[Opinión] La participación de las mujeres en el sector pesquero artesanal
  • Las mujeres participan en todos las instancias de la pesca artesanal. Es más, en algunas tareas asociadas a la pesca, son principalmente mujeres quienes se dedican a ellas. ¿Por qué sabemos tan poco sobre las mujeres que trabajan en el sector pesquero? ¿Cómo incide este desconocimiento en la situación de estas mujeres?

Por: Michelle Jackson / Asistente de proyectos de Gobernanza Marina de la SPDA

 

Según el Censo Nacional de Pesca Continental del 2013, solo el 14 % de los pescadores son mujeres. Esto no quiere decir que las mujeres no estén presentes en la cadena de valor de la pesca: muchas son pescadoras, buzos, dueñas de embarcaciones, o líderes de organizaciones o gremios de pescadores; no obstante, lo común es que ellas no se formalicen, ya que son sus padres, esposos o hijos quienes ejercen la labor formal de pescadores en la familia. Además de participar en la extracción de los recursos hidrobiológicos, las mujeres cumplen un papel sumamente importante en la cadena de valor de estos productos, aunque sus labores, al no constituir la actividad principal de extracción, suelen ser invisibilizadas.

Según un artículo de Amelia García, publicado en el 2001, las labores de las mujeres en el sector pesquero artesanal pueden variar dependiendo de la comunidad donde viven. Además de la pesca, estas suelen incluir la preparación para la faena como la recolección de carnaza, la compra de combustible y las provisiones para la salida al mar, y la gestión de los créditos para equipar las embarcaciones. Las mujeres también participan en otras actividades extractivas como la recolección de mariscos, algas y cangrejos o la pesca de orilla, pero su labor más intensa se encuentra en el procesamiento del pescado.

Después de que las embarcaciones regresan de pescar, las mujeres son las encargadas de recibir el pescado, de realizar la limpieza y procesamiento de este y de comercializarlo. El pescado se puede comercializar directamente en las playas, en mercados locales para venta directa a los clientes, o se puede trabajar con un intermediario, y son las mujeres quienes interactúan con los compradores, fijan los precios, y se encargan de la economía de sus pequeños emprendimientos o puestos de mercado. La FAO estima que un 90 % de los trabajadores en el procesamiento de pescado son mujeres, según un estudio realizado en el 2017.

La información que se puede encontrar sobre el sector pesquero suele ser poca y usualmente se habla sobre la captura de pescado, las toneladas de producto que se desembarcan y las especies más productivas, por lo que son estas actividades las que están al frente de las políticas públicas. Todo el trabajo de poscaptura, precisamente el trabajo realizado mayoritariamente por las mujeres, no se suele documentar y todo el esfuerzo realizado queda invisibilizado.

Además de la poca visibilidad en las políticas públicas y reportes sobre la pesca, los espacios donde las mujeres pueden debatir sus experiencias y levantar la voz son limitados. Usualmente son los hombres de la familia quienes son los socios de las cooperativas, o son ellos quienes van a las juntas mientras las mujeres se quedan en casa cuidando de los hijos y las labores del hogar.

Es importante que la contribución de las mujeres sea visible, lo que permitiría incluir sus experiencias en la política pública para mejorar sus medios de vida, así como la productividad y sostenibilidad del sector pesquero. Una manera importante de incluir a las mujeres en la conversación es crear espacios inclusivos que atiendan a sus necesidades. Por ejemplo, si en la comunidad, por costumbre o cultura, son usualmente los hombres quienes asisten a las juntas de la organización y toman la palabra, se pueden abrir espacios exclusivos para las mujeres, donde ellas se sientan libres de compartir sus experiencias. Si se trabaja en una comunidad donde el cuidado de los hijos recae totalmente en las mujeres, se pueden abrir espacios que brinden facilidades para cuidar de los niños, o se pueden ofrecer espacios, cuando los niños están en el colegio, para que las mujeres puedan ser parte de la toma de decisiones. 

Evidentemente, es poco probable que estas propuestas se ejecuten por iniciativa propia de las comunidades. Hace falta que el Estado ponga en valor la participación de las mujeres en la cadena de valor del sector pesquero artesanal, lo que les otorgará un espacio acorde con su contribución en el desarrollo económico familiar, comunal y local, y les permitirá participar en la toma de decisiones de su espacio de trabajo.

 

 

Notas relacionadas:



COMENTARIOS FACEBOOK
OTROS


Comments are closed here.