Cables de alta tensión ponen en peligro al lugar con mayor abundancia de cóndores en Perú

Cóndor andino volando sobre el cañón de Mayobamba durante la mañana fotografiado desde el mirador. Detrás de él, tres cables de tendido eléctrico. Foto: Víctor Gamarra Toledo

  • Ejemplares juveniles de cóndor andino son afectados por el tendido eléctrico sobre el mirador de Chipao, donde puede avistarse decenas de cóndores al mismo tiempo.
  • Desde 2019, la comunidad y sus autoridades hacen esfuerzos por cambiar la dirección del cableado que, además de aumentar la mortalidad en los cóndores, perjudica el paisaje y el potencial turístico de Chipao.

Por Frank de la Cruz

 

Para avistar cóndores andinos, la recomendación más usual es el valle del Colca. Sin embargo, en la comunidad campesina de Mayobamba, ubicada en el distrito de Chipao, provincia de Lucanas (Ayacucho), se encuentra un mirador donde se puede apreciar decenas de ejemplares de una de las aves voladoras más grandes del mundo, y a escasos metros.

Sin embargo, este majestuoso lugar, junto con sus emblemáticos cóndores, enfrenta una amenaza: la presencia de un cableado de alta tensión que provoca aumento de mortandad en la población de cóndores de la zona. Hace un mes, se encontró a un cóndor juvenil fallecido bajo el cableado. Ante las críticas, la empresa Electro Dunas, encargada de las instalaciones, decidió colocar aparatos brillantes a modo de “desviadores”.

Solo en lo que va del año, se han reportado cuatro ejemplares de cóndores andinos muertos debido a colisiones o electrocuciones con estos tendidos eléctricos, según el presidente de la comunidad, Wilbert Rimachi. Actualidad Ambiental conversó con los vecinos de esta zona y especialistas para poder tener una mejor perspectiva de esta problemática.

Según Nímer Vega, guía turístico de la zona e investigador voluntario de cóndores, el cableado sobre el mirador incrementa la mortalidad de los cóndores:

“Estos animales ya están acostumbrados a estar ahí. Lo que pasa es que, en vez de sacar estos cables, han puesto unos desviadores que brillan y opacan la vista de las aves. Se ha visto ya, como mínimo, diez choques de cóndores con el tendido”, indicó el guía.

Víctor Gamarra-Toledo, ornitólogo e investigador del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional San Agustín (MUSA), quien lidera un estudio sobre la conservación y ecología de movimiento de cóndores silvestres en el Valle del Sondondo a través del marcaje con dispositivos GPS, reafirma que los tendidos eléctricos representan una nueva amenaza para el cóndor andino.

“En una investigación que publicamos en 2023, después de revisar y analizar la información de la literatura científica sobre las colisiones y electrocuciones de aves silvestres causadas por tendidos eléctricos en toda Sudamérica, mostramos que esta amenaza está presente en muchas áreas y afecta a varias especies de aves, algunas de las cuales están seriamente amenazadas, como los cóndores andinos. En este estudio destacamos los reportes de colisiones y electrocuciones de cóndores en el valle del Colca, en Arequipa, y en el Valle del Sondondo, en Ayacucho”, señala Gamarra. Asimismo, indica que esta situación ha sido poco estudiada en nuestro país, y que se requiere con urgencia más evaluaciones.

El mirador del Valle del Sondondo y su potencial turístico

El mirador de Mayobamba es un lugar habitual para los cóndores. Junto a un bebedero y un sitio de anidamiento, hacen del valle del Sondondo la zona con la mayor abundancia de cóndores andinos en Perú. Según Gamarra-Toledo, en el censo nacional de cóndores se contabilizaron 77 individuos en la región de Ayacucho. Los locales afirman que la mayor cantidad de cóndores se encuentran cerca al mirador.

Wilbert Rimachi, presidente de la comunidad campesina de Mayobamba, destaca que el horario de avistamiento de cóndores es de 7 a 10 de la mañana. La afluencia es tal que, según Rimachi, uno puede llegar a ver más de 50 cóndores al mismo tiempo, volando a pocos metros de distancia. Asimismo, señaló que el mirador es visitado por extranjeros interesados en esta especie y todos “se quedan emocionados y sorprendidos”.

Paisaje del cañón de Mayobamba visto desde el mirador. Foto: Víctor Gamarra-Toledo

Por su parte, Nimer Vega indicó que el Valle del Sondondo siempre se ha caracterizado por tener una alta población de cóndores. “La mayor población que he podido contar en toda mi trayectoria trabajando con cóndores ha sido de 78 ejemplares, solo en el mirador de Mayobamba, que es parte de una ruta donde los cóndores anidan y hay un bebedero”, afirmó.

