ONU: 1 millón de especies están en peligro de extinción y la culpa es de la humanidad

Foto: Otto Alegre / SPDA

La Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios del Ecosistema (IPBES, por sus siglas en inglés), organismo independiente creado por Naciones Unidas en el 2012, reveló que la naturaleza “está disminuyendo a nivel mundial a tasas sin precedentes en la historia de la humanidad”, la tasa de extinción de especies se está acelerando y “es probable que se produzcan graves impactos en las personas de todo el mundo”.

“La salud de los ecosistemas de los que nosotros y todas las demás especies dependemos se está deteriorando más rápidamente que nunca. Estamos erosionando los cimientos de nuestras economías, medios de vida, seguridad alimentaria, salud y calidad de vida en todo el mundo”, indicó el presidente de IPBES, Robert Watson.

Pese a esta realidad que puede sonar alarmante, Watson aclara que “el informe también nos dice que no es demasiado tarde para hacer una diferencia, pero solo si empezamos ahora en todos los niveles, desde lo local hasta lo global”.

El especialista se refiere a que debe existir un “cambio transformador”, para conservar, restaurar y usar de manera sostenible la naturaleza. “Por cambio transformador, nos referimos a una reorganización fundamental de todo el sistema a través de factores tecnológicos, económicos y sociales, incluidos paradigmas, objetivos y valores”, explicó.

Según Naciones Unidas, el Informe de Evaluación Global de la IPBES sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas es el más completo hasta la actualidad y se basa en la histórica Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de 2005, que presenta formas innovadoras de evaluar la evidencia.

El documento, que evalúa los cambios en las últimas cinco décadas, fue recopilado por 145 autores expertos de 50 países en los últimos tres años, con aportes de otros 310 autores contribuyentes y con la revisión de más de 15 mil fuentes científicas y gubernamentales.

Fotos: Thomas Müller / SPDA

Especies en peligro

De acuerdo con Naciones Unidas, el informe señala que alrededor de 1 millón de especies de animales y plantas están actualmente en peligro de extinción, un dato nunca antes registrado.

“La abundancia promedio de especies nativas en la mayoría de los principales hábitats terrestres ha disminuido en al menos un 20%, en su mayoría desde 1900. Más del 40% de las especies de anfibios, casi el 33% de los corales reformadores y más de un tercio de todos los mamíferos marinos están amenazados”, informa la ONU.

“El panorama es menos claro para las especies de insectos, pero la evidencia disponible respalda una estimación tentativa de que el 10% está amenazado. Al menos 680 especies de vertebrados fueron llevadas a la extinción desde el siglo XVI y más del 9% de todas las razas domesticadas de mamíferos utilizados para la alimentación y la agricultura se extinguieron en 2016, con al menos 1000 razas más amenazadas”, agrega.

Por otro lado, afirma que los ecosistemas, las especies, las poblaciones silvestres, las variedades locales y las razas de plantas y animales domesticados se están reduciendo, deteriorando o desapareciendo.

Foto: Jaime Tranca / SPDA

El hombre es el culpable

Según el informe, desde 1980, las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado, elevando las temperaturas globales promedio en al menos 0.7 grados centígrados. Este cambio en el clima “está afectando a la naturaleza desde el nivel de los ecosistemas hasta el de la genética; se espera que los impactos aumenten en las próximas décadas”.

El informe también arroja estos datos:

  • Las tres cuartas partes del medio ambiente terrestre y alrededor del 66% del medio ambiente marino han sido alteradas significativamente por las acciones humanas. En promedio, estas tendencias han sido menos severas o evitadas en áreas mantenidas o administradas por pueblos indígenas y comunidades locales.
  • Más de un tercio de la superficie terrestre del mundo y casi el 75% de los recursos de agua dulce se dedican ahora a la producción agrícola o ganadera.
  • El valor de la producción agrícola ha aumentado en aproximadamente un 300% desde 1970, la extracción de madera en bruto ha aumentado en un 45% y cada año se extraen en todo el mundo aproximadamente 60 mil millones de toneladas de recursos renovables y no renovables, casi el doble desde 1980.
  • La degradación de la tierra ha reducido la productividad del 23% de la superficie terrestre global, hasta los US $ 577 mil millones en cultivos anuales anuales están en riesgo por la pérdida de polinizadores y entre 100 y 300 millones de personas tienen un mayor riesgo de inundaciones y huracanes debido a la pérdida de hábitats costeros y protección.
  • En 2015, el 33% de las poblaciones de peces marinos se estaban capturando a niveles insostenibles; El 60% se pesca de forma máxima sostenible, y solo el 7% se captura en niveles inferiores a los que se pueden capturar de forma sostenible.
  • Las áreas urbanas se han más que duplicado desde 1992.
  • La contaminación plástica se ha multiplicado por diez desde 1980, 300 a 400 millones de toneladas de metales pesados, solventes, lodos tóxicos y otros desechos de instalaciones industriales se descargan anualmente en las aguas del mundo, y los fertilizantes que ingresan a los ecosistemas costeros han producido más de 400 “zonas muertas” en los océanos, totalizando más de 245 000 km2 (591-595), un área mayor que la del Reino Unido.
  • Las tendencias negativas en la naturaleza continuarán hasta 2050 y más allá en todos los escenarios de políticas explorados en el Informe, excepto aquellos que incluyen un cambio transformador, debido a los impactos proyectados del aumento del cambio en el uso de la tierra, la explotación de organismos y el cambio climático, aunque con importantes diferencias entre regiones.

Alternativas

El informe además presenta una amplia gama de acciones ilustrativas para la sostenibilidad y vías para lograrlas en sectores como la agricultura, la silvicultura, los sistemas marinos, los sistemas de agua dulce, las áreas urbanas, la energía, las finanzas y muchos otros.

Asimismo, destaca la importancia de adoptar enfoques de gestión integrada e intersectorial que tengan en cuenta las concesiones de la producción de alimentos y energía, la infraestructura, la gestión de aguas dulces y costeras y la conservación de la biodiversidad.

Finalmente, identifica como un elemento clave de políticas futuras más sostenibles la evolución de los sistemas financieros y económicos globales para construir una economía global sostenible, alejándose del paradigma limitado actual del crecimiento económico.



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