Manglares de Tumbes: conoce a los guardianes de este santuario

  • El Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes se estableció en 1988, sobre un área de casi tres mil hectáreas.
  • En la actualidad, el santuario es cogestionado por el Sernanp y el Consorcio Manglares del Noroeste, integrado por pescadores y extractores de cangrejos y conchas negras.

martes

26 de agosto, 2025

Lorena Ladines, guardaparque del área protegida. Foto: Gabriel Herrera / Grupo Viajeros

Por Guillermo Reaño* / Grupo Viajeros

 

En sus copiosos bosques de mangle, un árbol adaptado a las aguas salinas, se arremolinan comunidades muy singulares de seres vivos de los más diversos tamaños: desde los organismos microscópicos que sirven de alimento a los crustáceos que caracterizan a los manglares peruanos hasta vertebrados de gran tamaño como el célebre cocodrilo de Tumbes. Llegamos hasta el santuario nacional para conocer a dos de los cinco guardaparques que laboran en el área, Lorena Ladines Cruz y Carlos Ricardi Benítez, los dos naturales de Tumbes.

Lorena Ladines Cruz se siente orgullosa de ser la única guardaparque mujer del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, el área natural que conserva el último reducto de lo que alguna vez fue un ecosistema excepcionalmente rico en vida natural que se extendía desde el Golfo de California hasta el extremo norte de nuestro país. La encontramos en el Puesto de Vigilancia y Control El Algarrobo donde cumple funciones con los cuatro compañeros, todos varones, que cuidan con esmero los canales y marismas donde nacen y se reproducen las especies comerciales que sustentan la vida de gran parte de la población de Zarumilla, Matapalo, Bocapán, Zorritos, la propia ciudad de Tumbes y otros centros poblados de la región.

«Soy guardaparque oficial desde hace cuatro años, sí, pero sobre todo soy madre de familia, comparto mis días en el manglar con mi vida en casa, con mi familia. ¿Es difícil? Claro que sí, ser guardaparque mujer en un mundo de varones es mucho más que un reto. Por eso es que trato de hacer todo lo que los hombres hacen y hacerlo bien: ya sé que hay un tema físico pero las mujeres podemos hacer lo mismo, obviamente con menos fuerza. En casa esa misma energía y pasión la pongo en la educación de mis hijos».

Lorena es madre de familia de dos muchachos, el mayor a punto de terminar la carrera de Ingeniería Agrícola en una universidad de Tumbes; el menor, de siete añitos solamente, iniciando su escolaridad en un colegio de la ciudad.

Con ella subimos a una de las embarcaciones de su institución para hacer un recorrido por un canal utilizado regularmente por los extractores de conchas que operan cerca de El Algarrobo. Mientras nos cuenta que es egresada de la carrera de turismo escuchamos la voz tronante de Carlos Ricardi Benítez, su compañero en muchos de los patrullajes en esta y en otras zonas bajo su cuidado. Ricki, así lo llaman todos, es un mocetón de 65 años cuyo porte marcial revela de inmediato su procedencia: orgulloso licenciado de nuestras Fuerzas Armadas.

«Cuando uno ingresa a un área natural protegida, uno se desconecta de todo. Y, en mi caso, estar aquí me ha permitido valorar aún más lo que tenemos: para amar lo nuestro hay que conocerlo bien, y a eso nos dedicamos las 24 horas del día».
Lorena Ladines, guardaparque del área protegida.

[Ver además► Guardianes, un libro que resalta el trabajo de los guardaparques peruanos]

Foto: Gabriel Herrera / Grupo Viajeros

«A mucha honra y del cuerpo de paracaidistas. Claro, antes del ejército, y también después, me he movido como pez en el agua por estos manglares, primero como extractor y luego como conservacionista. Desde hace más de veinte años soy guardaparque y como muchos de nosotros también empecé como voluntario. Fue tal mi amor a la conservación que durante seis años fui guardaparque voluntario».

Carlos nos dice que en el Sernanp ha encontrado su destino, que lo que más le apasiona es liderar, poner al servicio de los demás lo que ha ido aprendiendo a lo largo de su vida. No se cambia por otro y quiere dedicarse a lo que hace hasta donde le alcance las fuerzas, que, por cierto, le sobran.

¿La convivencia entre los guardaparques hombres y las guardaparques mujeres? «En nuestro trabajo prima el respeto», acota don Carlos. «Aquí cada uno de nosotros cumple funciones muy importantes, no tenemos tiempo para cosas menores. Somos un equipo y nos comportamos como parte de una misma familia», reflexiona Lorena.

«Cuando uno ingresa a un área natural protegida, uno se desconecta de todo. Y, en mi caso, estar aquí me ha permitido valorar aún más lo que tenemos: para amar lo nuestro hay que conocerlo bien, y a eso nos dedicamos las 24 horas del día», agrega.

Lorena Ladines y Carlos Ricardi, guardianes del santuario nacional. Foto: Gabriel Herrera / Grupo Viajeros

En los canales que van y vienen desde el océano para juntarse con las aguas que descienden del bosque tropical húmedo del Pacífico sudamericano la vida ha vuelto a recuperar los pálpitos de siempre. Y sus guardianes, los guardaparques del Sernanp y los pobladores de las inmediaciones del santuario nacional, juntos, están mostrándole al mundo que es posible administrar de manera apropiada los recursos naturales que tenemos.

Y en un ecosistema que por definición es el hábitat apropiado y tal vez único para una amplia gama de especies residentes y migratorias de aves y también, por supuesto, por nutridas comunidades de peces, reptiles, mamíferos, moluscos y crustáceos que se movilizan a sus anchas en estas singulares orillas vecinas del mar tropical del Perú.

Maravilloso, la población local y los trabajadores del Sernanp, guardaparques y especialistas, juntos, están cuidando con propiedad el área natural protegida y los logros de tan buena relación saltan a la vista: entre todos han logrado detener la tala ilegal que estaba haciendo estragos en las poblaciones del mangle tumbesino y los extractores de moluscos y crustáceos empiezan a hacer su trabajo con riguroso respeto de las tallas mínimas y las reglamentaciones existentes.

 

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* El texto pertenece al libro Guardianes, crónicas de guardaparques en el Perú, publicado en mayo de 2025. Descarga el libro aquí.

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