI. Sin embargo, todo ese discurso, fruto del desconocimiento de la realidad, se cayó porque las organizaciones indígenas demostramos con pruebas la existencia de esos pueblos.

Tuvimos que mostrar en imágenes donde viven, donde circulan. Por eso, en el 2005 circuló una de las primeras fotos públicas que mostraba la existencia de estos pueblos. En una imagen que evidenciaba su presencia en el río Piedras, captada gracias a un sobrevuelo. Aidesep promueve el establecimiento de las reservas porque estos pueblos sí existen y su vida también es importante.

[Conoce más sobre los PIACI en nuestro especial AISLADOS]

Foto: Mincul

La modificación planteada por Morante a la Ley PIACI busca que las competencias que actualmente tiene el Mincul en materia de protección a los pueblos aislados, como ente rector, se transfieran a los gobiernos regionales. ¿Cuál ha sido la actitud de los gobiernos regionales hasta ahora respecto a la protección de los PIACI? ¿Qué posiciones políticas manifestaron en los procesos de establecimientos de las reservas hasta ahora existentes? 

Nosotros, como organización, vemos sumamente peligrosa esta propuesta de modificación porque en algunos casos los gobiernos regionales han votado en contra de estos pueblos y estuvieron impulsando campañas en negación de su existencia y en contra de la creación de las reservas.

Entonces, nos preocupa que las competencias de establecimiento de reservas se les atribuyan y más aún cuando en nuestro país estos pueblos son sumamente vulnerables. Se deberían fortalecerse las leyes que tenemos, no hacer que dependan de un sector en las regiones, porque ya han demostrado, algunos gobiernos regionales, responder más a intereses económicos de petroleras y concesiones madereras.

Creo que, si se llega a aprobar esta propuesta del congresista Morante, sería un retroceso en materia de normativa para la protección de los pueblos indígenas en aislamiento que son humanos altamente vulnerables. En otras palabras, esta modificación conllevaría a la muerte de nuestros hermanos indígenas en aislamiento.

Los impulsores de esta modificación acusan a las organizaciones indígenas de querer el establecimiento de reservas para beneficiarse económicamente, concretamente dicen que ustedes venderán bonos de carbono de las reservas. ¿Qué diría al respecto?

Primero, habría que indicarle a este congresista, que tal vez no entiende la realidad o tal vez el poder económico le hace entenderla de otra manera. Aidesep y sus organizaciones regionales lo que tratan es velar por el interés de la vida de pueblos indígenas aislados, que es algo que debería hacer el propio Gobierno. Porque Aidesep no es el ente rector, el ente rector es el Ministerio de Cultura, una institución del Gobierno. Esta lucha, de lo único que va, es la defensa de la vida e integridad de los PIACI. En ese sentido rechazamos lo afirmado por el congresista Morante.

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Foto: Aidesep

También dicen que el reconocimiento de los PIACI afectaría el derecho al territorio y el acceso a los recursos del bosque de otras comunidades indígenas. ¿Esto realmente ocurre?

Este argumento forma parte de una estrategia de grupos con intereses económicos, incluidos algunos gobiernos regionales, que tratan de dividir o convencer, a través de la desinformación, a algunos dirigentes indígenas. Esto no solo pasa en este tema de los PIACI, sino también en lo que tiene que ver con concesiones madereras e hidrocarburos. Lo que buscan es generar la idea de que lo que pide Aidesep no está consultado con sus bases. Esa actitud de dividir a los pueblos es algo que no nos va a asustar, si tenemos que conversar con estas comunidades que están desinformadas, lo haremos.

Rechazamos cualquier actitud de división que puedan tener terceras personas con intereses económicos, como esta Coordinadora para el Desarrollo de Loreto que sabemos que está haciendo cualquier cosa por desinformar a la población.

Las organizaciones indígenas advierten que de aprobarse el mencionado proyecto de ley ocurriría un genocidio PIACI. ¿Por qué usar este término? ¿Qué tan grave puede ser la aprobación de esta ley para los derechos de los pueblos aislados?

Es importante dar a conocer a la población que si esta norma se aprueba, va a quedar en manos de los gobiernos regionales la creación de las reservas, y con la experiencia que tenemos hasta ahora, hemos identificado una actitud desfavorable hacia la protección de los PIACI por parte de estos que parecen estar más interesados en proteger los intereses de las concesiones madereras. Estoy seguro que las reservas indígenas y territoriales terminarían por convertirse en concesiones madereras, con la flexibilización de la protección de los PIACI.

Por ello, la propuesta del congresista Morante conlleva al exterminio o genocidio de los pueblos aislados. El Perú no puede estar de acuerdo con esto. El país no debe retroceder en normas. Aidesep y las organizaciones regionales decimos que, por el contrario, deben fortalecerse las normas dentro del marco del Convenio 169 de la OIT.

Entonces, si este proyecto de ley se aprueba nosotros vamos a dar a conocer a las instancias internacionales que nuestro país no está considerando estas normas y está yendo en contra los derechos humanos. No es fácil para nosotros poner estos temas sobre la mesa, sufrimos persecución, incluso nos denuncian. Sin embargo, eso no nos amilana, vamos a continuar con esta exigencia de que en el Perú se respeten los derechos, se aplique la normativa y no se retroceda, porque si no, habría un genocidio de los pueblos indígenas en aislamiento.

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