De acuerdo el informe “Agenda de Seguridad para la Amazonia”, elaborado por el Global Canopy Programme y el Centro Internacional de Agricultura Tropical, la deforestación a gran escala podría reducir las lluvias hasta en un 21% para el 2050, lo cual afectaría no solo al abastecimiento de agua para el consumo humano sino también a la producción de energía eléctrica.
Alertando sobre los futuros riesgos en la Amazonía, el estudio -realizado con el involucramiento de científicos y líderes políticos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú- establece recomendaciones iniciales para enfrentar los riesgos compartidos, a través de la construcción de bloques para el diálogo y la acción en cada uno de los países mencionados, así como la colaboración intergubernamental para poner en marcha respuestas coordinadas a dichas amenazas.
El ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal (quien será presidente de la COP20 este año), destacó la importancia de dicho informe porque aborda el tema de la seguridad en la Amazonía desde un punto de vista hídrico, energético, alimentario y de salud poblacional. “El concepto de seguridad es fundamental para que el tomador de decisión tome consciencia sobre lo que implican las amenazas a la provisión de recursos y servicios ambientales”, señaló.
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De acuerdo a Pulgar-Vidal, “todavía no nos hemos hecho completamente conscientes de lo que implica la seguridad hídrica, energética, alimentaria y de salud, desde lo que representa el ecosistema amazónico”. Esta es la razón por la cual considera que este informe es “fundamental para que el tomador de decisión logre reaccionar y asumir una política que tenga por objeto mantener esta provisión de servicios y recursos en el tiempo”.
Según el informe, la seguridad hídrica, energética, alimentaria y de la salud son interdependientes, siendo la seguridad hídrica clave para las demás. Este constituye un nexo fundamental para la toma de decisiones, que ofrece nuevas oportunidades para generar impactos.
DATOS
• La energía hídrica es vital para las necesidades de electricidad en la región: 39% en Ecuador, 35% en Bolivia, 22% en Perú y 11% en Brasil.
• La producción proyectada de la central de Belomonte (Brasil) es de 36% menos para el 2050, si la deforestación actual continúa.
• El 21% de la Amazonía se encuentra bajo alguna forma de concesión minera, y el 18% de dichas concesiones se superponen con territorios indígenas reconocidos oficialmente.
• Cerca del 20% de la lluvia en la cuenca de la Plata (una región que genera el 70% del PIB de los 5 países que la comparten) proviene de la Amazonía.
• Los granos de soya y carne de la Amazonía legal de Brasil generaron 7 mil millones y 1600 millones respectivamente en exportaciones en 2012.
• El 99% del petróleo ecuatoriano proviene de la Amazonía, permitiendo exportaciones de crudo de cerca de 9 mil millones en 2010.
• El cambio climático multiplicará de manera creciente las amenazas a la seguridad de la Amazonía.
• El informe fue posible gracias al financiamiento y apoyo de la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN) y la Fundación Futuro Latinoamericano (FFLA).
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