COP30: hoja de ruta para el fin de los combustibles fósiles queda fuera del texto final

  • Presidencia brasileña propone una hoja de ruta “alternativa” sobre el tema. Sociedad civil lo lamenta, pero señala una apertura al diálogo.

lunes

24 de noviembre, 2025

Foto: Kiara Worth/UN Climate Change

Por Cristiane Prizibisczki*

 

La demanda de cerca de 80 países desarrollados y en desarrollo por el fin del uso de combustibles fósiles —el principal responsable de la crisis climática— quedó fuera del texto final de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) en sus momentos finales, hasta la tarde de este sábado (22 de noviembre), tras dos semanas intensas de debates y giros inesperados. Sin embargo, una iniciativa voluntaria de la presidencia brasileña acerca al mundo un paso más al fin de la era de los combustibles fósiles.

Incluso después de negociaciones que se extendieron de la madrugada del viernes hasta el sábado, el grupo que se oponía a la inclusión del fin de los combustibles fósiles en el texto final de la COP30 —liderado por Arabia Saudita y sus aliadas, además de Rusia— ganó la disputa.

Como alternativa a la ausencia de la hoja de ruta en el texto de negociación, el embajador André Corrêa do Lago, durante la plenaria final de la COP30, afirmó que va a “crear dos documentos”: uno sobre detener y revertir la deforestación y otra sobre la transición para alejarse de los combustibles fósiles de manera justa, ordenada y equitativa.

“Sabemos que algunos de ustedes tienen mayores ambiciones para ciertos temas en discusión. Sé que la juventud y la sociedad civil exigirán que hagamos más para enfrentar el cambio climático. Quiero reafirmar que intentaré no decepcionarlos durante mi presidencia”, dijo al anunciar la iniciativa voluntaria. 

Corrêa do Lago señaló que la construcción de estas hojas de ruta contará con la participación tanto de los países productores como de los consumidores de combustibles fósiles, además de la industria, trabajadores, academia y sociedad civil.

“También nos beneficiaremos de la primera conferencia internacional para la eliminación de los combustibles fósiles, programada para abril en Colombia”, agregó, en referencia a la iniciativa del gobierno de Gustavo Petro y de otras 24 naciones, anunciada el viernes pasado.

Según organizaciones de la sociedad civil brasileña, la iniciativa de crear estas hojas de ruta parece, hasta el momento, muy similar a lo que se hizo tras el fracaso de la COP29, realizada en Azerbaiyán, con la “Baku–Belém para los US$ 1.3 billones”.

En aquella ocasión, los países en desarrollo pedían que la meta de financiamiento fuera de US$ 1.3 billones, pero la COP29 terminó con una cifra de apenas US$ 300 mil millones. André Corrêa do Lago, entonces, se unió a la presidencia de la COP de Azerbaiyán para proponer un camino para escalar la cifra hasta el monto deseado. Aunque haya sido “solicitado” por la ONU, ese documento no fue reconocido ni aprobado formalmente en la COP30 y no está claro cómo los países incorporarán sus propuestas.

Esta parece ser la misma alternativa que ahora se pone sobre la mesa para las Hojas de Ruta para el Fin de los Fósiles y para el Fin de la Deforestación: una con sugerencias y propuestas, sin valor vinculante formal en el ámbito de las negociaciones climáticas.

Foto: Andina

Entra y sale

La inclusión del compromiso de elaborar una “Hoja de Ruta” para el fin de los combustibles fósiles fue defendida por el presidente Lula y por miembros del gobierno brasileño en distintas ocasiones. La presidencia de la COP30 intentó, hasta los últimos momentos de la negociación, incorporar el tema en el texto final de “Global Mutirão”.

La mención llegó a aparecer —aunque de manera tímida— en uno de los borradores que circularon en los últimos días. Sin embargo, el documento final de la COP30 en el que el asunto podría haber sido mencionado excluyó completamente esos puntos. La alternativa encontrada entonces por la presidencia de la COP30 fue proponer las Hojas de Ruta como una iniciativa paralela a las negociaciones.

