- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 99 % de la población mundial respira un aire que supera los límites de contaminación atmosférica previstos, lo que supone un peligro para la salud. 7 millones de muertes al año equivale a 13 muertes por minuto.
La contaminación atmosférica o del aire ocurre cuando existe la presencia de agentes químicos, físicos o biológicos que alteran las características naturales de la atmósfera. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los aparatos domésticos de combustión, los vehículos de motor, las instalaciones industriales y los incendios forestales son fuentes habituales de este tipo de contaminación.
La OMS también explica que los contaminantes más preocupantes para la salud pública son las partículas en suspensión, el monóxido de carbono, el ozono, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre. Esta contaminación provoca enfermedades respiratorias y de otros tipos y es una de las principales causas de morbimortalidad.
Según datos de la misma organización, el 99 % de la población mundial respira un aire que supera los límites de contaminación atmosférica previstos, lo que supone un peligro para la salud. La contaminación del aire en exteriores e interiores, especialmente en los hogares, causa unos 7 millones de muertes prematuras al año, lo que equivale a 13 muertes por minuto.
Martina Otto, directora de la secretaría de la Coalición Clima y Aire Limpio del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) recordó que la contaminación atmosférica ya causa más de 6.7 millones de muertes prematuras al año y aumenta considerablemente el riesgo de accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas y pulmonares, cáncer y otras dolencias.
“Aunque la contaminación atmosférica puede proceder de fuentes naturales, como las erupciones volcánicas y las tormentas de polvo, la mayor parte de la población mundial se ve afectada por la contaminación atmosférica de origen humano”, declaró.
Asimismo, especificó que las principales fuentes humanas de contaminación atmosférica son la generación de energía, el transporte, la industria, la calefacción y la cocina residenciales, la agricultura y la quema de residuos. Muchas de ellas son también fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero, y algunos contaminantes son agentes dobles, que causan contaminación atmosférica y calentamiento a corto plazo.
Las declaraciones se dieron en vísperas del Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, que se celebra cada 7 de septiembre con el objetivo de concienciar sobre los graves efectos de la contaminación atmosférica.
Otto aclaró además que, aunque casi todos respiramos aire contaminado, no todos estamos expuestos a los mismos niveles de polución. “Las diferencias en los niveles de contaminación atmosférica suelen coincidir con otras desigualdades. La exposición a cualquier nivel puede tener consecuencias para la salud que merman la calidad de vida y conllevan costes para el individuo, nuestras sociedades y nuestras economías”.
PNUMA recordó además que, del mismo modo que reducir la contaminación atmosférica es fundamental para mejorar la salud humana, también lo es para hacer frente a la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los residuos, así como para ayudarnos a alcanzar varios Objetivos de Desarrollo Sostenible.
¿Por qué este año el lema es “Juntos por un aire limpio”?
Martina Otto explicó que frente a la contaminación del aire “tenemos las soluciones para abordar el problema, pero para aplicarlas a gran escala es necesario que todos nos unamos, que trabajemos más allá de los límites sectoriales y de los diferentes niveles de responsabilidad administrativa. Aunque la contaminación del aire repercute significativamente en las zonas cercanas a su lugar de origen, también puede viajar miles de kilómetros en la atmósfera”.
“Si bien no podemos influir en cómo sopla el viento, sí podemos cooperar para encontrar soluciones a los problemas de regulación y aplicación de la legislación correspondiente. Por ejemplo, las inversiones pertinentes pueden convertir los residuos agrícolas en valiosos recursos o energía, lo que reduciría las quemas al aire libre”, añadió.
“Por eso el tema de este año 2023 se centra en la necesidad de fortalecer las alianzas, incrementar las inversiones y asumir una responsabilidad compartida. Necesitamos la actuación a todos los niveles de todas las partes interesadas en todos los sectores”, concluyó.
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