Pueblos indígenas y la Iglesia católica denuncian contaminación y escasez de agua para consumo humano
- Cerca de 400 delegados de diferentes países expusieron la indiferencia e insensibilidad de los gobiernos ante la grave contaminación de los ríos, la expansión del crimen organizado y el asesinato de defensores del agua.
martes
7 de octubre, 2025

Foto: SPDA
Durante tres días, alrededor de 400 representantes de pueblos indígenas, comunidades campesinas, obispos, equipos pastorales e instituciones de sociedad civil de diez países y 14 regiones del Perú, se reunieron en la ciudad de Iquitos (Loreto) para participar en la Cumbre Amazónica del Agua, con el fin de compartir experiencias y preocupaciones en torno al cuidado y acceso al agua.
En el evento, se presentaron testimonios sobre el impacto de la contaminación en los ríos, y se recogieron diversos compromisos para proteger este recurso vital para millones de personas que habitan en la Amazonía.
Por otro lado, esta cumbre también sirvió para denunciar la severa crisis de agua potable que impacta la Amazonía. Se puso en especial evidencia la situación que viven las poblaciones ribereñas, quienes sufren el impacto directo de la contaminación y la escasez de este recurso.
La crisis se debe principalmente a la creciente contaminación de los ríos amazónicos, producto de la extracción minera y petrolera, sumada a la deforestación. Esta triple amenaza no solo ha provocado la escasez de agua apta para el consumo, sino también el envenenamiento de las comunidades indígenas, una realidad que, según los asistentes, pasa indiferente a nivel internacional.
De esta reuniones con diversos actores, surgió la Declaración por el derecho al agua, bajo el lema “Somos agua, somos vida, somos esperanza». Este documento resalta la indiferencia e insensibilidad de los gobiernos ante la grave contaminación de los ríos, la expansión del crimen organizado y el asesinato de defensores del agua.
Asimismo, exhorta a las autoridades a adoptar medidas políticas efectivas que beneficien a la Amazonía y permitan generar los cambios requeridos. También, sugiere documentar la evidencia sobre el impacto de la contaminación en las personas y el ambiente, con el objetivo de diseñar acciones de atención y desarrollar políticas públicas justas y transformadoras.

El papel de la Iglesia católica
La Cumbre Amazónica del Agua fue impulsada por el Vicariato Apostólico de Iquitos, en colaboración con el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), la Red Iglesias y Minería, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), el Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), el Movimiento Laudato Si’, Forum Solidaridad Perú, Fundación Moore y Aguas Amazónicas. Además, el evento contó con el apoyo de Adveniat, Misereor, la WCS y Porticus.
Entre los asistentes estuvieron el Cardenal Carlos Castillo, el Cardenal Pedro Barreto y obispos como el Monseñor Miguel Angel Cadena (Iquitos), además de representantes del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
“Desde hace 11 años trabajamos en una red eclesial panamazónica. Contamos con una Conferencia Eclesial que incluye a los nueve países amazónicos. Hay un esfuerzo conjunto de la Iglesia para articular no solo en los ámbitos estrictamente eclesiales, sino también con el sector empresarial y el sector social”, indicó el cardenal Barreto.

Foto: Vatican News
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