- Un informe de WWF demuestra que la pérdida de bosques amazónicos afectaría el sustento de alrededor de 47 millones de personas, pondría en riesgo la seguridad alimentaria y haría imposible mantener el aumento de temperatura del planeta por debajo de 1.5 °C.
El carbono almacenado durante siglos en la Amazonía se está liberando a un ritmo acelerado debido a la deforestación, los incendios y las actividades productivas no sostenibles. El informe “Amazonía Viva” de WWF señala que la pérdida de bosque tropical podría llegar a un punto de no retorno, afectando directamente los medios de subsistencia de los 47 millones de personas que viven en la Amazonía, 511 grupos de pueblos indígenas, el 10 % de la biodiversidad del planeta, y agravando las crisis mundiales del clima y la biodiversidad.
El punto de no retorno también suele ser denominado “punto de inflexión”, que quiere decir el límite en que la degradación se hace irreversible. Los científicos y las organizaciones de líderes ambientales temen que la Amazonía se convierta de un bosque húmedo tropical a un bosque seco. ¿La razón? El 18% de los bosques se ha perdido y un 17% adicional se encuentra degradado.
El informe también advierte que el objetivo vital de mantener el calentamiento global dentro de 1.5 °C no se puede cumplir si se pierde la selva amazónica, ya que almacena entre 367 y 733 Gt de CO2 en su vegetación y suelos.
Revertir esta tendencia y proteger el 80 % del bosque tropical requerirá asegurar y ampliar un mosaico de áreas protegidas y territorios indígenas protegidos (actualmente la mitad del bioma) que deben ser gobernados y gestionados equitativamente, junto con enfoques integrados de gestión del paisaje para la conservación y desarrollo sostenible, según WWF.
Durante un evento de lanzamiento del informe en la COP27, se emitió un llamado global para que actores clave de diversos sectores se unan a la iniciativa 80×25 de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) para proteger al menos el 80 % de la Amazonía.
“Cumplir con el objetivo del 80×25 es parte de un esfuerzo global para establecer una transición hacia una Amazonía ecológicamente saludable. Esto requiere un cambio hacia la equidad social, el desarrollo económico inclusivo y la responsabilidad global”, comentó Kurt Holle, director de la Unidad de Coordinación Amazónica de WWF y de WWF Perú.
De acuerdo al grupo, lograr esta meta requerirá: una visión regional Panamazónica con políticas e instituciones fortalecidas para implementarla; un 100 % de reconocimiento legal, demarcación y financiación de los territorios de pueblos indígenas; fomentar un modelo de desarrollo que detenga los impulsores de la deforestación y degradación, y promueva cadenas de suministro libres de deforestación; financiar un programa de restauración ecológica a gran escala; proteger la biodiversidad y especies amenazadas, entre otras estrategias.
Puedes encontrar el informe completo en este enlace.
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