5 datos clave del encuentro regional para el primer acuerdo contra contaminación de plásticos

Foto: Andina

  • Del 20 al 22 de marzo, gobiernos del Grupo de Estados de América Latina y el Caribe (GRULAC) y la sociedad civil se reunieron para construir consensos en torno a la contaminación por plásticos y para debatir el borrador de acuerdo global.

Escribe: Diana Suárez / Programa de Política y Gobernanza Ambiental de la SPDA

 

“El mundo observa y espera acciones concretas”. Este fue el mensaje de apertura que dio la viceministra de Asuntos Multilaterales y Cooperación de Panamá, Yill Otero, en el primer día de las consultas regionales del Grupo de Estados de América Latina y el Caribe (GRULAC).

Este espacio tuvo como objetivo que los países de la región compartan experiencias y preocupaciones en torno a la contaminación por plásticos que ya es parte de la crisis planetaria y, de esta manera, poder llevar un mensaje común y adaptado a las necesidades de la región hacia la cuarta sesión del Comité Intergubernamental de Negociación, para desarrollar un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos, incluido el medio marino.

¿Cómo nace la decisión de tener un acuerdo global contra la contaminación por plásticos?

En marzo de 2022, se llevó a cabo la quinta sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, donde los Estados Miembros de las Naciones Unidas abordaron la problemática ambiental de la contaminación por plásticos, incluido el medio marino; dadas sus graves repercusiones a nivel mundial en el ámbito ambiental, social y económico. Como resultado de ello, mediante la Resolución 5/14, se acordó realizar el primer instrumento global para reducir y frenar la contaminación por plástico a nivel mundial, que incluya, además, al ecosistema marino. 

Entre sus múltiples mandatos y objetivos, esta resolución dispone que el tratamiento de la contaminación por plásticos se dé con un enfoque integral, es decir, que no solo aborde este problema cuando los plásticos se convierten en residuos, sino también que se afronte la problemática desde la extracción y transformación de las materias primas hasta su diseño, fabricación, distribución, uso y eliminación.

También se dispone la creación de un órgano de negociación para redactar el texto, llamado Comité Intergubernamental de Negociación o INC (por sus siglas en inglés), y que está conformado por los delegados de los Estados Miembros. El trabajo de este comité fue previsto para que sea del segundo semestre de 2022 hasta diciembre de 2024, por lo que habrá 5 negociaciones en total. Actualmente, ya se han realizado 3 sesiones del Comité (en Uruguay, Francia y Kenia, respectivamente) y la cuarta será el próximo mes de abril, en Ottawa, Canadá.

¿Para qué se reunió el GRULAC?

Con la finalidad de avanzar de forma eficiente en los INC y construir un instrumento global ambicioso que refleje las necesidades y realidades de todos los países parte; previo a estas negociaciones, Naciones Unidas organiza consultas regionales para que se debata el borrador del contenido del instrumento y para que se busque consensos que puedan traducirse en mensajes potentes y propuestas innovadoras que puedan llevarse a la próxima negociación.  

Además, estos espacios se abren a la sociedad civil, por tanto, distintas organizaciones y representantes de grupos de actores relevantes en la cadena del plástico pueden enriquecer el debate con sus opiniones y propuestas técnicas para mejorar el borrador de este acuerdo.

Foto: Diego Pérez / SPDA

El GRULAC deja los siguientes mensajes y preocupaciones con miras a la cuarta negociación:  

1. No centrar el acuerdo únicamente en la gestión de residuos en su etapa final

Como se mencionó anteriormente, la Resolución 5/14 de la UNEA reconoce que la contaminación por plásticos es un problema medioambiental de escala mundial que repercute en el ámbito económico social y ambiental del desarrollo sostenible. Por ello, establece que el instrumento debe abordar todo el ciclo de vida del plástico y contar con disposiciones específicas para tratar temas como la promoción, producción y consumo sostenible; la promoción e implementación de planes de acción nacional que trabajen en la prevención, reducción y eliminación de la contaminación por plásticos así como desarrollar el cumplimiento del instrumento; fomentar la actuación de todos los actores interesados, la promoción de la investigación, ciencia y tecnología; promover medidas de cooperación nacional e internacional; entre otros.

