Pedro Ortega: “En el mundo hay muy pocos ejemplos similares a la réplica digital del Rostro Harakbut”
- La digitalización del Rostro Harakbut, en la Amazonía peruana, plantea cómo la tecnología puede ayudar a preservar el patrimonio cultural y natural. El experto en tecnologías aplicadas al patrimonio cultural, Pedro Ortega Ventureira, reflexiona sobre este futuro.
lunes
22 de septiembre, 2025

La expedición al Rostro Harakbut permitió la digitalización de este Patrimonio Cultural de la Nación.
Por Sally Jabiel
El Rostro Harakbut, formación rocosa de más de seis metros en la Amazonía peruana y lugar sagrado para el pueblo harakbut, fue digitalizado por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) y el ECA Amarakaeri para preservarlo frente a la minería ilegal y otras amenazas. Este gemelo digital ahora forma parte de Patrimonio Cultural Digital, una plataforma que lidera Pedro Ortega Ventureira, experto en tecnologías aplicadas al patrimonio cultural. Su objetivo es mapear y visibilizar, a escala global, los proyectos que buscan conservar y difundir el patrimonio cultural mediante tecnologías digitales.
Conversamos con Ortega Ventureira sobre lo que significa esta iniciativa y hacia dónde apunta la digitalización del patrimonio cultural en todo el mundo.
¿Qué le sorprendió el gemelo digital del Rostro Harakbut y por qué lo considera innovador?
Estoy acostumbrado a ver digitalizaciones del patrimonio, que pueden ser desde piezas de museos hasta un castillo abandonado hasta una iglesia. Pero la Unesco protege no solo lugares culturales, también naturales. Y ahí está lo sorprendente de esta réplica de un lugar natural protegido y con ese grado de sacralidad para los pueblos indígenas.
No hablamos solo de lo tangible, sino también de lo intangible, de lo que un sitio significa para una cultura. Tener digitalizado en 3D un enclave como el Rostro Harakbut, sagrado para los pueblos que lo han cuidado por siglos, me parece un ejemplo innovador y digno de atención.
¿Qué riesgos enfrenta hoy el patrimonio cultural y natural y cómo puede ayudar la digitalización?
Es un tema preocupante. Este año en España hemos vivido muchos incendios. Las Médulas, un lugar protegido por la Unesco, se ha quemado en parte por uno de estos incendios. También la Ribeira Sacra, candidata a la Unesco, ha sufrido con esto.
El patrimonio cultural y natural está siendo sometido a estos riesgos constantes de desaparición, ya sea por la mano del ser humano, como por agentes naturales. Entonces, es muy importante valorizar esos espacios a través de estas herramientas digitales. Sabemos que el mundo natural está en constante efervescencia, también el cultural, pero captarlo es un testimonio de su valor natural.
¿Existen casos comparables al del Rostro Harakbut?
Hay muy pocos ejemplos similares. Lo que sí puedo decir es que en digitalización del patrimonio no existe un criterio único. Unos usan fotogrametría, otros LiDAR, otros vídeos 360. En este mundo no hay un criterio homogéneo, hay distintas tecnologías y cada uno la hace a su libre albedrío.
En el ámbito de los paisajes naturales, la Unesco reconoce la categoría de “paisaje cultural”, que combina lo material y lo natural. Yo mismo trabajé en el Ayuntamiento de Madrid con el Paisaje de la Luz, inscrito en la lista de Patrimonio Mundial en 2021. Es un paisaje vivo, transformado por siglos de intervención humana, que integra elementos culturales y naturales.
Precisamente, por eso, me pareció tan relevante el caso del Rostro Harakbut. No abundan ejemplos de digitalización de paisajes culturales y menos aún de esta envergadura.

Pedro Ortega Ventureira. Foto: Fran Ferrer
Cuando se habla de digitalización del patrimonio, ¿qué implica?
Para explicarlo de una manera fácil, tenemos que entender en la digitalización dos ámbitos. Uno, el de la conservación y otro el de la difusión. Notre Dame es un ejemplo muy claro. En 2019 sufrió un incendio que destruyó su techumbre y la aguja de Viollet-le-Duc. Estuvimos a punto de perder una joya de la religiosidad europea.
Sin embargo, gracias a que antes se había escaneado en 3D, fue posible reconstruirlo con gran fidelidad. La empresa Histovery, además, hizo una exposición mundial con una tableta llamada Histopad, que mostraba la historia de Notre Dame en 3D. Con esa herramienta captaron fondos para su recuperación material. Un modelo digital, entonces, permite replicar un bien cultural si se destruye por accidente o atentado.
Y luego está la difusión. La digitalización permite acercar un lugar a personas que no pueden visitarlo. Con una tableta o unas gafas 3D, puedes recorrer espacios a miles de kilómetros. Por ejemplo, yo sueño con un gemelo digital de Angkor Wat, en Camboya. Quizás nunca lo visite físicamente, pero sí podría hacerlo virtualmente.
Una de tus apuestas es un metaverso cultural libre y gratuito, ¿de qué va?
Mi intención es que no caigan en saco roto los esfuerzos de tanta gente, sobre todo por esa heterogeneidad de criterios y metodologías de las que hablaba. En Patrimonio Cultural Digital incluimos proyectos y entidades que trabajan en este ámbito. Ahora mismo el directorio tiene unas 40 entidades y unos 30 proyectos. Es una apuesta desde mi asociación cultural, Mentenebre, alineada con los principios de la Unesco.
En ese sentido, yo tengo el sueño de un metaverso cultural gratuito. Que podamos tener, por ejemplo, un templo indio digitalizado en 3D, recorrerlo, ver sus relieves, sus pinturas, con capas de información. Eso implica motores gráficos como Unreal o Unity, o inteligencia artificial para contextualizar. Mi sueño es un mapa interactivo donde se pueda viajar en el espacio y en el tiempo por el patrimonio de la humanidad.
¿Qué tendencias y desafíos marcan hoy el patrimonio digital?
Hemos llegado muy pronto al mundo de las humanidades digitales y todavía no ha cuajado en la sociedad. Pero más que el futuro es el presente ya. En España hay másteres en patrimonio digital y humanidades digitales. Yo creo que habrá muchos profesionales preparados para este campo. Pero hoy no hay un estándar común y ese es un gran desafío. Cada museo o institución ha hecho sus 3D con distintas tecnologías.
¿Qué podemos esperar en el futuro del patrimonio cultural digital?
Se viene, primero, el mundo de la realidad aumentada. Apple ha lanzado gafas que, aunque poco accesibles, permiten superponer capas digitales, y Meta trabaja en gafas como las Ray-Ban Meta. Estas gafas permiten grabar, fotografiar y hasta integrar inteligencia artificial. El futuro puede no estar en el móvil, sino en unas gafas que lo tengan todo.
Y también en la inteligencia artificial aplicada al patrimonio. No solo se recrearán entornos, sino también elementos de vegetación y hasta personajes virtuales que interactúan contigo. Es algo que estará aquí dentro de nada, si no lo está ya.
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