CEPAL presenta informe sobre las necesidades de financiamiento climático para América Latina y el Caribe

Foto: SPDA

  • El documento destaca la importancia del financiamiento en sectores económicos como el cambio de uso de suelo, agricultura, ganadería y silvicultura que a nivel regional representan el 58 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.

 

El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), José Manuel Salazar-Xirinachs, presentó -durante la COP28- un nuevo informe que destaca las necesidades de financiamiento climático para América Latina y el Caribe en su lucha contra el calentamiento global.

El documento titulado “Economía del cambio climático en América Latina y el Caribe 2023: Necesidades de financiamiento y herramientas de política para la transición hacia economías bajas en carbono y resilientes al clima” (The Economics of Climate Change in Latin America and the Caribbean, 2023. Financing needs and policy tools for the transition to low-carbon and climate-resilient economies, disponible solo en inglés) presenta las tendencias actuales de las emisiones regionales, los compromisos de acción climática y las estimaciones de inversión requerida para cumplir con las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (CND), además de establecer lineamientos a seguir en la búsqueda para alcanzar un desarrollo inclusivo, sostenible y justo para la región.

“El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Durante años, la CEPAL ha analizado sus impactos en América Latina y el Caribe y ha encontrado que el costo de la inacción supera el costo de la acción, que estos impactos son no lineales, y exponenciales, y que el calentamiento global exacerbará los efectos negativos de los fenómenos meteorológicos extremos”, advirtió José Manuel Salazar-Xirinachs en su presentación.

“Nuestro documento muestra que, para 2030, la pérdida de productividad laboral debida al estrés térmico podría alcanzar el 10 % en algunos países, lo que afectaría directamente al potencial de crecimiento de la región. Además, hay que tener en cuenta el impacto de los fenómenos extremos”, agregó el funcionario.

El informe destaca la importancia del financiamiento en sectores económicos claves como el cambio de uso de suelo, agricultura, ganadería y silvicultura que a nivel regional representan el 58 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. A pesar de lo anterior, actualmente el financiamiento está dirigido principalmente a la mitigación en desmedro de la adaptación y las acciones transversales. Así, en 2020 el 89 % del financiamiento climático global estuvo destinado a mitigación, un 8 % a adaptación y sólo un 3 % a acciones transversales.

“América Latina y el Caribe está profundamente comprometida con la acción climática: se fijó el objetivo de reducir emisiones entre 24 % y el 29 % para 2030, respecto a un escenario sin cambios. Pero para ello la tasa de descarbonización de la región (0.9 %) tendría que ser cuatro veces más rápida”, advirtió el secretario ejecutivo de la CEPAL.

Según el estudio, cumplir con los compromisos de acción climática requiere una inversión de entre 3.7 % y 4.9 % del PIB regional por año hasta 2030. A modo de comparación, en 2020 el financiamiento climático en América Latina y el Caribe fue de solo 0.5 % del PIB regional. Por lo tanto, cerrar la brecha de financiamiento climático requiere aumentar la movilización de recursos nacionales e internacionales entre 7 y 10 veces, señaló Salazar-Xirinachs.

“La inversión en la acción climática puede reportar beneficios no solo medioambientales, sino también económicos y sociales, ya que los niveles de inversión y financiación de las medidas de mitigación y adaptación supondrán un importante impulso para el crecimiento, el empleo y el desarrollo social”, enfatizó.

En cuanto a las recomendaciones, el documento también destaca la necesidad de coordinar las políticas y alinear el sistema financiero para canalizar los flujos de inversión hacia actividades productivas que impulsen los sectores que son los motores de la economía, con vistas a lograr un desarrollo más productivo, más inclusivo y más sostenible.

En este sentido, indicó que los países de la región deben intensificar y escalar sus políticas de desarrollo productivo. Reiteró que la CEPAL ha identificado varios sectores dinamizadores, áreas de oportunidad para el crecimiento económico y la colaboración, entre los que se encuentran la transición energética, electromovilidad, la economía circular, bioeconomía, industria farmacéutica y de implementos médicos, los servicios modernos (digitales) y la economía del cuidado, entre otras.

“La CEPAL mantiene su compromiso y seguirá trabajando por un futuro ambientalmente sostenible, socialmente inclusivo y económicamente competitivo en América Latina y el Caribe”, finalizó el secretario ejecutivo.

 



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