El plástico contamina mucho antes de convertirse en residuo. No se debe perder de vista que la gestión integral de los residuos plásticos no se agota en la disposición y tratamiento final, sino que, por el contrario, debe abarcar desde el diseño, fabricación y producción, que incluye la utilización de combustibles fósiles. Por ello, es importante que, como señala la Resolución 5/14, el acuerdo global refleje acciones concretas frente a todo el ciclo de vida del plástico y priorice la mitigación de su uso.

Durante las sesiones del GRULAC, una opinión común evidenciada entre distintas delegaciones y organizaciones de la sociedad, que pudieron elevar su voz en el espacio, fue que el borrador del acuerdo se ha enfocado principalmente en aspectos relacionados al tratamiento y disposición final de los residuos, y que desarrolla de manera suficiente otras etapas de su ciclo de vida, como la fabricación y producción, cuya gestión y regulación es igual de importante para atender. Esto, teniendo en cuenta enfoques como el de economía circular, desarrollo sostenible y transición justa. 

Recordemos, además, que existen poblaciones que resultan ser más vulnerables alrededor de todo el ciclo de vida del plástico, como es el caso de ciudadanos que se encuentran en el ámbito de influencia de proyectos de explotación de combustibles fósiles para la extracción de materia prima y para la fabricación de plástico; entre otros casos.

Es necesario que el acuerdo contenga disposiciones que sean vinculantes y armonizadas entre sí para todos los países, y establecer metas a nivel global que reduzcan y eliminen de forma progresiva y, bajo criterios claros, ciertos productos plásticos. Solo de esta manera, y con estándares internacionales que regulan el ciclo de vida del plástico de una manera sostenible, se podrá frenar su actual producción acelerada sin una adecuada gestión; más allá de las metas y contribuciones que pueda establecer cada país a nivel nacional.

2. El acuerdo debe poner a los derechos humanos como eje central

Se ha reconocido que la contaminación por plásticos genera impactos directos y graves en la salud de las personas, en correspondencia con los demás impactos ambientales, sociales y económicos. 

El problema de la contaminación por plásticos también afecta en el ámbito social y económico, pues impacta en la forma de cómo podemos vivir en un ambiente sano y equilibrado. Asimismo, repercute en la protección de otros derechos humanos que se encuentran relacionados.

Por ejemplo, los recicladores son actores clave, pero a lo largo del tiempo su importante rol y necesidades han sido invisibilizados, por lo que contar con condiciones de empleo dignas debe ser una prioridad en los países. Asimismo, los derechos de acceso a la información y transparencia son esenciales para la implementación estratégica del acuerdo, de manera que los ciudadanos sepamos el origen e implicancias de los productos plásticos que consumimos. Finalmente, el enfoque de estos derechos debe abordar la justicia intergeneracional y la transición justa para no dejar a nadie atrás.

Si bien algunas opciones del borrador del acuerdo global han contemplado de cierta manera estos aspectos, diversas organizaciones de la sociedad civil, que participaron en calidad de observadores en la sesión del GRULAC, cuestionaron el hecho de que la versión preliminar del acuerdo no ha considerado dentro del acápite de principios que rigen el acuerdo a los derechos humanos. 

Más allá del debate técnico y económico en torno al problema de la contaminación por plásticos, es necesario que los derechos humanos sean un eje central que rija el objetivo del acuerdo y, por ello, es importante que sean considerados como principios y como criterios hermenéuticos. 

Foto: Liliam Timaná / SPDA

3. Afianzar el establecimiento de los regímenes de Responsabilidad Extendida del Productor (REP)

El concepto de REP viene siendo aplicado por algunos países y consiste en una estrategia de protección ambiental para reducir el impacto ambiental de un producto haciendo responsable a su fabricante de todo su ciclo de vida: desde la recogida hasta el reciclado y la eliminación final. Su aplicación se puede dar a través de instrumentos administrativos, económicos e informativos.

Al igual que otros apartados del borrador del acuerdo global, en el capítulo de REP se han incluido múltiples alternativas de texto, desde opciones ambiciosas que comprometen la implementación obligatoria de sistemas REP, como otras opciones más débiles, en la que solo se alienta a los Estados a considerar estos sistemas o que, incluso, se propone que no haya texto.

