La misteriosa rana venenosa del Marañón amenazada por la deforestación y el tráfico ilegal
- Aunque el veneno de este anfibio lo protege de depredadores naturales, no escapa de la intervención humana que ha ocasionado la drástica fragmentación de su hábitat.
jueves
4 de septiembre, 2025

Foto: Brad Wilson / Flickr
Escribe: Adriana Velásquez / avelasquez@spda.org.pe
La rana venenosa del Marañón (Excidobates mysteriosus) es una de las especies más enigmáticas de la familia Dendrobatidae. Este anfibio mantiene algunos misterios a su alrededor, incluso desde su descubrimiento. El primer ejemplar fue encontrado en 1929, pero tuvieron que pasar 53 años para que fuera descrita por primera vez. Luego, no se supo de esta especie por años, hasta su redescubrimiento en 1990.
Otro enigma alrededor de esta rana es su área de ubicación. Esta especie de montaña, endémica de la Cordillera del Cóndor, vive entre los 900 y los 1100 metros de altitud. Antes solo se había registrado su presencia en las localidades de Santa Rosa de La Yunga, Cajamarca. Sin embargo, un artículo de la Revista alemana de herpetología, publicado en 2019, confirmó una nueva población en la localidad Pedro Ruiz, Amazonas, a unos 90 km al sureste de la localidad donde se le conoció por primera vez.
Si bien, la última estimación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), realizada en 2017, señala que la extensión del hábitat de esta especie es de 717.01km, el artículo en mención muestra que su distribución actual es aún más reducida, apenas 414 km². Esto refuerza la vigencia de su clasificación como especie “En Peligro” por la UICN.
Pero, ¿por qué esta rana venenosa se ve amenazada? Aunque su veneno la protege de los depredadores, estos ejemplares no están libres de la intervención humana. Por un lado, la tala ilegal destruye su ya reducido hábitat, y su belleza exótica la convierten en blanco del tráfico ilegal.

Foto: Tropical Herping
Características y comportamiento
Los lunares blancos en la espalda y vientre no solo son el mayor distintivo de la rana venenosa del Marañón, también son una advertencia de su potente veneno. Su piel granulada y tóxica puede matar a depredadores como serpientes o aves. Este rasgo es un ejemplo de aposematismo, estrategia de defensa que presentan algunos animales para advertir que no es comestible.
De acuerdo con el portal AmphibiaWeb, el resto de su cuerpo puede ser negro o marrón, en el caso de los ejemplares adultos, mientras que los renacuajos son alargados y negros. Suelen medir entre 27 a 29 milímetros de longitud, desde el rostro hasta la abertura de la cloaca. Curiosamente, es el único representante peruano de la familia Dendrobatidae que mide más de 22 milímetros.
Para estas ranas, que habitan en bosques secos, las bromelias son indispensables como fuente de agua. Allí viven y se reproducen, específicamente en los fitotelmos, pequeñas cavidades en las plantas donde se acumula agua de lluvia y materia orgánica.
Tanto los adultos como los ejemplares juveniles permanecen casi siempre en las bromelias, salvo en épocas de lluvia, cuando bajan al suelo para alimentarse de pequeños insectos. Los machos suelen cantar desde lugares visibles en la planta, emitiendo un zumbido parecido al de un cascabel que repiten varias veces por minuto.

Foto: H. Zell
Amenazas y conservación
Excidobates mysteriosus se encuentra en zonas fuertemente alteradas por la actividad humana, con hábitats fragmentados y degradados. Según el Libro rojo de la fauna silvestre amenazada del Perú, elaborado por Serfor, la tala para ampliar el área agrícola es la principal amenaza hacia esta especie. Los bosques alrededor de Santa Rosa han sido destruidos casi en su totalidad por los cultivos de café, por lo que solo quedan pequeños fragmentos intactos. La deforestación reduce drásticamente la presencia de bromelias, plantas esenciales para su supervivencia.
Dentro de su principal corredor de distribución, casi la mitad del territorio presenta menos del 50 % de cobertura forestal, según información del artículo académico mencionado. En suma, al ser una especie exótica es muy deseado como mascota de terrario. Esto lo vuelve vulnerable al tráfico ilegal de fauna.
De acuerdo con los autores del estudio, las prioridades de conservación para esta especie deben enfocarse en realizar investigaciones dentro de su corredor de hábitat, con el fin de determinar si su distribución es continua y si también habita en la Cordillera de Colán. Asimismo, resaltan la importancia de ampliar las áreas protegidas a lo largo de este corredor, que conecta Santa Rosa (Cajamarca), donde la especie ya había sido registrada, con la nueva zona de distribución identificada en Pedro Ruiz (Amazonas).
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