“Los sectores que no planifican su desarrollo originan los mayores desastres a causa de eventos naturales”

Foto: SPDA

 

En la siguiente entrevista, Cristina Portocarrero nos habla de cómo la infraestructura natural puede ser de utilidad en la gestión de riesgos de desastres y comenta sobre algunas experiencias exitosas a nivel nacional. Asimismo, explica qué sectores deben estar involucrados en la gestión de desastres por eventos naturales o climáticos extremos, qué medidas deben tomar en cada caso y cómo ayuda la gestión interregional de las cuencas. Portocarrero es líder de implementación del proyecto de Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica.

Existe un marco normativo que obligue a las empresas prestadoras de servicios de saneamiento (EPS) en nuestro país a invertir en Gestión de Riesgo de Desastres. ¿Bajo qué lógica se propone este tipo de inversión para el sector saneamiento?

El Perú, desde la promulgación de la ley del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (SINAGERD), promueve e impulsa procesos para que los principios en materia de gestión de riesgos de desastres se implementen a todo nivel y multisectorialmente. Tanto las entidades nacionales, regionales, locales y todas aquellas instituciones vinculadas con infraestructura social, sean de saneamiento, educativas, hospitalarias, infraestructura vial, etcétera, deben incorporar los elementos clave de la gestión de riesgo de desastres (GRD) en todos los proyectos y una de estas entidades son las EPS.

En el marco de la ley del SINAGERD y ley de modernización de los servicios de saneamiento, este sector ha considerado destinar un porcentaje de la tarifa de agua a proyectos de mitigación de desastres con la finalidad de proteger y rehabilitar la infraestructura sanitaria de las EPS. Las acciones se han dirigido fundamentalmente a proteger sus plantas de tratamiento de agua potable, plantas de tratamiento de aguas residuales, redes de distribución y redes de alcantarillado en las ciudades.

Se invierte, por ejemplo, en acciones de protección, control de torrenteras, evitar la afectación directa de la infraestructura gris. Sin embargo, y dada su importancia, también se deben dirigir acciones en infraestructura natural para recuperar y estabilizar el suelo y las pendientes para prevenir deslizamientos donde haya infraestructura sanitaria, también es una tarea que recientemente se está incorporando o visibilizando el vínculo entre la infraestructura natural y la GRD.

Consideramos que la infraestructura natural es una alternativa de solución ante la GRD y antes no se hablaba de esta como una alternativa. ¿Qué ha cambiado en los últimos 15 años?

Muchos de los desastres que ocurren y que afectan a las localidades y a las ciudades son principalmente por un inadecuado manejo y gestión del territorio, en particular de los ecosistemas. Cuando no se ejecutan acciones en la parte alta para conservar el suelo y cobertura vegetal, manejo de pendientes y estabilización de taludes, ocurren huaycos, deslizamientos, arrastre de sedimentos y palizadas en las crecientes que si no se gestiona adecuadamente las aguas de excedente en períodos lluviosos, sin duda se revierten en impactos drásticos en las partes medias y bajas.

Entonces las acciones de GRD no solamente deben destinarse a la protección de infraestructura gris, sino a acciones de conservación, mantenimiento y protección de la infraestructura natural. Sobre todo, para mantener un suelo conservado, estable, con cobertura. Dado que la cobertura vegetal favorece que haya retención de lluvia, infiltración gradual del agua y reducción de la erosión. Más aún si estamos considerando zonas con gran pendiente, como nuestra sierra, que llega a más de 4 mil o 5 mil msnm. Esos impactos que se puedan evitar con el manejo adecuado de las partes altas de la cuenca, con esa mirada ecosistémica que le debemos dar al territorio, sin duda que se van a generar beneficios en la parte media y baja de las cuencas protegiendo la infraestructura social que habíamos citado.

[Leer además ► Restauración de ecosistemas bajo un enfoque de infraestructura natural]

Cristina Portocarrero. Foto: SPDA

¿Ya se han implementado en alguna de las EPS proyectos en GRD que utilicen como alternativa a la infraestructura natural (IN), existe alguna experiencia exitosa donde las EPS hayan utilizado la IN para la GRD?

Aun cuando hay varias EPS que ya tiene incorporada en su tarifa las reservas para GRD, las actividades que se han podido identificar son, por lo general, recuperación de infraestructura sanitaria deteriorada por algún evento climático o geológico por movimiento de masas. Es decir, los recursos han sido destinados a la reposición de esa infraestructura sanitaria. Sin embargo, son escasas las acciones que se han dirigido en el marco de GRD a inversiones en infraestructura natural.

Ahora mismo, desde el Proyecto Infraestructura Natural para la Seguridad Hídrica venimos promoviendo y proponiendo, en trabajo coordinado con SUNASS, la generación de 2 pilotos. Uno con la EPS en San Martín y otro con la EPS en Arequipa, para desarrollar proyectos modelo en los que se incorpore la infraestructura natural para la GRD, para que estas EPS puedan gestionar los riesgos por torrenteras, grandes avenidas o por eventos climáticos extremos, entre otros, que normalmente afectan sus infraestructuras de saneamiento. Y partir de estos casos se pueda difundir esta práctica en otras EPS del país.

Represa Yuracmayo. Foto: SPDA

¿Qué sector o sectores deberían estar involucrados en elaborar propuestas con enfoque de IN para implementar estas en las regiones?

