Incendios forestales 2025: ¿esta vez estamos preparados?
- El año pasado, incendios en más de 20 departamentos destruyeron miles de hectáreas de bosques y otros ecosistemas, afectando la biodiversidad, así como viviendas, campos de cultivo y la salud de las personas. ¿Qué hemos aprendido después de la tragedia?
miércoles
27 de agosto, 2025

Foto: Agencia Andina
Por Jaime Tranca / jtranca@spda.org.pe
En el 2024, Perú vivió una de sus temporadas más devastadoras de incendios forestales de las últimas décadas. Según datos del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), el año pasado se registraron 1966 siniestros de este tipo, lo que causó la muerte de 35 personas y dejó 285 heridos.
Los incendios afectaron a más de 20 departamentos, de los cuales Amazonas, San Martín, Ucayali, Lambayeque, Cajamarca, fueron algunos de los más afectados. Si bien estos eventos ocurren todo el año, las temporadas secas presentan un mayor número. En el caso de 2024, setiembre registró el pico más alto de incendios, de acuerdo con el informe de MapBiomas Perú.
Además, el Programa de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés) indicó que Perú, junto con Brasil y Bolivia, fue uno de los países con mayor cantidad de bosques amazónicos afectados por incendios forestales. En el 2024, nuestro país perdió 47 574 hectáreas de bosques debido al fuego, más del doble de lo perdido en el 2023 (20 042 hectáreas).
Los incendios forestales no solo impactan sobre los ecosistemas, destruyendo una gran variedad de flora y fauna, sino también afectan la salud y economía de miles de personas. Bosques, pajonales, pastizales, campos de cultivo, hogares y hasta especies endémicas, son arrasados por el fuego.
Según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), la principal causa de estos incendios es humana, debido a la quema que se realiza para fines agropecuarios, y estos se intensifican por las constantes sequías y olas de calor, que no son más que los efectos claros del cambio climático. Por ello, la estrategia para afrontar estos siniestros necesita de diversos enfoques.
“Tuvimos toda una desarticulación. No sabíamos qué hacer, a quién llamar. En muchos casos, no mantuvimos un orden debido a que la emergencia empezó a ocurrir de forma múltiple. A ello se sumó la falta de implementos adecuados para atender las emergencias”.
Fanny Cornejo, directora ejecutiva de Yunkawasi.

Foto: Municipalidad de Luya-Lamud
¿En qué fallamos?
A través de un informe, la Intendencia Nacional de Bomberos del Perú (INBP) señaló que “evitar un incendio forestal es menos costoso y riesgoso que apagarlo”; sin embargo, este tema es tratado solo de forma parcial, desarticulada y se priorizan acciones como el combate o monitoreo, pero no se pone énfasis en la reducción de sus causas ni los estudios de sus efectos e impactos, y por ello las cifras cada vez son más crecientes.
Para Fanny Cornejo, directora ejecutiva de Yunkawasi, los incendios del año pasado generaron una catástrofe, no solo porque “nos agarraron desprevenidos”, sino también porque se evidenció una falta de coordinación a nivel de los entes del Estado.
“Tuvimos toda una desarticulación. Teníamos un gran desconocimiento de qué hacer. No sabíamos qué hacer, a quién llamar. En muchos casos, no mantuvimos un orden debido a que la emergencia empezó a ocurrir de forma múltiple. A ello se sumó la falta de implementos adecuados para atender las emergencias. Eran muy pocas las comunidades o autoridades que contaban con el implemento adecuado, porque no es lo mismo un incendio en un área urbana que en un área forestal”, explica la especialista.
En otro documento, la Defensoría del Pueblo señaló que en el 2024 se notó “una limitada capacidad técnica y operativa de los gobiernos subnacionales para atender las emergencias generadas por los incendios forestales considerando de los eventos climatológicos como las sequías, los vientos fuertes y las unidades geomorfológicas como las pendientes son factores condicionantes que agravan su propagación hacia otras zonas”.
Asimismo, subrayó que en “la gran mayoría de los departamentos, las brigadas especializadas para hacer frente a los incendios, como el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios, no cuentan con los equipamientos de protección personal adecuados ni con los equipos de seguridad y comunicaciones, así como tampoco con herramientas para prevención y supresión de incendios forestales”.
La Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), por su parte, consideró que lo ocurrido en 2024 no es ajeno a lo que viene pasando en las últimas décadas, pese a que en la actualidad tenemos más información y seguimiento. Por ejemplo, solo entre 2001 y 2022, el país perdió 273 mil de hectáreas de cobertura boscosa a causa de los incendios; sin embargo, pese a estos antecedentes, esta cifra no ha dejado de incrementarse.
Ante ello, la SPDA, al igual que la Defensoría del Pueblo, antes de aprobarse el Plan Multisectorial ante Incendios Forestales, solicitó la urgencia de actualizar el Plan de Prevención y Reducción de Riesgos de Incendios Forestales, periodo 2019-2022. Este documento disponía la incorporación de medidas para el uso y manejo de fuego dentro de las normas, así como la implementación de sistemas de información, monitoreo y alerta temprana de incendios, e identificación de áreas vulnerables a estos siniestros.

