Asociación AGUAPAN: Los guardianes de nuestra papa nativa

Foto: Cortesía de Sara A. Fajardo/Centro Internacional de la Papa

Por Carla Bengoa / SPDA

Hace tres años, más de cuarenta pequeños agricultores y agricultoras de cinco regiones de la sierra central (Lima, Huánuco, Pasco, Junín y Huancavelica) se asociaron con el propósito de conservar la inmensa variedad de papas nativas de nuestro país, mantener vivos los conocimientos y prácticas tradicionales -sin los cuales estas variedades ancestrales no existirían hoy-, y lograr mejores condiciones de vida. De esta manera nació la Asociación de Guardianes de Papa Nativa del Centro del Perú (AGUAPAN).

Estos hombres y mujeres, no se han dejado vencer ante los retos ambientales y climáticos que caracterizan los paisajes de la sierra central, al contrario, han encontrado formas innovadoras para cultivar los tubérculos. Cada miembro de AGUAPAN cultiva al menos cincuenta variedades de papa nativa, algunos incluso han alcanzado hasta cuatrocientas. ¿Cómo lo hacen? Todos sin excepción siembran “en mezcla” (chaqru), es decir, siembran diversas variedades en una misma chacra, pues la experiencia indica que, a través de esta técnica, las papas se protegen entre sí del frío (heladas y granizadas).

Foto: Otto Alegre / SPDA

Cada año, los miembros de AGUAPAN dejan a sus familias y hogares para reunirse en asamblea general y compartir con sus colegas lo bueno y lo malo de la campaña anterior. Intercambian ideas sobre cómo enfrentar los efectos del cambio climático -que ya no les permite predecir las lluvias o las heladas y ha intensificado plagas que aún no pueden controlar- y para intercambiar sus semillas por otras que no tienen, como si fueran figuritas que faltan a sus álbumes.

[Ver además-> ¿De dónde provienen nuestros alimentos? La respuesta en el documental “Raíces de Esperanza”]

AGUAPAN se ha reunido en asamblea ya en tres oportunidades desde su creación. El último de estos encuentros tuvo lugar en los primeros días de junio de este año, en el distrito de Laraos, provincia de Yauyos (Lima) y reunió a los cincuenta guardianes de la papa nativa, provenientes de 50 comunidades campesinas, que forman parte de la Asociación.

Las tan famosas papas nativas peruanas que muchos de nosotros solo hemos alcanzado a ver en fotos, se mostraron en vivo y en directo en la plaza principal de Laraos, con sus cientos de formas, colores y sabores. Algunas habían sido rescatadas de chacras apurimeñas que recibieron la desafortunada visita de la rancha, mientras que otras fueron especialmente seleccionadas para lucirse frente a todos los asociados y pobladores de la zona. Por su lado, los diálogos giraron en torno a sus experiencias frente al cambio climático y al valor de las papas para la seguridad alimentaria.

¿Qué falta?

A pesar de su valor nutricional, aún son pocas las variedades de papa nativa que se consumen fuera de las comunidades campesinas. No hace falta más que una rápida visita al mercado o supermercado más cercano para darnos cuenta de que solo dos o tres variedades han logrado colarse en la dieta de los consumidores en las grandes ciudades del país. También es cierto que hay algunas tendencias al cambio y los consumidores urbanos empiezan tímidamente a apreciar otras variedades que llegan a los mercados,

La baja demanda del resto de las variedades nativas pone en peligro su existencia o cuando menos, dificulta las acciones de los campesinos de llegar al mercado regional o nacional. Sumado a ello, el precio de las papas nativas no es aún lo suficientemente alto –a pesar de que esto va mejorando– como para cubrir los costos de producción que nuestros agricultores invierten.

Mantener la diversidad de papas nativas implica garantizar la seguridad alimentaria de la población, tanto rural como urbana. Cada papa nativa crece en ecosistemas diferentes y soporta temperaturas distintas, lo que significa que aún frente a eventos extremos, la diversidad genética de estos tubérculos puede evitar la pérdida total de este cultivo. Su rol frente a una intrínseca vulnerabilidad del campesino, especialmente andino, es crucial.

Asociaciones como AGUAPAN resaltan la importancia la variabilidad de papas en las voces de quienes han asumido el reto de conservarla directamente, pero contribuir a la conservación de este producto, su diversidad y de los sistemas tradicionales que hacen posible que lleguen a nuestras mesas es también tarea de los consumidores.

Foto: Thomas Müller / SPDA

¿Cómo podemos contribuir?

Comprando y consumiendo sus productos. Estos productos son ofrecidos en diversas ferias de productores y mercados orgánicos (cada sábado, por ejemplo, podrán encontrar a uno de los agricultores de AGUAPAN en el Mercado Saludable de la Molina).

En la medida en que la demanda de más variedades de papa nativa crezca, los pequeños agricultores tendrán mayores incentivos (además de los culturales) para cultivar y traer hasta las ciudades este tubérculo tan importante en la dieta de todo peruano. ¡Compre nativo, casero!

->Ver además: [Descarga PDF] Cuarto boletín de ABISA: Mujer, agricultura y alimentación<-

DATOS:

* Según María Scurrah, del Grupo Yanapay, una papa contiene más potasio que un plátano. Las papas de pulpa amarilla son buenas para la vista por los procarotenos que contienen.
* Según el Centro Internacional de la Papa, en las altiplanicies andinas de Perú, Bolivia y Ecuador se cultivan más de 4000 variedades de papas nativas.
* Estas papas están muy bien adaptadas a las duras condiciones que prevalecen en las alturas andinas, en altitudes que van desde 3500 a los 4200 metros.
* Los agricultores por lo general producen esas variedades de papas nativas con un uso mínimo de agroquímicos o sin usarlos en absoluto.
* La SPDA, la Asociación Yanapay, el Centro Internacional de la Papa y el INIA forman parte del grupo de soporte de AGUAPAN, brindando apoyo técnico y legal a sus miembros.

* Si quieres saber más sobre AGUAPAN, escribe a Carla Bengoa: cbengoa@spda.org.pe, o a María Scurrah: scurrah@gmail.com



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