Banco de semillas en Perú busca conservar distintas variedades de especies nativas

Foto: Minam

  • Se espera recuperar 226 cultivares de papa, oca, olluco, añu, maíz, quinua, kiwicha, frejol, tarwi, maca y cañihua en las regiones Apurímac, Cusco, Huancavelica y Puno.

 

Con el apoyo de las comunidades locales, Perú cuenta con 40 bancos de semillas (de tipo familiar y comunal), especialmente en las zonas altoandinas. Estos espacios pueden estar dentro de una vivienda, destinada exclusivamente al almacenamiento de semillas, y puede albergar la producción de una familia o grupos familiares o, en algunos casos, corresponde a toda la comunidad con un responsable asignado. 

Los bancos de semillas permiten fortalecer la conservación de la biodiversidad, aportar a la seguridad alimentaria, preservar el material genético de las especies vegetales con propiedades nutricionales y mejorar la capacidad de respuesta frente a los efectos del cambio climático. 

Ahora, el Ministerio del Ambiente (Minam) está potenciando la implementación de bancos de semillas en cuatro regiones andinas del sur del país: Apurímac, Cusco, Huancavelica y Puno.

Esta acción busca conservar y recuperar 226 cultivares de papa, oca, olluco, añu, maíz, quinua, kiwicha, frejol, tarwi, maca y cañihua.

“Los productos nativos, en todas las variedades, es nuestra soberanía alimentaria. De estas semillas nativas obtenidas mediante prácticas milenarias se ha logrado mejorar otras semillas”, sostuvo Luzmila Mendoza, productora y agricultora de la comunidad de Santa Rosa de Yanaque, en Ácora, Puno. 

De otro lado, en la comunidad de Ccachín, distrito de Lares, en Cusco, se recupera cada año unas 30 variedades de papas nativas, con la participación de 60 familias.

Cada año, después de la cosecha, estos agricultores aportan al banco comunal entre 1 y 2 kilos de diferentes variedades de semillas de papas para seguir preservando dichos cultivos. Así, las familias pueden acceder a las mismas con la condición de reponerlas después de cosecharlas. La conservación de la agrobiodiversidad necesita también de la preservación de los ecosistemas naturales, pues hay una relación directa entre el componente natural y cultural en cada territorio.

Foto: Andina

Datos:

  • Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el siglo XX se perdió hasta el 75 % de la diversidad genética de los cultivos debido al cambio climático, entre otras causas.
  • La implementación de los nuevos bancos de semilla es un trabajo del Proyecto Agrobiodiversidad Sipam, que articula el trabajo de los ministerios del Ambiente y de Desarrollo Agrario y Riego, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo Nacional para Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Profonape), con el apoyo del Global Environment Facility (GEF).

 



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