Conoce al arrayán de Atiquipa: el árbol endémico de Arequipa en peligro crítico

  • Esta especie enfrenta graves amenazas como la minería, la expansión agrícola, las quemas y el sobrepastoreo, que degradan su hábitat y dificultan su regeneración.

miércoles

28 de mayo, 2025

Foto: Municipalidad de Miraflores

 

En las brumosas laderas de las lomas costeras de Arequipa, entre quebradas empinadas, sobrevive silenciosamente un árbol endémico de gran valor ecológico y científico: el arrayán de Atiquipa (Myrcianthes ferreyrae). Esta especie de mediano porte es exclusivo del mencionado departamento, y se encuentra especialmente en la provincia de Caravelí. Allí crece en zonas donde la humedad de la neblina es la fuente principal de vida, entre los 300 y 1000 metros s. n. m.

Esta especie fue descrita científicamente en 1956 por el botánico estadounidense Rogers McVaugh, a partir de material recolectado por el peruano Ramón Ferreyra en las lomas de Cháparra. Desde entonces, se ha documentado en poblaciones dispersas en las lomas de Atiquipa, Táimara, Chala Viejo y Acari.

En la actualidad, este árbol aromático y frutal se encuentra en peligro crítico debido a amenazas que afectan su hábitat, como el sobrepastoreo, la fragmentación del bosque, la escasa regeneración natural y el multiestrés causado por sequías, plagas y actividades humanas.

Características principales 

El arrayán es un árbol verde y mediano que puede alcanzar hasta 6 metros de altura y se caracteriza por su agradable aroma. De acuerdo con una publicación del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), esta es una especie con flores hermafroditas, lo que significa que una sola flor puede participar tanto en la producción como en la recepción del polen. Estas flores son de color blanco cremoso y sus hojas son de pequeño tamaño, con 2 cm de largo por 1 cm de ancho.

Su fruto es una baya de unos 4 mm de diámetro, de color rojizo que se torna púrpura al madurar, que contiene una o dos semillas globosas de color marrón brillante. Son dulces, comestibles y tradicionalmente usados para preparar chicha o vino. 

Su madera se ha utilizado como leña, mientras que sus hojas presentan propiedades antifúngicas que podrían aprovecharse con fines medicinales. Además, por su forma y follaje, es una especie apta para la agroforestería ornamental.

Según la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, este árbol crece en fondos de quebrada y laderas empinadas con suelos pedregosos y arcillosos.  Durante el periodo húmedo del invierno, alcanza su mayor vigor e inicia su floración, la cual se extiende hasta el final de la estación. Además, sus frutos tardan entre seis a ocho meses en madurar. 

Foto: Municipalidad de Miraflores

Amenazas 

El arrayán de Atiquipa ha sido clasificado como especie en peligro crítico (CR) tanto por el Decreto Supremo 043-2006-AG como por la Lista Roja de la UICN. De acuerdo con el libro Plantas Vasculares Endémicas de Arequipa – Perú de la UNSA, su población está amenazada por actividades mineras, expansión agrícola y quema, y en menor medida por el pastoreo. 

Un artículo académico de la Revista Peruana de Biología sostiene que el arrayán enfrenta un crítico efecto multiestrés: sequías, plagas y actividades humanas combinadas provocan la muerte de estos árboles. Además, su población se ha reducido a apenas unos pocos cientos de ejemplares debido a la sobreexplotación y la falta de protección en su hábitat.

Actualmente, esta especie se encuentra en tres pequeñas zonas protegidas (Atiquipa, Taymara y Chala Viejo), ya que ha desaparecido de otros lugares donde antes crecía. El estudio indica que el aislamiento de estas zonas dificulta la reproducción del árbol porque afecta la polinización, que depende de ciertos insectos, y limita el intercambio de genes entre las poblaciones. 

Su regeneración natural también se ve limitada, y aunque sus semillas se dispersan por animales y el viento, su crecimiento depende mucho de la humedad del suelo. Por todas estas razones, la especie está en riesgo de sufrir problemas genéticos que amenazan su supervivencia a largo plazo.

Acciones para su conservación 

Estudios indican que el arrayán puede sobrevivir y desarrollarse adecuadamente con un mínimo de 20 mm de precipitación al mes, lo que resalta su adaptabilidad a condiciones climáticas específicas, como indica la Municipalidad de Miraflores. Sin embargo, a pesar de esta resistencia, la especie enfrenta un futuro incierto debido a la ausencia de estrategias locales y nacionales claras y la escasez de investigaciones enfocadas en su protección y recuperación.

Como parte de los esfuerzos para su conservación, algunos ejemplares de arrayán se cultivan actualmente fuera de su hábitat natural, en el Jardín Botánico del Parque de las Leyendas en Lima. Además, este árbol está incluido en el Plan Regional de Reforestación y Arborización de la Región Arequipa 2011-2030, lo que representa un paso importante para promover su preservación y restauración en el mediano y largo plazo.

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