¿Cuántas comunidades se benefician del aprovechamiento sostenible de la fibra de vicuña en Perú?

Foto: Jaime Tranca / SPDA

  • Conoce cuántas comunidades en Perú se benefician de la esquila de vicuñas, qué autoridad es la responsable de autorizar esta práctica y las condiciones mínimas para no causar estrés o incluso la muerte del animal.

Escribe: Ximena Mejia / xmejia@spda.org.pe

 

A mediados de marzo de este año, una investigación de la agencia Bloomberg reveló que la comunidad de Lucanas, en Ayacucho, no recibiría un precio justo por parte de la marca de lujo Loro Piana, por la comercialización de fibra de vicuña (Vicugna vicugna) que es utilizada para la elaboración de suéteres valorizados hasta en 9 mil dólares.

A raíz de ello, Actualidad Ambiental se contactó con especialistas del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) para conocer cuántas comunidades campesinas se benefician realmente del aprovechamiento de esta materia prima, las condiciones para realizar el chaccu, o esquilas, y qué esfuerzos se están realizando para la conservación de la especie silvestre. 

Según el último censo oficial sobre las poblaciones de vicuñas se realizó en 2012, a nivel nacional se han registrado 208 899 de estos camélidos. Este número ha ido en aumento en comparación con años anteriores, como en el 2000 cuando se registraron 118 678 vicuñas. La cifra más baja fue registrada en 1994: 67 821 vicuñas.

Este censo también identificó que 157 832 vicuñas se encuentran en terrenos de 635 comunidades campesinas, mientras que 14 208 se encuentran en terrenos de 17 empresas. Además, el 69.9 % se encuentra en estado de silvestría y el 30.1 % se encuentra en estado de semicautiverio.

Según el Serfor, actualmente se benefician con el aprovechamiento de la fibra de vicuña 528 organizaciones (comunidades campesinas u organizaciones comunales), que son titulares de manejo, traducidas en más de 51 mil beneficiarios, de 16 regiones del país, con una producción de 11 mil kilos en el año 2022. Ellos tienen la custodia y usufructo para aprovechar la vicuña, a través de los chaccus, facultándolos para el comercio del mercado nacional e internacional.

“Desde el Serfor, hemos observado que, si bien existe una alta expectativa en torno a los ingresos generados por esta actividad, estos pueden ser insuficientes para mejorar significativamente la calidad de vida de los comuneros debido a factores de distinta índole relacionados a las necesidades básicas, cuya atención implica la intervención de diferentes sectores”, señala la autoridad. 

Cabe resaltar que el impacto de la esquila de vicuña puede variar según el contexto específico de cada comunidad. Factores como la ubicación geográfica, el acceso a mercados, la disponibilidad de recursos y el apoyo institucional puede influir en la efectividad de esta actividad como motor de desarrollo económico.

[Ver además►La vicuña y el Escudo Nacional: el camélido andino que se salvó de la extinción]

Foto: Sebastián Castañeda / El País

¿Cómo se realiza el chaccu y cuáles son las condiciones?

Aunque el Serfor emite las declaraciones de manejo (DEMA) para el aprovechamiento sostenible de camélidos sudamericanos silvestres, son los gobiernos regionales quienes autorizan y publican un calendario regional de capturas y esquilas de vicuña. En este sentido, los gobiernos regionales tienen la función de emitir y programar la autorización y supervisión de los chaccus a nivel nacional. 

Estos chacchus deben ser autorizados y ejecutados dentro del periodo de vigencia estipulado por Serfor, del 15 de mayo al 15 de noviembre. 

Cuando se realizan esquilas seguidas a un mismo animal, este no alcanzaría a tener el largo de mecha necesario para su comercialización. La fibra de vicuña debe tener un largo de mecha de no menor a 25 mm para ser esquilado, y la esquila debe ser preferentemente electromecánica, según la Norma Técnica Peruana (NTP) 231.251–2018.

Además, las esquilas seguidas pueden generar estrés en las poblaciones y esto se manifiesta en enfermedades e incluso la muerte. 

“La autoridad regional debe supervisar, además, que los animales cumplan con ser mayores de un año (no se deben esquilar crías), condición corporal buena, animal sano y la condición de preñez (hembras sin avanzado estado de preñez)”, aclara el Serfor.

Un ejemplo de manejo sostenible es lo que viene ocurriendo en la Reserva Nacional de Pampa Galeras Bárbara D’Achille, donde hasta el año pasado, se conservaban 1500 ejemplares dentro de la reserva, y más de 4 mil en su zona aledaña.

Foto: Andina

Proyectos para la conservación de las vicuñas en Perú

Actualmente, el Serfor indica que cuenta con proyectos de inversión orientados al aprovechamiento sostenible de vicuña. “Mejoramiento del servicio de apoyo al uso sostenible de la vicuña (Vicugna vicugna) en cuatro comunidades campesinas del departamento de Junín”, es un proyecto que se encuentra en ejecución y sus actividades consisten en el fortalecimiento de capacidades de mejora de calidad, así como la construcción de una planta de transformación de fibra de vicuña con su respectivo equipamiento que permitirá a las comunidades dar un valor agregado al recurso. Otro proyecto similar se tiene previsto para cinco comunidades campesinas del departamento de Cusco. 



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