Foto: Presidencia
El fuego que se avecina
Según el Escenario de riesgo ante incendios forestales en el marco del Plan Multisectorial 2025–2027, publicado en julio de 2024 por el Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred), el 10.42 % (133 966.40 km2) de nuestro territorio nacional está expuesto a riesgo muy alto ante incendios forestales. Además, el 9.13 % (117 377.87 km2) figura como riesgo alto.
Los distritos que territorialmente están expuestos a riesgo muy alto son 488, y el departamento de Áncash lidera esta cifra (66), seguido por Apurímac (63), Puno (54) y Huánuco (52). Además, 262 distritos tienen riesgo alto, y otra vez Áncash está primero (53), seguido por Lima (32), Cajamarca (28) y San Martín (27).
En el primer caso, los de riesgo muy alto, los incendios afectarían a 512 726 personas, 160 505 viviendas, 1 033 638 hectáreas de área agrícola y 1386 monumentos arqueológicos prehispánicos. Y, los de riesgo alto, podrían afectar a 556 361 personas, 160 928 viviendas, 1 224 810 hectáreas agrícolas y 911 monumentos arqueológicos prehispánicos.
En este panorama, y considerando las innumerables pérdidas del año pasado, el Estado aprobó -en enero de este año- el Plan Multisectorial ante Incendios Forestales 2025-2027, con el fin de resguardar la integridad de más de un millón de personas en 764 distritos a nivel nacional.
El plan plantea ejecutar 23 intervenciones en el 2025, invirtiendo más de 7.4 millones de soles. Las medidas tienen tres ámbitos de acción: vigilancia meteorológica e investigación de las causas de los incendios forestales; técnicas en reducción de riesgos; y capacidad de respuesta ante estos incendios. Sin embargo, no contempla medidas para el manejo integral del fuego, tal como lo recomienda la INBP.
Por parte del Indeci, dicho organismo está desarrollando campañas tanto preventivas como de sensibilización para enfrentar los diferentes peligros y emergencias a los que se exponen la población.
“Se viene capacitando a los gobiernos regionales para el uso de las plataformas de las instituciones técnico-científicas en el monitoreo de los incendios forestales, habiéndose logrado interoperar principalmente con el Serfor y el Ministerio del Ambiente (Minam) para la gestión de información ante este tipo de eventos, con el objetivo común de prepararnos para la lucha contra incendios forestales”, informó el Indeci, en comunicación con Actualidad Ambiental.
Además de coordinar con los gobiernos regionales la programación y ejecución de simulacros ante incendios urbanos y forestales, el Indeci señaló que actualmente desarrolla la campaña de comunicación “Preparados ante Incendios Forestales” con el objetivo de informar y sensibilizar a la población, autoridades y aliados estratégicos sobre la prevención y consecuencias de los incendios forestales, promoviendo prácticas de prevención y de respuesta comunitaria.
Respecto al origen de los incendios, Indeci indicó que -junto con Serfor- realiza talleres de capacitación dirigidos a autoridades regionales y locales, comunidades campesinas, agricultores y población en general sobre prácticas agrícolas responsables, manejo de residuos agrícolas, prevención y control de incendios, y asistencia técnica para la implementación y entrenamiento de brigadistas de apoyo contra incendios forestales.
[Ver además►Forman brigadistas para prevenir incendios forestales en once distritos de Cusco]

Foto: Diego Pérez / SPDA
Medidas adicionales
Para la INBP, no existe un marco legal que impulse el manejo integral del fuego, lo cual es una debilidad “y quizás la brecha más compleja que resolver”. Asimismo, agrega que la Ley 31973 (conocida como “Ley Antiforestal”), “favorece el incremento de actividades sin control en el bosque y posiblemente es una de las causas del incremento del año 2024”.
Tras la ola de incendios del año pasado, la SPDA publicó un informe que contenía una serie de recomendaciones para afrontar estos eventos. Además de mejoras en la coordinación interinstitucional y emprender campañas de sensibilización, la organización señaló que es “importante contar con las herramientas legales necesarias para investigar y evitar la impunidad de estas causas específicas para aquellos casos vinculados con dinámicas delictivas asociadas al cambio de uso del suelo o tráfico de tierras”.
Según explicó la SPDA, actualmente el Reglamento de Infracciones y Sanciones en Materia Forestal y de Fauna Silvestre prohíbe el uso del fuego y multa hasta con 5 mil UIT a todo aquel que “cause daño a los recursos que integran el Patrimonio Forestal y de Fauna Silvestre de la Nación mediante el uso del fuego”.
Además, a nivel penal, el artículo 310 sobre delitos contra los bosques o formaciones boscosas, establece una sanción no menor de cuatro años ni mayor de seis y con prestación de servicios comunitarios, para quien “sin contar con permiso, licencia, autorización o concesión otorgada por autoridad competente, destruye, quema, daña o tala, en todo o en parte, bosques u otras formaciones boscosas, sean naturales o plantaciones”.
En ambos casos se menciona a los bosques, pero no otros ecosistemas de la vegetación silvestre, y por lo tanto si existen incendios en estos espacios no pueden ser tipificados en el mencionado delito. Por ello, no es posible sancionar a aquellas personas que provoquen incendios contra pajonales, humedales, bofedales, entre otros.
“Lo que pasó en 2024 activó varias iniciativas legislativas en el Congreso que buscan modificar el código penal y ampliar el alcance del delito contra los bosques para que pueda protegerse pajonales o páramos ante incendios forestales; sin embargo, esto debe estar claramente asociado a evitar cadenas delictivas mayores y, al mismo tiempo, tener un marco legal que incluya el manejo integral del fuego como una estrategia preventiva y fortalezca el trabajo que vienen haciendo campesinos y agricultores en las zonas de mayor riesgo”, explicó Luis Zari, especialista legal de la SPDA.
La organización ambiental señaló que, si bien estas modificaciones son indispensables, no bastarán si las autoridades forestales no cuentan con los medios suficientes para realizar investigaciones, movilizarse a campo o tener un sistema que permita identificar los incendios en tiempo real.

