Conoce a 4 mujeres que protegen la biodiversidad y son ejemplo para nuevas generaciones
  • Investigadoras Carmen García, Raisa Lama, norma Salinas y Tatiana Espinoza destacan por el trabajo que realizan a favor del ambiente y sus especies.      

Por Nicole Gonzales / ngonzales@spda.org.pe

En el Perú, las mujeres representan menos del 34 % del total de investigadores. Esto significa que, de cada tres investigadores peruanos, apenas uno es mujer. A nivel internacional, la brecha de género en este sector es aún mayor: según las cifras reportadas por la UNESCO, las mujeres solo representan el 29.3 % de los investigadores.

Frente a ello, y con la finalidad de promover el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para mujeres y niñas, la UNESCO y ONU-Mujeres, junto con instituciones y socios de la sociedad civil, propusieron que cada 11 de febrero se conmemore el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

En el marco de esta fecha, el pasado 8 de febrero, la Embajada Británica en Lima y la Asociación Cultural Peruano Británica realizaron el conversatorio “Mujeres por la biodiversidad”, evento que buscó difundir la labor de las mujeres en el mundo de las ciencias y visibilizar los logros, además de los retos que ellas enfrentan. Este espacio contó con la participación de cuatro mujeres que están contribuyendo a la ciencia en el Perú.

La importancia de involucrarse en las ciencias

Carmen García es presidenta ejecutiva e investigadora del Instituto de Investigación de la Amazonia Peruana (IIAP)., cuenta con más de 20 años de experiencia en la evaluación de recursos de flora y fauna amazónica, además posee conocimientos especializados en ecología, biología y genética molecular de poblaciones de esa región geográfica.

Para ella, ser científica es producto de una serie de resultados y decisiones que tomó en su vida, las cuales la condujeron a ser una gran investigadora. “En Iquitos, fui profesora bien joven, pero quería descubrir cosas nuevas también. Mi inspiración principal era conocer los secretos de los ríos de la Amazonía, así que postulé a una beca, me fui al Brasil y regresé como doctora”.

La investigadora también considera que no existe igualdad de género sin acceso equitativo al conocimiento; por lo tanto, agrega, las mujeres deben tener acceso a la ciencia desde pequeñas. “Desde el hogar hay estereotipos, pero en la ciencia no hay género, sino capacidades, las cuales nos permiten mirarnos de igual a igual”.

Raisa Lama, ingeniera pesquera con experiencia en procesos pesqueros, formulación y gestión de proyectos de innovación y desarrollo sostenible, también es otro ejemplo para las nuevas generaciones.

Esta joven ingeniera es cofundadora de Ento Piruw, emprendimiento peruano que propone una alimentación nutritiva y ecosostenible a través de productos a base de insectos (aptos para el consumo humano).

Para Lama, hoy en día las mujeres ocupan un relevante rol en la producción sostenible. “Vengo de abuelos pescadores, soy del Callao, y como ingeniera trabajo en una planta de procesamiento, pero quise interesarme por la entomología y estudiar a los insectos, ya que estos cuentan con un alto valor nutricional para combatir enfermedades como la anemia”.

Asimismo, sostiene que las mujeres presentan un perfil más detallista y observador, lo que la ha ayudado a sacar adelante el emprendimiento que tiene con su hermano. Esta empresa, con la que viene desarrollando productos alimenticios con un alto valor nutricional, basados en insectos, demuestra que Perú se encuentra a la vanguardia en la búsqueda de la producción sostenible de alimentos.

“Somos un país que mantenemos tasas de anemia elevadas, pero tenemos a la anchoveta, la cual se exporta, pero aquí no se consume. Necesité de esta indignación y chispazo para motivarme y hacer algo. Les diría a las niñas y mujeres que no pierdan nunca la curiosidad, porque realmente la ciencia es muy interesante. Traten de estar preparadas porque las oportunidades están”, señaló Raisa.

Foto: Embajada Británica de Lima

La biodiversidad en el interés científico

Norma Salinas es bióloga egresada de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco. Desde el inicio de su carrera se interesó por la conservación de las especies vegetales oriundas de su natal Cusco, y ello le ha servido para participar en varios estudios sobre el establecimiento de áreas protegidas.

Actualmente es docente de la especialidad de Química, e investigadora en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) con una experiencia de más de 20 años de trabajo, lo cual le ha permitido realizar estudios de ecología, fisiología vegetal, anatomía y estructura de plantas.

Para Salinas, es necesario cambiar el chip sobre los géneros en las carreras, para que así las niñas puedan acceder a diferentes oportunidades al momento de estudiar. “No hay carreras solo para chicos o para chicas, las niñas deben elegir qué van a ser con libertad”.

Además, agrega que el entorno es clave en el proceso de interés científico. “Mi familia me llevaba a pasear por el campo y tuve la oportunidad de conocer el bosque. Me pregunté por qué debemos conservarlo y ahí empezó todo. Trabajé en proyectos e investigaciones, algunas de ellas relacionadas al Parque Nacional del Manu, donde coordiné el establecimiento de una red de parcelas para inventariar árboles”.

Otra investigadora ligada a los bosques es Tatiana Espinoza, ingeniera forestal de la Universidad Agraria La Molina. Es fundadora de Arbio Perú, organización que conserva casi mil hectáreas de bosque primario en la cuenca del río Las Piedras en Tambopata (Madre de Dios), implementando herramientas de conservación que vinculen a personas y empresas con el estudio y cuidado de la selva amazónica.

Desde muy pequeña, ella fue amante de la naturaleza, siempre quiso salir de Lima hacia el interior del país para conocer paisajes, sentir la lluvia y poder apreciar la Luna y las estrellas.

“Trabajé en distintas ONG y parte del Estado, pero hice mi tesis en Madre de Dios, y conecté mucho con el bosque. Me gustó más el campo que el trabajo en oficina. Yo quería salvar el bosque, y para ponerlo en valor hay que estudiarlo, saber qué te puede ofrecer y manejarlo de forma sostenible”.

La ingeniera en Ciencias Forestales agrega que los espacios físicos son vitales para el interés de las niñas y niños en las carreras de ciencia, pues son lugares donde los infantes aprenden a vivir con otras personas y conectan con la naturaleza.

“Invito a los niños y niñas a salir a calle a tomar fotos y tener mayor relación con el espacio físico, pero para eso hay que trabajar por tener lugares más seguros. Es importante aprender más sobre la biodiversidad urbana, hay que potenciar estos temas y trabajar en equipo. La biodiversidad no es solo de biólogos, aquí estamos involucrados todos. Esto es vital, porque todos dependemos de ecosistemas sanos”, afirmó Espinoza.

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