Jefe del Sernanp: “Las áreas naturales protegidas deben convertirse en espacios de sanación”

Foto: Sernanp

  • José Carlos Nieto, jefe del Sernanp, resalta los beneficios de la Ley de Guardaparques y, además, el proyecto “Guardianes” que hará visible la labor de los protectores de nuestro patrimonio natural.

Escribe: Guillermo Reaño

 

En marzo de este año, el Congreso de la República aprobó por insistencia la Ley del Cuerpo de Guardaparques del Perú (Ley 31991), un novedoso marco legal que beneficiará a los 900 servidores públicos encargados de cuidar las 77 áreas naturales protegidas del sistema nacional. Con esta ley los guardaparques peruanos gozarán de 14 sueldos al año, una adecuada compensación por tiempo de servicios (CTS), asignaciones especiales por labores en condiciones geográficas adversas y otros beneficios laborales que apuntan a su profesionalización.

Conversamos con José Carlos Nieto Navarrete, jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) a propósito de la mencionada ley y el inicio del proyecto Guardianes, una iniciativa de comunicación multimedia creada precisamente para hace visible el trabajo de los guardaparques peruanos.

¿Cuál es la importancia de la ley que favorece a los guardaparques del Perú?

Debo decir que estamos muy contentos y agradecidos con la Ley del Cuerpo de Guardaparques que se ha aprobado por unanimidad en el Congreso de la República. Creemos que con esta ley se está dando un paso trascendental para fortalecer la conservación de nuestros recursos naturales. Los guardaparques son la primera línea del cuidado del patrimonio natural del país. La ley reconoce la labor que ellos realizan y, en muy corto tiempo, estamos seguros, se terminarán de aplicar los alcances que el nuevo marco legal precisa. Nuestro ministro del Ambiente, Juan Carlos Castro, que por cierto ha sido jefe de un área natural protegida, está muy comprometido con la implementación de la ley porque es de una necesidad impostergable.

Imaginamos que debió ser un proceso muy complejo…

El proceso ha sido intenso, sin duda, felizmente encontró al mundo de la conservación muy unido. Creo que todos entendimos que se trataba de una demanda muy justa. La sociedad civil en general, las poblaciones locales, han apoyado la promulgación de esta ley. Ese respaldo ha sido fundamental para que los decisores de políticas, como son los congresistas, se hayan animado a sacar adelante esta propuesta. Estamos hablando, además, de una ley única, sui generis, que por primera vez en el país reconoce el valor que tiene el hablar una lengua originaria, el valor que tiene provenir de una comunidad campesina o nativa.

La promulgación de una ley como esta, debió ser una satisfacción muy grande para quien se formó como guardaparque y ha trabajado estrechamente con ellos. ¿Cómo vivió usted este momento?

Desde el primer día que ingresé a esta institución uno de los retos más grandes que me puse fue justamente el que los guardaparques pudieran tener mayores beneficios, mejores condiciones laborales. Hemos apoyado siempre ese propósito, por eso es que estamos sumamente complacidos con que nuestra búsqueda se haya convertido en un tema multipartidario en el Congreso y que haya contado con el apoyo de toda la colectividad peruana, así como con el concurso de la Asociación de Guardaparques del Perú y del Sindicato Único de Trabajadores del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

¿Podría afirmar que el nuevo marco legal brinda una adecuada protección a los guardaparques peruanos?

Por supuesto que sí, el régimen en el que trabajan nuestros compañeros no reconoce la labor tan particular que realizan; habría que precisar que el guardaparque es un servidor que realiza su trabajo en zonas alejadas, muchas veces en zonas de frontera, bajo un régimen laboral de 22 días en campo y 8 días de franco, o de 44 días en campo y 16 de franco. Lógicamente se trata de una labor que no la hace nadie más en el sector público. Estamos hablando de un oficio muy complejo: los guardaparques tienen que patrullar de día y de noche dependiendo de las amenazas que tienen las áreas naturales protegidas donde trabajan. Esta situación no estaba reconocida en ninguna norma laboral, por eso era tan importante y urgente la aprobación de una ley específica que reconozca el trabajo que hace este personal de campo.

[Ver además►Proyecto hará visible la importante labor de los guardaparques peruanos]

José Carlos Nieto, jefe del Sernanp. Foto: Sernanp

¿Necesitamos duplicar el número de guardaparques para garantizar el cuidado de nuestras áreas naturales protegidas?

Como institución tenemos la responsabilidad de cuidar nuestro patrimonio natural y este no es solo un tema que concierne solamente al poder Ejecutivo, estamos hablando de un mandato constitucional. El artículo 68 de nuestra Constitución determina que el Estado peruano tiene la obligación de cuidar nuestras áreas naturales protegidas, en esa lógica es que venimos trabajando desde el Sernanp. Según la data que manejamos tenemos 900 guardaparques, ese es el número oficial a la fecha. En este escenario es necesario seguir fortaleciendo a la institución con más guardaparques, con más especialistas que nos ayuden a desarrollar mejor nuestro trabajo porque las amenazas, minería ilegal, cultivos ilícitos, son grandes, pero también estamos convencidos de que tenemos que mejorar e integrar las nuevas tecnologías para realizar de mejor manera nuestras funciones. Cuidar la naturaleza que tenemos nos exige aplicar estrategias diversas: una de ellas es la de fortalecernos como institución; otra, la de lograr que la población participe de los beneficios de la conservación, esas son las grandes ideas que tenemos. Debemos romper algunos mitos: tenemos que pasar del guardaparque visto y entendido como un profesional de la vigilancia y control a un servidor público con capacidad de hacer extensión social, extensión agrícola. Tenemos que desplazarnos de los puestos de control y vigilancia hacia los centros de conservación y desarrollo, eso es lo que nos exige la realidad de nuestro país.

