Hatun Machay, ubicado en Recuay (Áncash). Foto: SPDA

  • Se ubica en la Cordillera Negra del Callejón de Huaylas, en Áncash, y tiene un potencial para el turismo sostenible, por ello la población aledaña busca asegurar la protección de la zona.  

 

Un informe de Salud con Lupa resaltó el valor cultural y potencial turístico que posee el bosque de piedras de Hatun Machay, un espacio de 200 hectáreas situado en la Cordillera Negra de Áncash.

Esta zona, ubicada en la provincia de Recuay, es apreciada por deportistas de montaña, ya que es un paraíso pétreo que se adecúa muy bien en el mapa de las rutas de geoturismo del Perú, y además es ideal para investigaciones arqueológicas que pueden ayudar a recuperar memoria histórica.

Debido a su valor, la comunidad de Pampas Chico, que administra este bosque de piedras, quiere poner en valor este espacio que presenta un paisaje único por encima de los 4200 metros sobre el nivel del mar.

El bosque presenta figuras desde aves hasta rinocerontes en piedras que llegan a medir cincuenta metros de altura, y también resguarda pinturas rupestres y figuras líticas dibujadas en el muro de su gruta.

En lengua quechua, Hatun Machay significa “refugio grande”, y es un destino apreciado por escaladores locales y extranjeros, y una ruta de geoturismo que puede unir a autoridades, investigadores y comunidades para desarrollar todo su potencial y recuperar memoria histórica.

“Tenemos muchas rutas de escalada deportiva, una actividad que ha vuelto conocido al bosque de piedras en el mundo. Ahora, la comunidad tiene más conciencia y ha tomado las riendas del sitio para ponerlo en valor”, explica Rosario Obregón a Salud con Lupa. Ella es responsable de la administración de Hatun Machay en representación de la comunidad campesina de Pampas Chico, que es propietaria colectiva de la tierra en la que se asienta el bosque.

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Hatun Machay, ubicado en Recuay (Áncash). Foto: SPDA

Acuerdos para su protección

Actualmente, este bosque de piedras, declarado como Patrimonio Cultural de la Nación, en el 2010, necesita asegurar su protección. Salud con Lupa resalta que, si la comunidad y las autoridades locales y regionales de Áncash se ponen de acuerdo, Hatun Machay podría seguir los pasos del Bosque de Piedras de Huayllay, en la región Pasco, que tiene la categoría de santuario nacional y forma parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas por el Estado.

Como santuario, en Huayllay se permite la conservación, la investigación científica no manipulativa, la recreación y el turismo; además se restringe la extracción de recursos naturales, así como modificaciones y transformaciones del ambiente natural. En la administración de Huayllay participan el municipio, líderes comunales y la empresa privada.

Una alternativa para que el bosque de piedras asegure una conservación sostenible, es que la zona sea declarada como un ecosistema frágil para que las autoridades locales y regionales, en coordinación con la comunidad campesina de Pampas Chico, adopten medidas de protección especial tomando en cuenta sus características y recursos singulares, y su relación con condiciones climáticas severas.

Atractivos turísticos

En Hatun Machay se practica escalada de roca y slackline, el equilibrismo sobre una cuerda entre dos puntos de apoyo. Además, la gruta principal del bosque tiene motivos rupestres dibujados y labrados en las piedras, que datan de 15 mil y 20 mil años atrás.

Alrededor de Hatun Machay existen, además, manantiales y ojos de agua naturales. Antonio Pérez, de la comunidad de Pampas Chico, dice que alrededor del bosque de piedras hay por lo menos 12 manantiales. Cuidarlos es un trabajo de vigilancia y rituales. En lo que se conoce como la gruta de Hatun Machay, frente a las figuras líticas y pinturas, los comuneros suelen brindar por los espíritus del cerro.

El bosque de piedras es un lugar turístico, histórico, pero también de preservación de una tradición.

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