Para Vega, el mirador tiene un gran potencial para el desarrollo de la zona. Si bien él no recibe una remuneración por su servicio de guía turístico y no hay muchos recursos humanos para desarrollar la actividad, los visitantes llegan debido al atractivo del lugar.

“No cobro un sol, pero me he dedicado a fomentar el turismo de cóndores en Chipao. El más grande atractivo turístico de toda la provincia de Lucanas es nuestro mirador de cóndores. Los turistas vienen a Lucanas para ver el vuelo de los cóndores”, señaló.

Sin embargo, la presencia de los cables de alta tensión, además de incrementar la mortandad de los cóndores, perturba el paisaje, lo que perjudica la experiencia de los turistas. “Antes de que pusieran el cableado, podía observarse el vuelo de los cóndores en toda su magnitud. Ahora, los turistas llegan a ver los cóndores, pero en todas las fotos salen los cables, en todas. Los turistas, al irse, nos dicen que es un lugar precioso, pero los cables cambian totalmente el panorama de la zona”, dijo preocupado.

“Se ha alterado el paisaje en su totalidad. Los cóndores siguen aquí y los turistas e investigadores que llegan dicen que cómo es posible que hayan colocado unos cables en un mirador mucho mejor que el del Colca. Aquí en Sondondo puede verse más de 30 cóndores volando”, dijo por su parte William Ayala, biólogo y gerente regional de recursos naturales y gestión del medio ambiente de Ayacucho.

Ayala comentó a Actualidad Ambiental que, hace un mes, durante su última visita al lugar, se encontró a otro cóndor juvenil fallecido bajo las mismas circunstancias. Asimismo, cuestionó la instalación de aparatos brillantes a modo de “desviadores”, por parte de la empresa Electro Dunas.

“Electro Dunas ha colocado aparatos lumínicos en los tendidos. Supuestamente, son para que los animales, en este caso, las aves, no se acerquen al tendido y eviten las colisiones. Según los locales, no se sabe exactamente si la instalación y el uso de estos desviadores han pasado por algún estudio de impacto ambiental o algún informe técnico que sustente su aplicación”, señaló la autoridad.

Un problema que no es reciente

El tendido eléctrico lleva más de 15 años sobre el mirador de cóndores, el cual funciona para el público desde hace poco más de diez años. Al no estar construido el mirador en el momento de la instalación, no se consultó con la población antes de realizar las obras.

“El cableado se puso antes de que nosotros descubramos el mirador. Así que no se ha hecho un estudio de impacto al medio ambiente. Luego de descubrir el lugar es que vemos los choques que produce el cableado […]. La empresa dice que, cuando ellos colocaron [el tendido], ‘nadie se interpuso, no tenemos un estudio de impacto ambiental, pero nadie se interpuso, no era necesario’, eso comentaron”, señaló Nimer Vega.

El primer choque de un cóndor con tendido eléctrico en Chipao registrado por el Gobierno Regional de Ayacucho fue en 2019. En dicha ocasión, William Ayala señaló que se pudo rescatar y tratar al cóndor, aunque su reinserción no ha sido posible.

“Levantamos el informe y trajimos al animal a Ayacucho porque se le debía llevar a un centro autorizado para su recuperación y el único que hemos encontrado en Ayacucho es el zoológico de la Universidad San Cristóbal de Huamanga. El cóndor sigue en el zoológico de la universidad. No se le ha liberado, porque sus alas quedaron fracturadas y es ya un animal en cautiverio”, declaró Ayala.

Cóndores esquivando el tendido eléctrico sobre el cañón de Mayobamba. Foto: GORE Ayacucho

Luego del incidente, el gobierno regional y el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) levantaron informes sobre el problema. En Ayacucho, se hizo un foro sobre la protección del cóndor andino. Según William Ayala, se contó con la asistencia de representantes del Serfor, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa) y el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace).

En el evento, se establecieron acuerdos entre las entidades para abordar la problemática del tendido eléctrico en Mayobamba. Sin embargo, una semana después, los funcionarios públicos de estas entidades fueron cambiados, por lo que el problema “nuevamente, quedó en nada”.

“Lo siguiente que hicimos fue presentar un informe ante el Serfor sobre estos choques. Lo presentamos con documentos formales, inclusive tenemos un video de cómo es el choque y estudios de especialistas que han recogido esta problemática. Tampoco nos hicieron caso”, señaló Ayala.

