Nuestra herencia natural y cultural en riesgo: una sucesión que nos hace seguir perdiendo identidad

  • “Tenemos tanto, que parece que los recursos nunca se van a acabar. Pero sí estamos perdiendo. Y lo hacemos con una mezcla de desinterés y complicidad”.

viernes

23 de mayo, 2025

Foto: Diego Pérez – SPDA

Escribe: Silvana Baldovino* / Directora de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA

 

En estos días se habla mucho de sucesión y herencia. Estamos en un país donde todo lo ilegal se formaliza: minería, invasiones y más. Y ahora incluso, eso se puede heredar, sea por mucho o poco tiempo. Se viene desvirtuando, así, el sentido de nuestros derechos, de cómo deben ejercerse y, sobre todo, protegerse. Nos hemos acostumbrado a prorrogar plazos, a la impuntualidad, a regularizarlo todo, sea como sea y al costo que sea. La excepción se convierte en regla, lo ilegal en legal, y lo vemos con tanta normalidad que ya ni nos sorprende.

Cada día normalizamos más lo que no deberíamos. Bajo distintas interpretaciones de nuestros derechos, avalamos conductas que vulneran el derecho de los demás. La ética parece haber desaparecido, junto con la idea de pensar en todos como sociedad. Estamos en un punto crítico, de difícil retorno, donde dejamos de reconocernos con orgullo para vernos, más bien, con vergüenza. 

En todo este contexto, como peruana, no dejo de preguntarme: ¿cómo llegamos a este punto? ¿Por qué nos importa más obtener beneficios personales y rápidos? Hemos dejado de pensar en proteger nuestra herencia natural y cultural. Hemos dejado de ver al Perú como lo que es: nuestro mayor legado. 

Somos un país multicultural, multiétnico y plurilingüe, con una herencia indígena que muchos sueñan y otros defienden como propia. Estamos entre los 20 países más biodiversos del mundo, pero también entre los más golpeados por la crisis climática. Tenemos tanto, que parece que los recursos nunca se van acabar. Pero sí estamos perdiendo y lo hacemos con una mezcla de desinterés y complicidad que nos está arrebatando, poco a poco, la identidad que deberíamos legar a las próximas generaciones.

La lucha por los recursos naturales es cada vez más dura, más cruel y despiadada. La ilegalidad la alimenta y el precio del oro la incentiva. En medio de todo eso, se llevan por delante a las peruanas y los peruanos, nuestras vidas, nuestro país, con la mirada cómplice o, en el mejor de los casos, con los ojos vendados. Preferimos no saber.

Pero ¿qué podemos hacer? ¿Queda algo de esperanza? Yo creo que sí. Aún tenemos un enorme patrimonio natural y cultural que proteger. Nuestra Amazonía es inmensa y maravillosa. No debemos perderla, debemos aferrarnos a nuestros conocimientos tradicionales, salvaguardar la seguridad alimentaria, cuidar nuestra biodiversidad única, nuestros saberes, nuestras culturas. Nos están arrebatando tanto y nosotros no lo estamos valorando. 

Es irresponsable seguir creyendo que las cosas pasan lejos o que no podemos hacer nada. Necesitamos pensar en cambios, en lo que se viene, en los procesos electorales, y tomar decisiones en función de lo que es mejor para todos, no para intereses individuales.

Podemos lograrlo, pero tenemos que involucrarnos todos y elegir con responsabilidad, porque las malas decisiones nos están saliendo cada vez más caras y, si seguimos así, lo único que heredaremos será un país en ruinas.

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* Este artículo fue publicado originalmente en La Mula, el 23 de mayo de 2025.

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