A un año de la participación histórica de la niñez ante la Corte IDH: ¿Qué aprendimos y cómo podemos ayudar a posicionar las voces de la infancia en relación al cambio climático?

  • Joselim (Perú) y Camila (El Salvador) alzaron la voz por toda una generación en la audiencia sobre emergencia climática y derechos humanos. Hoy recordamos ese hito y reflexionamos sobre cómo seguir construyendo espacios donde niñas, niños y adolescentes sean protagonistas en la defensa del planeta.

 

viernes

23 de mayo, 2025

Foto: Captura YouTube Corte IDH

Escribe: Angélica Gómez / asistente legal del Programa Bosques y Servicios Ecosistémicos SPDA

Hace un año, Joselim (Perú), y Camila (El Salvador), marcaron un hito histórico para la niñez de América Latina y El Caribe al participar en una audiencia pública frente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el tribunal internacional más importante de la región, en representación de sus compañeras y compañeros del MOLACNNATS y REDNNYAS trasladando sus opiniones  en el marco del proceso de opinión consultiva sobre “Emergencia Climática y los Derechos Humanos”.

La participación se llevó a cabo en Brasilia el 24 de mayo del 2024, y se realizó en base a un amicus curiae, trabajado en diciembre 2023, donde niñas, niños y adolescentes de ocho países de Latinoamérica expresaron sus preocupaciones y necesidades para proteger sus derechos frente a la emergencia climática. Estos puntos fueron también recopilados, de forma resumida y amigable, en una cartilla que fue difundida para conocimiento del público en general.

En su presentación, ambas adolescentes enfatizaron que la crisis climática afecta significativamente a sus derechos a la alimentación, salud, educación y recreación, y recalcaron que contar con un ambiente sano contribuye al ejercicio pleno de todos sus derechos, pues estos se encuentran interconectados. Asimismo, hicieron un llamado a tomar a la niñez en cuenta dentro de los procesos de toma de decisiones sobre cambio climático, pues son una de las poblaciones más vulnerables en esta crisis. Sugirieron la creación de espacios seguros y amigables con las niñas y niños.

A un año de este proceso histórico, corresponde evaluar qué lecciones nos llevamos de esta experiencia y qué otros espacios pueden abrirse para continuar fomentando la participación protagónica de la niñez en relación al cambio climático. Las protagonistas nos comparten algunas de sus reflexiones: 

“Todo lo que le hace bien al medio ambiente, le hace bien a las infancias y a la humanidad. La lucha por la situación climática no es un tema más, es garantizar una mejor vida a las próximas generaciones, dignidad a nuestras tierras, ecosistema y a los niños y adolescentes del presente. Nosotros somos generación esperanza, la generación que busca el cambio, la transformación a un mundo más verde”, señala Joselin, Perú. 

“Hace un año hicimos historia y marcamos un precedente ante la CorteIDH ya que tuvimos la oportunidad de alzar nuestras voces y exponer en audiencia pública el impacto de la crisis climática en la garantía de nuestros derechos. Remarcamos que la crisis climática vulnera nuestro derecho a un ambiente sano, a vivir en una casa sin riesgo a deslaves, inundaciones y a qué no se vea vulnerada nuestra seguridad alimentaria entre otros impactos. Hicimos recomendaciones en actuar de manera urgente ante esos impactos y hoy recordamos que como NNA seguiremos luchando por espacios seguros, sanos y gestionar el riesgo que nos permitan vivir en condiciones dignas y sostenibles protegiendo el medio ambiente; porque proteger el ambiente es proteger nuestras vidas. Nada de nosotros sin nosotres! ” Camila, El Salvador. 

Captura YouTube Corte IDH

¿Qué aprendimos?

De la participación ante la Corte IDH y de todo el proceso que llevó a este hito, rescatamos de manera especial estos puntos:

  • Las niñas, niños y adolescentes, tienen la capacidad y el derecho a ser escuchados para construir las soluciones frente a la crisis climática. Desde sus distintas vivencias, conocimientos y realidades, pueden contribuir a la toma de decisiones, y estas capacidades pueden fortalecerse aún más a través del acceso a información amigable adaptada a sus distintas edades e idiomas.
  • Las acciones y mensajes clave no deberían enfocarse solo en hablar de “futuras generaciones”, sino también en las presentes pues, actualmente, las generaciones más jóvenes ya enfrentan los impactos del cambio climático. Investigaciones recientes han demostrado que las niñas y niños nacidos en 2020 tienen el doble o más de probabilidades de enfrentar crecidas fluviales, sequías, pérdidas de cosechas, incendios forestales y ciclones tropicales que sus abuelos/as nacidos/as en 1960. En el caso de olas de calor, las probabilidades incluso se sextuplican.
  • El cambio climático no afecta solo al derecho a contar con un ambiente sano, sino también al ejercicio de otros derechos como la educación, salud, alimentación, recreación, vida digna, entre otros. Esto se debe a que todos los derechos están relacionados entre sí. Por ejemplo, en un escenario de inundaciones, se pueden ver perjudicadas las infraestructuras de viviendas, salud y educación, y también se puede encontrar en riesgo el acceso a alimentos adecuados. Esto es reconocido por los principios de interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos.

Captura YouTube Corte IDH

¿Cómo podemos continuar posicionando las voces de la niñez en materia ambiental?

La niñez debe contar con un rol protagónico en la toma de decisiones y, para garantizar ello, la sociedad civil, empresas, organismos internacionales y, sobre todo, los Estados juegan un rol importante. Presentamos aquí algunas recomendaciones:

  • Compartir, replicar y mejorar experiencias de incidencia exitosas,  a fin de promover que más niñas y niños puedan llevar sus voces a espacios clave. Actualmente, MOLACNNATS, REDNNyAs, SPDA y Save the Children se encuentran elaborando un documento de sistematización de la experiencia del amicus curiae, a fin de recoger el paso a paso del proceso, brindar recomendaciones y realizar reflexiones sobre las lecciones aprendidas.
  • Fomentar la participación en más espacios estratégicos, como la COP 30. Brasil será sede, en Noviembre del 2025, del principal evento en materia de cambio climático que congrega a representantes de Estados, empresas, sociedad civil, científicos de todo el mundo, en el cual se deberían tomar las decisiones que marquen la pauta para el accionar climático nacional y local. Esta es una oportunidad estratégica para fomentar que las demandas y necesidades de las niñeces y adolescencias en la región puedan llegar a los tomadores de decisiones. 
  • Difundir documentos relevantes como la Observación General 26. Este documento “sobre los derechos del niño y el medio ambiente, con especial atención al cambio climático” fue elaborado por el Comité de los Derechos del Niño junto a un equipo asesor de niñas, niños y adolescentes. Se enmarca en la Convención sobre los Derechos del Niño, el tratado internacional más ratificado de la historia, y brinda pautas importantes que deben tener en cuenta los Estados para salvaguardar los derechos de la niñez vinculados al ambiente. Cuenta también con una versión amigable para su difusión con las generaciones más jóvenes.

Dato:

  • El amicus curiae fue elaborado con el apoyo técnico y legal de especialistas de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de Save the Children y de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), como parte del proceso de empoderamiento y acompañamiento a niñas, niños y adolescentes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Perú, Paraguay, Venezuela y Brasil, que forman parte de la Red Latinoamericana y Caribeña de Niños, Niñas y Adolescentes (REDDNyAs) y el Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (MOLACNNATS) socias del Programa de Apoyo a la Sociedad Civil impulsado  por Save the Children

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