Pescadores vs. lobos marinos: un conflicto que el Perú no puede seguir ignorando
- «En los últimos años, no se ha identificado una inversión estatal directa destinada a instruir a los pescadores artesanales sobre cómo manejar adecuadamente su interacción con estos animales. Esta falta de acompañamiento alimenta el conflicto».
lunes
24 de noviembre, 2025

Foto: Andina
Por: Rocío López de la Lama y Benny Martínez Tello (Grupo de Investigación en Sistemas Socio-Ecológicos, Universidad Peruana Cayetano Heredia)*
En agosto pasado, un pescador artesanal de Paracas fue sentenciado a seis meses de prisión por agredir a un lobo marino dentro de la Reserva Nacional de Paracas. La medida responde a la normativa que protege esta especie (D. S. 004-2014-MINAGRI), pero también expone una herida abierta: un conflicto cada vez más agudo entre pescadores artesanales y lobos marinos. Lamentablemente esta sentencia, por más ejemplo que ponga en no hacerle daño a los lobos marinos, no resuelve el problema crónico que existe de por medio. En este artículo proponemos acciones concretas orientadas a dilucidar este conflicto.
Los pescadores artesanales son personas que dependen del mar. No es una elección fácil de abandonar: la mayoría aprende el oficio en su infancia, con un fuerte componente de tradición familiar. Más aún, la pesca artesanal depende mucho del esfuerzo físico y suerte del propio pescador al no contar con radares, motores potentes, ni redes que se colectan automáticamente en comparación a la flota industrial.
A pesar de este esfuerzo, hoy los pescadores artesanales ganan menos que hace unos años. El aumento en el número de pescadores, la caída del valor de los productos y el colapso de varias especies de peces empujan a muchas familias a la pobreza (De la Puente et al., 2020). La débil regulación del sector permite además que flotas ilegales —como los boliches o las embarcaciones de arrastre— extraigan lo poco que queda (muchas veces juveniles), mientras los pescadores artesanales carecen de espacios reales de gestión participativa para hacerle frente a estos problemas.
Es en este contexto de retos constantes y pobreza, donde la interacción con los lobos marinos se da. No es novedad que muchos pescadores artesanales se refieran a los lobos marinos como “la pobreza del pescador”. Esto en base a su constante interacción donde, por lo general, los lobos marinos se roban la pesca, la dañan, o rompen las redes de los pescadores.
En Perú tenemos dos especies de lobos marinos, el lobo chusco (Otaria flavescens) y el lobo fino (Arctocephalus australis). Si bien sus poblaciones tuvieron una fuerte disminución con El Niño de 1997, hoy en día se han recuperado y bordean los miles. Según el último censo del Instituto de Mar del Perú (Imarpe), para el 2021 se contaron 8075 lobos finos, y 118 182 lobos chuscos al 2022 (Imarpe, 2022).
El conflicto no es nuevo: desde los años setenta los pescadores piden a las autoridades peruanas una solución (Tovar, 1984). Pese a este reclamo continuo, el Estado sigue sin ofrecer una respuesta o sin iniciar por lo menos un proceso de reconciliación entre lobos marinos y pescadores. Para evidenciar este problema, en el 2022 realizamos 90 encuestas con pescadores artesanales en el puerto de Chorrillos a fin de entender la frecuencia y magnitud de la interacción con los lobos marinos. Aquí encontramos que el 80 % de los pescadores encuestados interactúa con lobos marinos en cada salida de pesca, y un 56 % de ellos afirmó que por cada salida interactúan con unos 20 o incluso más. Por si fuera poco, 84 % de ellos mencionó que el primer tipo de perjurio es a sus aparejos de pesca —es decir, redes, anzuelos y demás herramientas esenciales para su trabajo dañadas o inservibles—.

En julio de este año se reportó la muerte de un lobo marino en manos de un pescador de Ica.
