“Seguimos resistiendo”: mujeres ejemplares lideran iniciativas de protección de la Amazonía

Mary Luz Canaquiri y Zoila Merino

  • Zoila Merino y Mary Luz Canaquiri, son lideresas que desde sus organizaciones impulsan el empoderamiento de las mujeres indígenas y la defensa del territorio.

Por Angela Rodriguez / arodriguez@spda.org.pe

Las brechas de acceso a derechos continúan siendo una problemática que enfrentan las mujeres a diario, sobre todo las mujeres indígenas. En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, dos lideresas indígenas de Loreto recalcan la importancia de reconocer los aportes de las mujeres e impulsar sus liderazgos.

“Nosotras somos cuidadoras de la naturaleza y del bosque. Yo quiero que mis hermanas puedan ocupar los espacios de poder, sean lideresas y se superen, que sean también defensoras de su territorio, su bosque, su agua y transmitan su cultura”, señala Zoila Merino, quien lleva casi tres décadas como lideresa.

“Nosotras trabajamos para que respeten nuestros derechos y territorio ancestral. Como mujeres nos enfrentamos a muchas dificultades y estamos resistiendo, nos sentimos olvidadas y vulneradas por ser mujeres indígenas. Es fuerte la discriminación, racismo y machismo que hasta hoy vivimos. Por eso, nosotras trabajamos por las mujeres y comunidades en defensa de la identidad cultural, del territorio y los derechos colectivos”, explica Mary Luz Canaquiri, presidenta de la Asociación Huaynakana Kamatahuaranakan, que significa mujeres trabajadoras.

Zoila Merino y Mary Luz Canaquiri son lideresas indígenas de los pueblos Bora y Kukama, respectivamente. Ellas, desde sus organizaciones, trabajan por el empoderamiento de las mujeres indígenas, la defensa del territorio, ambiente y los derechos de sus comunidades. Ambas reconocen que es necesario y urgente que más mujeres indígenas accedan a cargos de poder, porque -como dice el lema del Día de la Mujer de este año- se debe promover “la igualdad de género hoy para un mañana sostenible”.

Abriendo camino para más mujeres

Zoila asumió un rol de liderazgo en 1990, en un momento en el que aún era muy complicado que se les diera espacios de poder a las mujeres indígenas. Once años después se convirtió en la primera mujer presidenta de la Federación de Comunidades Nativas del Ampiyacu (Fecona) y hoy es parte de la directiva de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente Peruano (Orpio). En esta organización, Zoila trabaja para que más mujeres indígenas en todo Loreto tengan oportunidad de asumir liderazgos.

Zoila Merino en capacitación sobre la vacunación indígena contra el COVID-19. Foto: Orpio

“Hace 30 años las cosas eran diferentes, en mi comunidad no había participación de mujeres. En las asambleas, las mujeres estaban atrás, adelante estaban los hombres, porque decían que las mujeres debíamos estar en la casa y no participando en las asambleas”, recuerda Zoila Merino y agrega que, aunque ahora las cosas han cambiado un poco, todavía “falta mucho”.

“Acá (en Orpio) solo hay una mujer líder, que soy yo, deberíamos ser dos o tres para poder hacer más cosas. En Orpio no hay el 50 % que debería ser, y las federaciones en su mayoría no les tomen importancia a las mujeres”, resalta.

“Estamos resistiendo”

En Loreto, existen 31 federaciones indígenas, pero solo 1 tiene una mujer como presidenta actualmente. El acceso a espacios de poder sigue representando una brecha entre hombres y mujeres indígenas. Por ello, Mary Luz Canaquiri y sus compañeras decidieron formar su propia organización y hoy están constituidas en la Asociación de mujeres kukamas Huaynakana Kamatahuaranakan.

Mary Luz en su comunidad antes de la pandemia. Foto: IDL

“Nos organizamos frente a la necesidad de ser atendidas, porque vimos que sin estar organizadas nadie nos iba a hacer caso, escuchar o atender”, argumenta Mary Luz, presidenta de la organización que hoy es la voz de 28 comunidades.

Mary Luz Canaquiri, de raíces kukama, vive en la comunidad indígenas Shapajilla, ubicada a orillas del río Marañón, en la provincia de Nauta, a unas 8 horas de Iquitos. En su comunidad carecen de servicios básicos como el agua potable, por lo que dependen del río para abastecerse de agua, sin embargo, este “está contaminado”.

“Ya no podemos beber del río y tampoco alimentarnos, eso nos ha traído mucha pobreza porque ya no tenemos los mismos recursos que teníamos antes”, explica. Frente a esta problemática, la organización que lidera Mary Luz ha demandado que se reconozca al río Marañón como sujeto de derecho “porque nosotros los kukamas tenemos una relación con el río”.

Por su río, su territorio y sus derechos, Mary Luz advierte que seguirán luchando. “Estamos resistiendo las mujeres porque queremos hacer respetar nuestro territorio. Nosotras queremos que nuestros hijos tengan donde vivir, tener una vida adecuada, una vida plena, el pueblo kukama quiere eso”, concluye.



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