En una reunión posterior, realizada en el valle del Sondondo, se solicitó la presencia de la empresa Electro Dunas S. A. A., operadora del tendido, pero no participó del evento.

“A través de un comunicado, dijeron que no tenían porqué reunirse con nosotros, que están cumpliendo con los acuerdos de gestión ambiental, que cuentan con un informe de Serfor y Oefa y que ‘no hay ningún problema, no pasa nada’”, indicó William Ayala.

El pasado mes de julio, las autoridades se reunieron con el congresista Germán Tacuri Valdivia, representante de Ayacucho por el partido Perú Libre. Ayala comentó a nuestro medio que el congresista les ha propuesto tener una mesa diálogo en el Congreso y que “solucionar el tema es posible, pero va a tomar tiempo”.

En el Informe Técnico 009-2024-GRA, la Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente de Ayacucho propone que se realice un cambio de dirección del tendido eléctrico para que los cables que están sobre el mirador puedan ser retirados y no se perjudique este importante punto de encuentro para los cóndores.

“Se trata de un cambio de dirección, podrían hacerlo con facilidad y poca inversión, ya hicimos nosotros el estudio técnico sobre eso. De suceder, la situación del mirador mejoraría y seríamos el segundo punto a nivel de Perú, después del Colca, para avistar cóndores. Esto nos permitiría generar movimiento económico, recordemos que la conservación debe ir de la mano con la generación de economía”, señaló William Ayala.

Un nuevo desafío para la conservación de la especie

Para Gamarra-Toledo, el tendido eléctrico como amenaza para las aves es un problema a nivel mundial que no se está abordando adecuadamente. En el estudio mencionado, se concluye que existe falta de información sobre electrocución de aves por colisiones con tendido eléctrico y se recomienda que más especialistas investiguen esta problemática.

“[En el estudio] recomendamos que se evalúe la presencia de los tendidos eléctricos como una nueva amenaza para las rapaces, sobre todo para especies amenazadas como el cóndor”, señaló el ornitólogo.

Actualmente, se cuenta con el plan de conservación de esta especie, el cual culmina el próximo año. Además, la Ley 30203 declara de interés nacional y necesidad pública la protección y conservación del cóndor andino y encarga a los gobiernos regionales a cumplir esto. A propósito del fin del plan de conservación del cóndor andino, Luis Zari, especialista legal del Programa de Bosques y Servicios Ecosistémicos de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), resalta la oportunidad de actualizar dicho documento.

“Es fundamental contar con evidencia para la toma de decisiones. El plan de conservación del 2015 prioriza la reducción de la caza, sensibilización y prevención desde diferentes problemas identificados en su momento. Es una buena oportunidad para que, con la información adecuada, se pueda actualizar las acciones de conservación en un nuevo plan, enfocándose en la protección de sus hábitats, minimizando los impactos que puedan generar infraestructuras como estas. Además, existe un respaldo con rango de ley para ello”, explicó el especialista.

Los más afectados por los cables de tendido son los ejemplares juveniles, quienes, al desconocer la zona, no son capaces de evadir el cableado y terminan cayendo. Si la muerte no sucede en la caída, las alas quedan fracturadas y, por lo tanto, el ave ya no puede volar, ni alimentarse.

“Los cables están precisamente sobre el punto del mirador de cóndores. Donde el cóndor aterriza. ¡Hay tres cables! Y es durante el aterrizaje que suceden los accidentes y, como el panorama es un cerro, al caer, es seguro al 100 % que el cóndor se va a fracturar las alas”, señaló el presidente de la comunidad, Wilbert Rimachi.

Paisaje del cañón de Mayobamba visto desde el mirador. Foto: Víctor Gamarra-Toledo

La muerte de un juvenil representa una pérdida relevante para una población de cóndores, pues una pareja pone un huevo cada dos años, aproximadamente; se trata de una de las aves con la tasa de natalidad más baja. El fin de la población de Chipao, más allá de un beneficio directo, es la conservación de la especie emblemática de su región, como señala Nimer Vega.

“Para mí y mucha gente que se dedica a los cóndores, el gran problema es la mortalidad. Los cóndores siguen naciendo y los cables siguen ahí, precisamente los que son más propensos al choque son los juveniles. Si continúa la mortalidad, la población va a bajar de forma acelerada. No queremos que desaparezcan los cóndores del valle del Sondondo, como en otros lugares […]. Nos preocupa más la conservación de la especie. En base a la conservación, vendrán los turistas, y si no tengo el apoyo de las autoridades, igual yo voy a insistir a que la gente siga viniendo”, concluyó Vega.



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