Foto: Ministerio de Defensa
Aprender de lo sucedido
Para Fanny Cornejo, es indispensable tener en cuenta que el escenario del 2024 fue bastante complejo, por lo que “no basta apuntar con el dedo, sino pensar de forma innovadora”. “Pensemos que esta es una situación a la que nunca nos hemos enfrentado antes. Por ejemplo, el fuego ahora se ha profundizado hasta dos metros bajo tierra. Eso jamás lo habíamos visto. Nadie estaba preparado para eso”.
“Es importante que no solamente se generen documentos que te indiquen qué hacer, sino de que se tenga el financiamiento para poder implementarlo. Porque tenemos ideas, leyes, normas, pero falta implementarlas. Se necesita que haya plata para la implementación, que haya autoridades capacitadas y que tengan este entendimiento de la realidad. […] Lo que realmente espero es que este año no sea una temporada seca tan horrible como el año pasado”, concluye Cornejo.
Por su parte, Luis Zari, considera que el 2024 ha debido ser un año de aprendizaje y espera que no se cometan los mismos errores. “En teoría, tenemos un mayor conocimiento de las zonas donde pueden ocurrir, tenemos más herramientas tecnológicas, un plan multisectorial y existen campañas para evitar estos siniestros, por lo que el escenario para este año no debería ser tan adverso. Además, después de lo que pasó el año pasado toca también hablar y ejecutar acciones de restauración acorde con la magnitud de lo sucedido, tenemos un plan para ello que debe implementarse”, comentó el especialista de la SPDA.

Foto: Serfor
Fauna silvestre en peligro
Hasta fines de setiembre de 2024, el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) reportó que se había registrado la muerte de 377 animales debido a los incendios. Asimismo, 4698 habían sufrido alguna afectación. Sin embargo, esta cifra no se ha actualizado porque “no existe la capacidad y el recurso humano para hacerlo”, según explica Fanny Cornejo.
“Solo en Amazonas hemos perdido alrededor de 20 mil hectáreas de bosques que se incendiaron. Entonces, no ha habido la capacidad para encontrar cadáveres de animales y poder estimar adecuadamente cuál ha sido el impacto en la biodiversidad”, detalla la bióloga.
Cornejo también lamenta que los incendios habrían terminado con algunas especies endémicas, entre ellas reptiles y aves. “Hay lugares como la Cordillera de Colán donde no ha llegado ninguna expedición científica. Son zonas donde hay especies con una distribución restringida. Ahora, esas zonas están quemadas. Entonces, ¿cuántas especies nuevas hemos perdido, desconocidas totalmente, que ni siquiera descubrimos y ya las perdimos para siempre por el tema de las acciones forestales?”.
“En este momento no tenemos números duros que nos puedan decir el impacto real, pero si estimamos lo que ha ocurrido en estos lugares tan biodiversos, podemos decir que ha sido una situación absolutamente catastrófica. Es un desastre lo que ocurrió el año pasado”, lamentó la directora de Yunkawasi.
Datos:
- De acuerdo con la SPDA, el 2024, solo en seis departamentos (Amazonas, Áncash, Cusco, Huánuco, Pasco y Ucayali) se registró la quema de 345 932.08 hectáreas.
- La cobertura más afectada: pastizales y herbazales, con aproximadamente 236 382 hectáreas, lo que representa el 68 % del total de áreas quemadas. En cuanto a la cobertura boscosa afectada, solo el 3.96 % del área quemada corresponde a algún tipo de bosque natural, lo que equivale a unas 13 968 has del área total quemada.
- En nuestro país, el Serfor es la institución encargada de recopilar, generar y difundir reportes oficiales relacionados al monitoreo de los incendios forestales a nivel nacional. A través de su aplicativo web Geoserfor (https://geo.serfor.gob.pe/visor/) esta entidad emite reportes de los focos de calor sobre la cobertura vegetal.
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