Derrame de zinc: muestras de agua no se tomaron en todos los pueblos ubicados en el Chillón

Foto: Andina

  • Especialistas recomiendan realizar monitoreo a la salud de la población y al estado de la flora y fauna de Canta.

 

El 13 de junio ocurrió el derrame de 34 toneladas de concentrado de zinc en el río Chillón a la altura de la provincia de Canta. Han transcurrido más de dos semanas desde el incidente y la información presentada por las autoridades todavía está incompleta.

Según revela un informe de Salud con Lupa, las muestras que recogió el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) -que no superaron el parámetro permitido para zinc- solo se realizaron en Cullhuay (donde ocurrió el derrame), y cerca al centro de Huaros (a menos de 9 kilómetros). Pero no hay información de los otros pueblos ubicados a lo largo del Chillón: Aconchaca, San Miguel, Obrajillo, Canta, San Buenaventura y Yaso.

Ante esta situación, el Frente de Defensa de la provincia de Canta, ha acordado mandar a hacer un estudio independiente a especialistas en contaminación ambiental, para contrastarlo con los resultados de las instituciones del Estado.

“Todos nosotros vivimos del agua del río Chillón. Si el ministro, que ha dicho que no utilicemos esa agua para tomarla, caminara toda la cuenca, vería que en los centros poblados de Cullhuay hacia abajo, utilizan esa agua para el consumo humano, la agricultura y la ganadería”, dijo Élmer Paz, asesor del Frente de Defensa de Canta.

Salud con Lupa informó además que el informe sobre el impacto del desastre que prometió entregar el ministro del Ambiente, Modesto Montoya, todavía no ha sido entregado.

Impactos de altas concentraciones de zinc

En conversación con dicho medio de comunicación, Carmen Silva Correa, químico farmacéutica especialista en Toxicología y Química Forense, y docente de la Universidad Nacional de Trujillo, dio detalles sobre las principales consecuencias de ingerir altas dosis del elemento derramado.

Si lo ingerimos por los alimentos, puede provocar desde calambres estomacales, vómitos y diarrea, hasta disminución de glóbulos blancos, anemia, alteraciones del sistema inmune, daño al páncreas, arritmia cardiaca”, explicó.

Asimismo, Alfredo Riboty, magíster en Salud Ocupacional y Toxicología y docente de Medicina Ocupacional y Medio Ambiente en la Universidad San Martin de Porres, señaló que no se cuenta con información clara sobre los efectos que puede causar inhalar polvos o vapores de zinc, aunque el riesgo de intoxicación por esta vía es menor.

“Cuando inhalan el polvo podría haber un problema de irritación respiratoria”, aclaró.

Silva también resaltó que los riesgos para el medio ambiente son altos. “El zinc presenta el potencial de bioacumularse en plantas y animales tanto en ambientes acuáticos como terrestres”, señaló. Esto significa que la contaminación puede alcanzar a los peces, crustáceos, microalgas y otros organismos que no se ven.

Los especialistas consultados para el informe, recomiendan el monitoreo de la flora y fauna cerca a los márgenes del río, monitoreo de la salud pública de la población para verificar la concentración de zinc en el organismo y evitar el consumo de agua hasta contar con datos exactos del desastre.

Lee la nota completa de Salud con lupa aquí.

 



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