Investigadoras alertan sobre la necesidad de medidas urgentes para frenar la deforestación y reforzar la restauración en la Amazonía

  • Modelos climáticos y experiencias de campo evidencian vías para reducir las pérdidas ambientales y económicas en la Amazonía.

sábado

22 de noviembre, 2025

Foto: Fenamad

Por Anderson Araújo*

 

La investigadora de la Universidad de Oxford, Aline Soterroni, utiliza modelos matemáticos para proyectar escenarios sobre la Amazonía y advierte que, si nada se hace, Brasil podría perder más de 60 millones de hectáreas por deforestación en las próximas décadas. El dato forma parte de estudios de modelación de escenarios ambientales presentados por ella durante el panel “Cómo conciliar agricultura, biodiversidad y servicios ecosistémicos”, en la AgriZone de la COP30, el pasado jueves.

Soterroni explicó que los llamados escenarios de línea de base, que simulan el futuro manteniendo la lógica actual de producción, señalan el riesgo de continuidad de la deforestación. Además de la pérdida de especies y del equilibrio climático, este proceso también incrementa las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que convierte a la deforestación en una de las principales fuentes de emisiones del país.

El segundo nivel de riesgo presentado en los modelos mostrados por Aline se refiere a los impactos combinados entre deforestación y cambio climático. Según la investigadora, los escenarios climáticos indican que regiones actualmente consideradas prometedoras para la expansión agrícola pueden volverse menos productivas.

A pesar de la advertencia, la científica destacó que los escenarios también señalan alternativas más optimistas si se implementan políticas públicas eficaces. En los llamados escenarios de gobernanza fuerte, que incluyen control de la deforestación y gestión territorial, los beneficios pueden ser significativos.

Uno de los estudios citados por Soterroni muestra que, en la zona de transición entre la Amazonía y el Cerrado, la protección del territorio podría evitar pérdidas de hasta US$ 1000 millones por año en perjuicios agrícolas. “Cuando se controla la deforestación y se protege la selva, los modelos muestran que es posible evitar grandes pérdidas económicas y productivas”, afirmó.

La investigadora explicó que la modelización de escenarios utiliza sistemas matemáticos capaces de simular la interacción entre uso del suelo, clima, especies y dinámica económica. La idea es transformar datos ambientales en proyecciones capaces de orientar a los gobiernos y a los responsables de la toma de decisiones.

Al final de la presentación, la investigadora recurrió a una reflexión inspirada en los pueblos originarios. Citando al chamán Davi Kopenawa y al líder indígena Ailton Krenak, Soterroni afirmó que la ciencia puede ser un puente entre dos mundos.

“Los pueblos de la selva ya saben que sin selva no hay agua, no hay comida, no hay vida. Pero, para dialogar con el ‘pueblo de la mercancía’, necesitamos modelos y escenarios. Me gusta decir que utilizo las matemáticas como aliadas de la Amazonía para mostrar el valor de la selva en pie”, concluyó.

Foto: Eduardo Ferreira/EMBRAPA

Conservación y agricultura familiar

El panel también presentó la experiencia coordinada por la investigadora Joice Ferreira, de Embrapa Amazonía Oriental, quien expuso proyectos de conservación ambiental y agricultura familiar en la Amazonía, con énfasis en la valorización de los pueblos tradicionales y de la sociobiodiversidad. Uno de los destaques fue RefloraMais, iniciativa creada en 2017 a partir de la cooperación entre Brasil y Francia. La iniciativa se consolidó como un grupo de investigación acción e inspiró la creación del Centro Capoeira, orientado a la restauración socioambiental de la Amazonía.

Según la investigadora, el principio del proyecto es una restauración ambiental socialmente justa, que incorpora los conocimientos de agricultores familiares, comunidades indígenas y quilombolas. Advirtió que cerca del 90 % del uso de la tierra en la Amazonía ya está ocupado por pastizales, lo que presiona la agrobiodiversidad y desestructura los modos de vida tradicionales. La propuesta, según explica, es fortalecer la agricultura familiar tradicional como pilar de conservación y como base del llamado “buen vivir”.

