Desmitificando al jaguar: mitos y verdades que debes conocer del felino más grande de América

Foto: Allison Devlin / Panthera

  • ¿Son guías espirituales? ¿El humano es su presa natural? Una especialista nos brinda información clave sobre esta especie. 

Por: Ximena Mejia/ xmejia@spda.org.pe

 

Se calcula que existe una población de 22 mil jaguares en Perú, y habitan en los departamentos de Loreto, Ucayali, Madre de Dios, Puno, Cusco, San Martín, Junín y Pasco. Desde 2022, nuestro país cuenta con un Plan Nacional de Conservación hasta el 2031, que tiene como meta, entre otros, reducir en 50 % su caza ilegal. 

En los últimos 100 años, el rango de esta especie en América del Sur se ha reducido. En Perú, el tráfico ilegal de las partes de este felino, sobre todo para productos de artesanía o souvenirs, es una de sus principales amenazas. 

Además, la pérdida y fragmentación de su hábitat por deforestación, la caza indiscriminada y el conflicto con los humanos; son otros problemas que ponen en peligro su población en vida silvestre. 

Junto con Pamela Pastor,  analista del programa contra el tráfico de felinos silvestres de Panthera, reflexionamos sobre algunos mitos y verdades del jaguar que debes conocer. 

“Son guías espirituales en los viajes ayahuasca”

Mito. Muchos turistas buscan centros chamánicos en Perú con la esperanza de encontrar el “espíritu del jaguar” dentro de sí mismos. Pastor nos explicó que, en algunas ocasiones, esta experiencia se complementa con la venta de partes de jaguar: colmillos, piel, cráneos decorados, entre otros. Lo cual tiene un impacto negativo en la conservación de la especie. 

Foto: Panthera

“Si no lo mato primero, me mata a mí”

Mito. El humano no es percibido como una presa por el jaguar, más si como un competidor natural. A diferencia de otros felinos como los leones, en África, que sí evolucionaron a la par que los hombres; durante mucho tiempo el jaguar fue el único depredador de los bosques de la Amazonía. 

“Los conflictos humano-jaguar son más frecuentes”

Verdadero. Estas interacciones negativas son cada vez más frecuentes y son consecuencias de la pérdida y fragmentación del hábitat del jaguar, ocasionada por la actividades antropogénicas como: la tala indiscriminada, la expansión de la frontera agrícola, la ganadería extensiva y la cacería y la disminución de sus presas naturales. 

Foto: Omar Rodriguez/ Panthera

“Los podemos domesticar como si fueran mascotas”

Mito. Durante los primeros dos años de vida del jaguar, este necesita el  acompañamiento de la madre para aprender a cazar, identificar amenazas, encontrar refugio, entre otras cosas. Tenerlo como mascota es una forma de maltrato animal y constituye un delito que es castigado con tres hasta cinco años de cárcel. 

Mira el video completo en este enlace:

 



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