Durante nuestra visita a Paracas pudimos constatar que la población local y los guardaparques de la reserva nacional se están encargando de la vigilancia del área protegida. ¿Ese es el cambio de estrategia de la que habla?

Efectivamente. Ese no es un tema nuevo en la conservación, es un tema que los guardaparques nos han enseñado en tantos años de trabajo en conjunto. Voy a cumplir veinte años en esta institución, toda mi vida profesional la he hecho acá en diferentes puestos de trabajo. Y lo que hemos entendido es que este cuidado lo tenemos que hacer con la gente y para la gente. El 96 % de nuestras áreas naturales protegidas están en buen estado de conservación, eso no lo hemos hecho solos, eso lo hemos hecho los guardaparques y los pobladores locales, y eso es lo que queremos que se multiplique, queremos acercarnos un poco más a la gente para cumplir de mejor manera con nuestro  trabajo.

Volviendo al tema de Paracas. ¿Estamos en capacidad de convertir las áreas bajo protección estatal en las aulas que necesitamos los peruanos para reconciliarnos con nuestra diversidad cultural y natural?

Las áreas naturales protegidas son los espacios que la población local tiene para conectarse con la naturaleza, con nuestras aves, con nuestros mamíferos; no solo tienen que ser escenarios adecuados para la recreación sino, sobre todo, tienen que convertirse en espacios de sanación. Cada vez estamos más saturados en el tema laboral; una ciudad tan grande como Lima, de casi once millones de habitantes, necesita espacios como la Reserva Nacional de Paracas, por ello su recuperación pospandemia ha sido muy rápida. Ahora, la ciudad también tiene en sus proximidades a las islas Palomino y a los Pantanos de Villa, dos áreas naturales del sistema nacional. La visitación en otras áreas como Tambopata, en Madre de Dios, o Huascarán, en Áncash, también están en franco crecimiento. Estamos convencidos de que las áreas naturales protegidas van a ser motores, dinamizadores de las economías locales. El distrito de Paracas se ha convertido en un eje del desarrollo turístico regional a partir de la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras, con islas Ballestas, y la Reserva Nacional de Paracas, y esos dos destinos han logrado aglutinar a los demás productos que tiene la región Ica. Estamos trabajando para que Paracas se mantenga en el tiempo y sus tesoros naturales se perpetúen para que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos puedan visitar el área y ver lo mismo que nosotros estamos viendo en estos momentos.

Respecto a los guardaparques, se ha iniciado el proyecto “Guardianes”, que resaltará el trabajo de estos peruanos que protegen nuestro patrimonio natural…

Es una idea que recogimos con mucho entusiasmo porque creemos que hay que revalorar más el trabajo de nuestros guardaparques. Tenemos la obligación de poner en evidencia el sacrificio que hacen estos héroes de la conservación. Lamentablemente no mucha gente en las ciudades conoce los esfuerzos que hacemos para cuidar nuestras áreas protegidas. Como lo he mencionado, proteger el 17 % del territorio nacional no es poca cosa y lo estamos haciendo con un personal que no es muy numeroso. Somos 1400 trabajadores en la institución, de los cuales 900 son guardaparques. Lógicamente el cuidado de tan vasto territorio no lo podemos hacer solos. En ese sentido, el proyecto Guardianes, que les va a contar a los peruanos, en diferentes formatos, la labor que cumplen los guardaparques, resulta sumamente importante porque nos va a permitir conectar con los que se benefician de las áreas que protegemos.

Debo mencionar que cuando me presentaron los documentos del proyecto y vi el retrato de Emilio Aparicio, guardaparque del Manu, un peruano que conozco desde hace muchísimo tiempo y que valoro profundamente no solo como guardaparque sino como un maestro de la conservación, me emocioné profundamente. He tenido el honor de haber patrullado con él, de haber caminado con él; don Emilio me ha enseñado el amor que tengo por las áreas naturales protegidas. Guardo un cariño muy especial hacia estos compañeros con los cuales hemos cuidado nuestro incomparable patrimonio natural. El proyecto Guardianes nos va a permitir, estoy seguro, conectar de mejor manera con la sociedad en su conjunto. Eso es fundamental para que se reconozca el trabajo del personal guardaparque.

El Sernanp es una institución construida por sus trabajadores a través de muchos años y la cimentamos en dos valores muy importantes: nuestra mística de trabajo y nuestra honestidad, nuestra honradez. Esta es una institución que no ha caído en temas de corrupción y que la estamos cuidando celosamente tanto guardaparques, como los especialistas y los demás trabajadores. Como jefe del Sernanp estoy comprometido a valorar y cuidar estos pilares que cimentan nuestra institución

Finalmente, ¿cuáles son los atributos que todo guardaparque debe tener?

Lo primero que se debe tener para ser un buen guardaparque es amor por la naturaleza, no es posible que alguien pueda dejar a los suyos durante 44 días para vivir con tres o cuatro personas en un lugar recóndito, sin tener vocación. Por eso digo que para ser guardaparque hay que tener una mística a prueba de fuego y creer en la conservación, creer que el cuidado de nuestras áreas naturales es un asunto fundamental para nuestro desarrollo sostenible. Siempre hemos dicho que la conservación no es un obstáculo sino todo lo contrario: una oportunidad para el desarrollo de nuestro país.



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