- Pedro Heredia, titular del Área de Conservación Privada Milpuj (Amazonas), relató su experiencia luchando contra los incendios forestales, los últimos 20 días.
“Si pudiera ponerle un título a esta experiencia sería ‘el mayor desastre ambiental en la historia no solo de Amazonas, sino del Perú’”.
Con esta declaraciones, Pedro Heredia, titular del Área de Conservación Privada (ACP) Milpuj, empezó relatando su experiencia los últimos 20 días luchando contra los incendios forestales que amenazaron su propiedad.
A finales de agosto, un incendio forestal en el valle del Utcubamba (Amazonas) afectó a esta ACP que alberga un ecosistema de bosque estacionalmente seco, uno de los menos representados en las áreas de conservación del Perú.
“Ha sido un infierno. Es difícil describir la magnitud de la destrucción, pero podemos afirmar que hasta el momento se han perdido alrededor de 50 hectáreas de bosques, y junto con ellos los hábitats de muchas especies que forman parte de la biodiversidad de Amazonas”, contó Heredia al programa Pacha Warmi.
El titular del ACP Milpuj explicó que llevan 20 días de trabajo intenso, coordinando las alertas y la logística del apoyo desde las 5 de la mañana hasta la medianoche. “La ausencia del Estado es total”, lamentó.
“El golpe que hemos recibido es irreversible. En estos momentos, hay dos incendios activos en áreas de conservación en Amazonas. Por suerte, han llegado bomberos de distintas unidades, rescatistas de vida silvestre, y se ha establecido un hospital de emergencia para los animales en Chachapoyas que sigue recibiendo apoyo”, afirmó el conservacionista.
Heredia añadió que, por fortuna, en su área la mayoría de animales pudo escapar a salvo y no tienen registros de fauna quemada o carbonizada.
‘Pensamos que la batalla estaba perdida’
El incendio en la zona comenzó la tarde del viernes 30 de agosto. Debido a un problema técnico, en ese momento el ACP Milpuj no contaba con electricidad, por lo que pasaron los 3 primeros días del incendio incomunicados.
“Cerca de la medianoche ocurrió el primer milagro: llegó una combi con 7 estudiantes voluntarios de la Universidad de Chachapoyas, que de alguna manera se enteraron del incendio y fueron los primeros en sumarse a la defensa del área”, narró Heredia.
Más tarde, se sumaron tres comunidades del sur, que por suerte contaban con equipamiento contra los incendios. Sin embargo, el sábado por la tarde el fuego recrudeció y se sumaron más refuerzos de Chachapoyas.
“En total, en el mejor momento, fuimos 17 voluntarios. Aquí no nos ayudaron ni los bomberos, ni el Ejército, ni el Gobierno”, señaló el titular.
“Somos un área de conservación privada, y ese término es lapidario para nosotros, porque la autoridad de mi distrito me dijo: «Tú eres privado, tú verás cómo te salvas». ¿Acaso los animales y la naturaleza pueden diferenciar entre lo privado y lo comunal?”, añadió.
El sábado por la noche, el fuego ya asomaba detrás de la casa de Heredia, por lo que la comunidad de Milpuj pensó que la batalla estaba ya perdida. Sin embargo, un viento repentino del sur llegó y se llevó el fuego.
“Desde el domingo logramos controlar el incendio. Hoy se aprecia una línea recta entre el terreno quemado y el intacto. Ahora podemos decir con certeza que Milpuj es el único bosque sobreviviente en un área de 2 mil hectáreas, todo lo demás se ha quemado”, contó el conservacionista.
Área afectada
La principal zona afectada dentro del área fue la cabecera de cuenca, explicó Heredia.
“Se quemaron los musgos, que era de donde nacía el agua para Milpuj. Ahora no tenemos agua en ese sector, el fuego arrasó con todo”, lamentó.
El titular señaló que si bien el incendio actualmente está controlado, lo más difícil será la restauración del ecosistema. Por ahora, están esperando a que empiecen las lluvias para iniciar la siembra de plantas de rápido desarrollo que generen alimento para los insectos, aves y mamíferos.
«Algo bueno que hicimos previendo este tipo de catástrofe fueron los bebederos de fauna, que están escondidos en el bosque y son ya conocidos por la vida silvestre, y de alguna manera les sirven como refugio para poder tomar agua”, dijo.
Prevención ante futuros incendios
Finalmente, Heredia hizo un llamado a que la ciudadanía pueda contribuir a la prevención de nuevos desastres.
“Ahora lo que necesitamos son herramientas para combatir los próximos incendios, para no ser tomados desprevenidos”, enfatizó. “Las necesidades básicas incluyen mochilas de agua (de fumigar), machetes, lampas, picos y linternas”, concluyó.
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