El GRULAC evidenció que en la región los sistemas REP serán útiles y necesarios para hacer frente a la contaminación por plásticos y trasladar la responsabilidad sobre el residuo a quienes se encargan de su fabricación o inserción en el mercado interno. En ese sentido, la sociedad civil opinó que es importante que estos sean regulados por los Estados conforme a las directrices del acuerdo, e implementados por la industria y otros actores como municipalidades. Por tanto, diversas posiciones debatidas compartieron la idea de que la responsabilidad del producto se extienda a la etapa posterior a su uso y que, para ello, la opción que se elija debe ser ambiciosa y no flexible. Y, al mismo tiempo, debe tener un concepto claro y preciso en el apartado de definiciones.

4. El acuerdo debe visibilizar la labor de los recicladores

Nuestra región se caracteriza por la presencia de recicladores de base o de oficio para gestionar los residuos plásticos, quienes han venido contribuyendo históricamente en la mitigación de los efectos de la contaminación por plásticos, incluido el medio marino; incluso desde antes de que aparecieran las primeras regulaciones para la gestión de residuos. Esta realidad no se tiene en otros hemisferios y, por ello, el borrador cero del acuerdo no los había considerado, obviando así su rol estratégico e importancia para países en vías de desarrollo como el nuestro.  

Organizaciones como la Red Latinoamericana y del Caribe de Recicladores (Red LACRE) compartieron su preocupación para que el acuerdo finalmente haga una mención expresa a estos actores que participan en la cadena productiva del plástico, tanto de entornos formales o informales, y así generar compromisos en los Estados para que se garanticen sus derechos humanos en todas sus dimensiones: empleo digno, seguridad social, transición justa, entre otras. Asimismo, se resaltó la importancia de que las naciones los apoyen y que sus voces puedan ser escuchadas en el próximo INC 4, por lo que esperamos que puedan contar con un espacio que refleje el largo camino que muchas asociaciones de recicladores deben pasar para formalizarse y enfrentar distintos desafíos para su sostenibilidad. 

5. Necesidad de una negociación eficiente, transparente e inclusiva

Estamos contra el tiempo. En diciembre de este año tendrá lugar la quinta y última negociación del Comité Intergubernamental de Negociación (INC 5), por lo que los países deberán avanzar de forma fructífera en la construcción de la versión final del acuerdo global que refleje la urgencia y necesidades de nuestro planeta para hacer frente a la contaminación por el plástico.

Las consultas regionales sirven para intercambiar posturas, construir mensajes comunes y llegar mejor preparados a los grupos de contacto que se forman en cada negociación. Tal como mencionó en la sesión del GRULAC el embajador peruano Meza Cuadra, expresidente del INC 3 y actual vicepresidente del INC 4, se debe tener en cuenta que estamos ante un instrumento complejo y extenso, y que es importante alinear voluntades como región para hacer frente a los desafíos que se van presentando.

En ese sentido, el próximo INC 4, que tendrá lugar en Otawa, será clave para avanzar en las negociaciones de forma constructiva, buscar consensos y tener como resultado un acuerdo global sólido y ambicioso que esté listo en diciembre del presente año para su implementación.

Foto: Ministerio de Ambiente de Panamá

Sociedad civil vigilante

Se espera que estos y demás mensajes clave que se debatieron en el evento puedan ser recogidos por el GRULAC en una visión común con la finalidad de que sea llevadas al INC-4 mediante una propuesta de mejora del acuerdo global que refleje las realidades, necesidades y preocupaciones de la región, y considere a los actores sociales más afectados a lo largo toda la cadena del plástico. 

Como sociedad civil, debemos mantenernos vigilantes a las decisiones que tomen los países de la región y que repercutirán en los próximos años en la forma de cómo se viene haciendo frente al problema de la contaminación por plásticos que ya es parte de la crisis planetaria, puesto que, de ello, dependerá el futuro de las generaciones.

Datos:

  • Algunas de las organizaciones de la sociedad civil que participaron en calidad de observadores en las consultas regionales del GRULAC fueron la Fundación Avina, la Red Latinoamericana y del Caribe de Recicladores, la Red Mexicana de Acción Ecológica, la Red de Acción por los Derechos Ambientales (RADA), el Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas para América Latina y el Caribe, y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental.
  • Hasta el momento, ya se han realizado tres sesiones del Comité Intergubernamental de Negociación. La primera tuvo lugar en Uruguay, la segunda en Francia, y la tercera en Kenia. La cuarta será el próximo mes en Canadá y la última será en Corea.
  • Para revisar más información sobre el acuerdo global de plásticos, ingrese AQUÍ.


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