Joice Ferreira también presentó la estructura del Centro Capoeira, que reúne a más de 100 investigadores de más de 30 instituciones y opera mediante laboratorios vivos en regiones estratégicas como Santarém, noreste de Pará y la región del Gurupi. Estos espacios funcionan como entornos de coconstrucción de conocimiento, donde la investigación científica y los saberes tradicionales se encuentran.

Cerrado

La investigadora Fabiana Aquino, de Embrapa Cerrados, llevó al panel experiencias realizadas en el Cerrado brasileño para conciliar producción agrícola y conservación ambiental, defendiendo el concepto de compensación por servicios ambientales, como la conservación del suelo, el aumento de la infiltración de agua, el secuestro de carbono y el mantenimiento de la biodiversidad.

Estos servicios han sido reconocidos mediante programas de Pago por Servicios Ambientales (PSA), como el desarrollado en la cuenca hidrográfica del Distrito Federal, con alrededor de 1500 hectáreas. En la región, los productores rurales reciben incentivos económicos al adoptar buenas prácticas que incluyen la conservación ambiental. Los resultados generan una mayor retención de agua en el suelo, reducción de la erosión y fortalecimiento de la dinámica hidrológica de la cuenca.

Entre 2013 y 2022, el programa firmó 210 contratos, que involucraron a cerca de un tercio de los productores del área, con inversiones superiores a R$ 3 millones. El pago promedio ronda los 60 dólares por hectárea al año, un valor considerado bajo por los participantes, que aun así destacan que el principal incentivo es la contribución a la conservación del agua y del suelo, esenciales para la propia sostenibilidad de la producción agrícola.

La experiencia en el Cerrado, según la investigadora, muestra que es posible convertir la conservación en una oportunidad económica concreta para los agricultores, combinando productividad, resiliencia ambiental y generación de ingresos en el campo.

Papel estratégico del INPA

El director del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía (INPA), Henrique dos Santos Pereira, presentó proyectos orientados a la recuperación de áreas degradadas mediante sistemas forestales y agroforestales. Son estudios que combinan nanotecnología, biotecnología y mejoramiento genético, tomando la castaña de Brasil como iniciativa inicial. La propuesta involucra redes de cooperación en todos los estados de la Amazonía, monitoreo satelital e internet de las cosas, además de pruebas para la inserción de estos sistemas en futuros mercados de créditos de carbono.

Según el director, la importancia del INPA para la investigación en servicios ecosistémicos reside precisamente en su capacidad de integrar ciencia de punta, formación de investigadores y aplicación práctica del conocimiento. Con 3200 maestros y doctores formados, el instituto se consolida como una pieza clave para transformar la conservación de la Amazonía en oportunidades reales de desarrollo sostenible para la región.

Con sede en Manaus y actuación en toda la región amazónica, el INPA es hoy una de las principales referencias científicas en biología tropical, ecología y estudios de los ecosistemas, además de desempeñar un papel decisivo en la formación de investigadores y en la consolidación de políticas públicas orientadas a la sustentabilidad.

El panel fue moderado por Raquel Prado, investigadora de Embrapa, quien presentó la base del informe temático “Agricultura, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos”, elaborado en el marco de la Plataforma Brasileña de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos. El documento es resultado de más de tres años de trabajo y de la colaboración de cerca de cien investigadores de diferentes biomas del país. El informe no constituye una investigación inédita, sino una amplia síntesis del conocimiento científico, que reúne datos y experiencias exitosas sobre cómo conciliar la producción agrícola, la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento de los servicios ecosistémicos. 

 

____________________________________

* Revisión Carla Fischer. Versión al español: Leandro Roberto Manera Miranda / Verso Tradutores. Este reportaje fue producido por Amazônia Vox en el marco de la Cobertura Colaborativa Socioambiental de la COP30. Lee el texto original aquí.   

Suscríbete a nuestro boletín

Recibirás las noticias de Actualidad Ambiental  en tu buzón

Noticias relacionadas

  • COP30: ¿cómo avanza el Perú ante sus compromisos para reducir gases de efecto invernadero?

  • Degradación de la Amazonía puede generar hasta dos pandemias por década, advierte climatólogo

  • COP30: incluyen en negociaciones crear zonas libres de hidrocarburos y minería para proteger a indígenas en aislamiento