En el marco de la ley del SINAGERD es de carácter obligatorio que se diseñen y se implemente los planes regionales de GRD y los planes locales de GRD. Quienes son los llamados a liderar estos procesos en sus ámbitos son los gobiernos regionales y gobiernos locales. Entonces son estos niveles de gobierno quienes también pueden, en sus ámbitos, orientar las acciones o intervenciones que se necesitan en sus territorios para dirigir inversiones en ese sentido e incorporando a las empresas de agua y saneamiento en la formulación de estos planes. Porque es allí donde las EPS pueden identificar, en este ejercicio de planificación, los lugares vulnerables, las áreas donde se necesitan desarrollar este tipo de proyectos para reducir los impactos ante cualquier eventualidad por desastres.

Entonces, en los gobiernos locales y gobierno regional, las EPS tienen grandes aliados porque es una obligación formular estos planes con enfoque prospectivo, preventivo y reactivo. También otro incentivo es que pueden alinear estas inversiones a programas presupuestales. No hay mucho conocimiento en las ventajas de asegurar las inversiones a un programa presupuestal como el PP 068 que justamente se enfoca en reducción de vulnerabilidad frente a desastres. Alinear las inversiones a este programa presupuestal hace que se optimicen estas inversiones, sumando al logro de los objetivos tanto en beneficios esperados o en reducción de pérdidas.

¿Existe algún marco normativo que sirva como incentivo para gestionar proyectos en IN en otros sectores, más allá del de saneamiento?

Todos los sectores deben tener en sus instrumentos de gestión, acciones prioritarias en GRD. Los sectores que no planifican su desarrollo, es decir, sus estrategias y actividades propias, considerando esta variable de riesgos vinculados a variabilidad climática, eventos extremos como los que tenemos en el país, justamente que son los que originan los mayores desastres. En el Perú, se ha dado ya un cambio en la GRD, cuando se integra la gestión prospectiva y preventiva, a través de la estimación, la prevención, o la reducción de los riesgos, a la mirada que antes se tenía, que era una mirada más reactiva, es decir se enfocaba básicamente en los efectos y las acciones estaban dirigidas a la respuesta, rehabilitación y reconstrucción.

Entonces esta mirada de pasar de la acción reactiva a una acción más preventiva debe ser considerada en todos los sectores económicos y sociales, fundamentales para el desarrollo de los pueblos. Ya no es costo-efectivo gestionar los riesgos frente a desastres, sin articularlos a la planificación sectorial e institucional.

[Ver además ► Infraestructura natural: Aprovechar recursos de la naturaleza y conservarla a la vez]

Quebrada Huaycoloro. Foto: SPDA

¿Qué falta para que sea viable que más gobiernos locales y regionales implementen proyectos en IN? ¿Cuál sería el incentivo más resaltante que podríamos encontrar?

Un elemento importante es dar una mirada integral al territorio, una mirada ecosistémica. Por ejemplo, la planificación de la gestión de los recursos hídricos se debe hacer por cuenca, gestionando tanto la oferta y la demanda, promoviendo medidas estructurales o de infraestructura gris, pero a la vez, intervenciones en infraestructura natural y medidas no estructurales. Inclusive, se aprecia que las mayores inversiones se orientan al desarrollo de infraestructura gris, dejando de lado la estrategia de complementar ambas medidas para optimizar los resultados.

Una reacción positiva en la cuenca Chira-Piura, se dio cuando ocurrió el fenómeno del Niño Costero en el año 2017. Desde las autoridades regionales, el consejo de recursos hídricos, Autoridad Nacional del Agua, entre otros, identifican que era importante como elemento de abordaje de esta problemática que azotaba a la cuenca, trabajar en primer orden la conservación de la infraestructura natural. Pero con ello, además se debe contar con estructuras para contener las aguas de excedente y evitar que bajen con fuerza hacia la parte media y baja de la cuenca, y dañen los cultivos, los pueblos, su infraestructura vial, y más. El hecho de tener una mirada ecosistémica, integral en la gestión de la cuenca, y del territorio, permite tener mayores elementos para prevenir impactos adversos.

¿Sería necesario promover más espacios de gestión interregionales que faciliten el manejo integral de una cuenca?

En el país tenemos cuencas que se circunscriben a una región, pero en un mayor número cuencas que abarcan 2, 3 o más ámbitos regionales. De allí, tenemos Consejos de Recursos Hídricos de Cuencas (CRHC) birregionales o interregionales. En estos casos la lógica nos indica que para una adecuada planificación, articulada y coordinada es necesario fortalecer estos espacios de gobernanza, como los consejos de recursos hídricos, desarrollando acciones conjuntas e integradas entre los actores públicos, privados y organizaciones de la sociedad civil de las regiones involucradas.

Los CRHC son órganos de la ANA que integran a todos los usuarios de agua; es decir, considera a todos los sectores. Por supuesto, las EPS son miembros relevantes de estos Consejos, y ya se cuenta con el marco normativo para asegurar su participación en representación de los usuarios poblacionales; y a ello se agrega que la mayoría cuenta con reservas para GRD, lo cual es favorable para desarrollar acciones coordinadas en función a las prioridades de la cuenca y con inversiones sostenibles con enfoque de infraestructura natural.

 

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