La siguiente noticia fue publicada en el diario El Mundo, y fue desarrollada por la agencia EFE:
La capa de ozono registra «una progresiva pero lenta recuperación» por lo que habrá que esperar hasta 2050 para alcanzar los niveles anteriores a los años ochenta, perspectivas que aún son más pesimistas en el área antártica, donde no se llegará a esos valores hasta el periodo 2060-2075.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), perteneciente al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, ha hecho públicos estos datos coincidiendo con el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra el miércoles bajo el lema ‘Participación universal: la protección del ozono unifica al mundo’.
Este día conmemora la firma en 1987 del Protocolo de Montreal con el objetivo de eliminar las sustancias destructoras de ozono, principalmente las conocidas como CFCs y Halones, así como el de incluir nuevos compuestos causantes de esa destrucción.
Aunque el Protocolo ha cumplido sus objetivos, la AEMET explica en un comunicado que debido a que el tiempo de permanencia de esos compuestos en la atmósfera es muy largo, sus efectos perdurarán por mucho tiempo, y la recuperación de los niveles de ozono será muy lenta.
Además, se prevé que durante los próximos veinte años continúen formándose agujeros de ozono de similar intensidad a la de los últimos años. En cuanto al agujero de ozono del año 2008, alcanzó su máxima extensión el 12 de septiembre con una superficie de 27 millones de kilómetros cuadrados (algo mayor que la extensión de América del Norte).
Esta extensión es mayor que la del año precedente pero menor que la del 2006, cuando se produjo la mayor extensión del agujero de ozono obtenida hasta la fecha (29 millones de kilómetros cuadrados).
El año 2008 figura como el cuarto año en cantidad y extensión de ozono destruido desde 1999, según datos de la AEMET.
En cuanto al agujero de ozono antártico de 2009, los primeros datos muestran que la destrucción ha comenzado antes de lo usual, debido a una disposición de la masa de aire antártica menos concéntrica que otros años, pero más elongada, lo que hace que esté más expuesta a los primeros rayos solares.
A expensas de que la llegada del sol a la Antártida después del invierno austral acelere la destrucción de ozono, es prematuro dar una previsión de la evolución del agujero, aunque la extensión permanece muy similar a la del año pasado.
La AEMET contribuye a la vigilancia mundial de la capa de ozono en tiempo real a través de la red de espectrofotómetros instalados en A Coruña, Madrid, Zaragoza, Murcia, Izaña (Tenerife), Santa Cruz de Tenerife y El Arenosillo (INTA, Huelva), y mediante la realización semanal de ozonosondeos en las estaciones de Madrid y Santa Cruz de Tenerife.
Imagen tomada de El Mundo
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