- Marcas venden sus productos como de origen “natural” o de “bosques sostenibles certificados”, pero es todo lo contrario.
Para conocer qué especies se utilizan para la producción de carbón vegetal comercializado en Lima, Ojo Público solicitó un análisis anatómico de una muestra aleatoria (12) de diferentes marcas de este producto al laboratorio de la Universidad Nacional Agraria La Molina.
El resultado de la investigación halló que las marcas Oregon Foods y Ecobrasa —calificados como gastronómicos gourmet—, presentan muestras de shihuahuaco, una especie forestal que se encuentra en riesgo de desaparecer, pero que el Estado peruano no ha incluido en la lista de especies amenazadas.
Este árbol se extrae principalmente de Ucayali y Madre de Dios, ambos territorios amazónicos también concentran el 85.7 % del total del carbón vegetal declarado por los gobiernos regionales en la categoría de “varias” especies, es decir, no es posible identificar a qué tipo de madera específica pertenece.
En 2021 todo el carbón de shihuahuaco que llegó a los negocios de Lima se produjo en estas regiones del país.
También se analizaron muestras de los empaques de las marcas Bell’s, Tottus, Metro y Braza. En los resultados se encontraron especies diversas como manchinga, capirona, copaiba, mashonaste, huayruro, moena y oje.
Los empaques señalan que cuentan con permiso del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), para su comercialización, pero se encontró varias irregularidades como la falta de información sobre el origen del producto.
El medio periodístico consultó a Serfor sobre la vigencia de las autorizaciones y respondieron que son de tiempo “indeterminado”. Sin embargo, este puede ser “interrumpido” por una medida cautelar o un proceso sancionador.
La autoridad forestal también indicó que todavía se encuentran “trabajando en el diseño de los formatos y las respectivas instrucciones para el uso y registro de información” del libro de operaciones que vigilaría los ingresos y salidas en los almacenes de carbón vegetal.
Solo en Lima hay 288 personas y empresas autorizadas para almacenar y comercializar carbón, pero desde 2015, apenas se han realizado 10 supervisiones.
Ante esta problemática, el vicerrector académico de la Universidad Nacional Agraria La Molina, Héctor Gonzales Mora, explicó que se puede considerar al carbón activado como una alternativa al carbón vegetal.
Este pasa por un proceso de elaboración con gases y vapor de agua, y puede llegar a costar hasta US$ 1000 por kilo. El especialista también propuso el uso de la cáscara de coco u otros frutos para generar combustible con menor impacto en el medio ambiente.
Puedes leer el informe completo de Ojo Público en este enlace.
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