Aunque se trate de una propuesta voluntaria, la creación de las hojas de ruta fue celebrada por algunas organizaciones. Según André Guimarães, director ejecutivo del IPAM, la iniciativa “abre la discusión” sobre la deforestación cero y el mapeo global de los países dispuestos a eliminar definitivamente los combustibles fósiles de su matriz energética.

“Nunca en la historia de las 30 conferencias del clima el tema estuvo tan presente en las mesas de negociación. Al reunir manifestaciones públicas de líderes de más de 80 países, Brasil demuestra liderazgo en la conducción del debate climático”, afirmó.

Declaración de Belém

Una propuesta paralela para el Fin de los Combustibles Fósiles circuló por los espacios de la COP30 durante las dos semanas de negociaciones. 

Se trata de la “Declaración de Belém para el Fin de los Fósiles”, una iniciativa liderada por el gobierno de Colombia y respaldada por otros 24 países, lanzada oficialmente el pasado viernes (21).

El documento reafirma la posición de los firmantes de “trabajar colectivamente por una transición justa, ordenada y equitativa para alejarse de los combustibles fósiles, en consonancia con trayectorias compatibles con la limitación del aumento de la temperatura global a 1.5 °C”.

Firman la Declaración de Belém: Australia, Austria, Bélgica, Camboya, Chile, Colombia, Costa Rica, Dinamarca, Fiyi, Finlandia, Irlanda, Jamaica, Kenia, Luxemburgo, Islas Marshall, México, Micronesia, Nepal, Países Bajos, Panamá, España, Eslovenia, Vanuatu y Tuvalu.

Brasil no firmó esta Declaración durante la COP30 porque intentó, hasta el último momento, alcanzar un acuerdo para que los temas fueran incorporados en los textos oficiales de la conferencia.

Además de la publicación de esta declaración, la coalición de países firmantes anunció la realización de la primera Conferencia para el Fin de los Fósiles, que tendrá lugar en la ciudad colombiana de Santa Marta, entre el 28 y el 29 de abril de 2026.

Panel Científico para el Fin de los Fósiles

Por primera vez presentes con un pabellón propio en una Conferencia del Clima, científicos también se manifestaron sobre la ausencia de compromisos sólidos y vinculantes para el fin de los combustibles fósiles en los textos que salieron de la COP30.

En una declaración, los científicos recordaron que es imposible evitar un peligroso aumento de la temperatura global sin poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles para 2040 o, a más tardar, para 2045.

El incumplimiento de esta meta, advierten, empujará al mundo hacia un cambio climático peligroso dentro de 5 a 10 años, provocando eventos extremos cada vez más intensos que afectarán a miles de millones de personas en todo el planeta.

“A pesar de los mejores esfuerzos de Brasil y de muchos países que trabajaron para unir al mundo en torno a una hoja de ruta para poner fin a nuestra dependencia de los combustibles fósiles, fuerzas contrarias bloquearon el acuerdo. Parecen ignorar que, a diferencia de los pabellones de la COP, no podemos evacuar el planeta Tierra cuando ocurren desastres”, afirmaron. 

Señalaron, sin embargo, que muchos países ya se han mostrado preparados para enfrentar este proceso y que la Ciencia estará del lado de esas naciones para orientar el camino.

“Trabajando con la Presidencia brasileña, propondremos la creación de un Panel Científico sobre la Transición Energética Justa y el Fin de los Combustibles Fósiles, para respaldar el Acelerador Global de Implementación”, propusieron.

 

 

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* Versión al español por Leandro Roberto Manera Miranda / Verso Tradutores. Esta nota fue producida por ((o))eco, a través de la Cobertura Colaborativa Socioambiental de la COP30. Lee la nota original aquí. 

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