Estos datos reflejan una realidad que, para los pescadores, ha sido ignorada por las autoridades durante décadas. Como lo expresó el entonces presidente de la OSPA “Jose Olaya Balandra de la Caleta de Chorrillos”, la cual alberga a 155 socios, durante una de nuestras conservaciones en las salidas de campo: “Hemos solicitado, en diferentes oportunidades y desde hace muchísimos años, ya un promedio de más de 20 años, apoyo al estado para el tema de los lobos marinos. Los reclamos específicos que venimos haciendo al Ministerio de la Producción tienen más de 30 años. Hasta ahorita no nos han dado ninguna solución”.
El puerto de Chorrillos ni siquiera es de los que está más cerca de las colonias principales de lobos marinos. Según Imarpe la mayoría de los lobos finos está en Pisco al sur del país, mientras que los lobos chuscos se agrupan a lo largo de toda la costa, con colonias importantes a la altura de Pimentel, Salaverry, Huacho, Pisco, y San Juan de Marcona. Lamentablemente, no hay datos que nos den a entender la magnitud de las interacciones en esos puntos.
Un dato importante a tomar en cuenta es que las interacciones con los pescadores artesanales se producen exclusivamente con el lobo chusco, los lobos finos por lo general se alimentan bastante lejos de la costa por lo cual no hay reportes de interacción con ellos. Sin embargo, en nuestro estudio observamos que el conocimiento que los pescadores tienen sobre ambas especies es muy limitado, con mucha dificultad para identificarlos correctamente. Como consecuencia, esta falta de conocimiento ha llevado a que ambas especies sean vistas como una sola amenaza, generando un rechazo generalizado e incluso el deseo de eliminarlas.
Este desconocimiento no se debe únicamente a una falta de interés por parte de los pescadores. Por el contrario, muchos expresaron un genuino deseo de aprender más sobre el comportamiento de los lobos marinos, su rol en el ecosistema, y las formas de evitar interacciones negativas sin recurrir a la violencia. En particular, durante nuestro estudio en el puerto de Chorrillos, los pescadores mostraron interés en conocer métodos no letales que les permitan mantener a los lobos alejados de sus embarcaciones y redes.
El problema radica, más bien, en la ausencia de iniciativas educativas y apoyo técnico por parte del Estado. En los últimos años, no se ha identificado una inversión estatal directa destinada a instruir a los pescadores artesanales sobre cómo manejar adecuadamente su interacción con estos animales. Esta falta de acompañamiento alimenta el conflicto: si bien algunos pescadores mencionan medidas extremas, como las llamadas “sacas de lobos marinos”, reconocen que se trata de una propuesta desesperada, planteada desde un contexto de crisis prolongada y desamparo institucional.
¿Qué se puede hacer?
Lo primero, es traer a los pescadores artesanales a la mesa donde se toman decisiones pertinentes al sector para entender y cuantificar la magnitud del conflicto.
Segundo, hay una necesidad de innovar. Existen tecnologías para disuadir a lobos marinos, mecanismos de disuasión acústica y/o física hasta modificaciones en los aparejos de pesca, que algunos pescadores en Chorrillos han implementado de manera rústica, pero sin éxito. Con el asesoramiento técnico adecuado hay la gran posibilidad de trabajar en una solución pertinente al contexto peruano.
Tercero, pensar fuera de la caja. Conflictos entre personas y fauna silvestre existen en casi todos los países del mundo, incluyendo conflictos entre pescadores y lobos marinos en países vecinos como Chile, Uruguay y Brasil. Se puede aprender de estas experiencias internacionales, donde por ejemplo mecanismos de compensación económica se han implementado con relativo éxito. Si en India se compensa a agricultores por daños de tigres o elefantes, ¿por qué no pensar algo similar en el Perú para los pescadores artesanales?
El problema de fondo es claro: el problema no son los lobos marinos, sino el continuo ignorar a un problema que se viene arrastrando desde hace décadas a costa de la productividad de los pescadores artesanales más vulnerables. Castigar con cárcel a un pescador con prisión no contribuye a una solución justa y sostenible. Es momento de hablar más al respecto, de manera transparente y en base a evidencia, para identificar y probar diversas soluciones de manera colaborativa.
_______________________________________________________________________________
* La sección “Debate Abierto” es un espacio de Actualidad Ambiental donde diversos especialistas publican artículos o columnas de opinión. Las opiniones son enteramente responsabilidad de los y las columnistas.
_______________________________________________________________________________


