Estudio advierte que los distritos más pobres de Lima enfrentan temperaturas más altas

  • Un reportaje de OjoPúblico revela que el aumento de las temperaturas y la escasez de áreas verdes impactan con mayor intensidad a los distritos más pobres de la capital peruana, acentuando una brecha climática en la ciudad.

martes

29 de abril, 2025

Foto: Ojo Público

Según un estudio publicado en la revista Remote Sensing, los distritos con menor poder adquisitivo, como Carabayllo, Puente Piedra y San Martín de Porres, soportan temperaturas más altas debido a la falta de áreas verdes. Por el contrario, zonas de mayores ingresos como San Isidro, La Molina o San Borja, que cuentan con mayor cobertura vegetal, presentan temperaturas más moderadas. Este hallazgo pone en evidencia una profunda desigualdad climática en la capital peruana.

Según Ojo Público, el estudio señala que factores como la presencia de áreas verdes, la cercanía al mar y el tipo de construcción predominante generan las diferencias de temperatura entre los distritos de Lima. Las zonas costeras suelen tener edificios altos que generan sombra y ayudan a regular el calor, mientras que en la periferia predominan construcciones más bajas y horizontales, que no brindan el mismo efecto.

Además, se destaca una relación directa entre el nivel socioeconómico y la capacidad de enfrentar el calor urbano. Los distritos con mayores ingresos suelen tener más vegetación, mejor infraestructura y mayores recursos para invertir en espacios públicos, lo que mejora su regulación térmica. Esta situación refuerza una desigualdad estructural, ya que la calidad ambiental se convierte también en un privilegio económico.

Esta investigación analiza casi cuatro décadas de datos satelitales, de 1986 a 2024, y muestra cómo el crecimiento urbano desordenado ha reemplazado antiguos espacios verdes por concreto. “La falta de una planificación urbana estratégica, que priorice el acceso equitativo a las áreas verdes, ha arraigado aún más estas disparidades, promoviendo inconscientemente la injusticia ambiental urbana”, indica el estudio.

Como se muestra en el gráfico, los colores verde, amarillo, rojo y azul representan a los distritos con desempeño excelente, bueno, deficiente y muy deficiente, respectivamente.

Gráfico: Remote Sensing

Injusticia ambiental y equidad térmica

Cuatro años atrás, una investigación realizada por Ojo Público y el grupo de trabajo Espacio y Análisis, ya revelaba las grandes brechas en el acceso a espacios públicos y zonas verdes en la capital. Más de la mitad de los distritos de Lima y Callao cuentan con menos de 3 metros cuadrados de áreas de recreación por persona.

El nuevo estudio advierte sobre un fenómeno conocido como «injusticia ambiental», un término que describe cómo las comunidades más vulnerables son las más afectadas por el cambio climático, al no contar con recursos ni infraestructura para enfrentar sus impactos.

Liliana Miranda, especialista en planificación urbana sostenible y adaptación al cambio climático, explicó al portal de investigación que “en el verano de 2024, hemos encontrado picos de temperatura altísimos en algunas viviendas de San Juan de Lurigancho, el Agustino y Barrios Altos. En los últimos pisos, con techos de calamina, que tienen una alta capacidad de transferencia de calor, hemos encontrado temperaturas de 51 °C”.

Frente a este escenario, Miranda introduce el concepto de «equidad térmica». Este concepto plantea la necesidad de garantizar condiciones adecuadas de temperatura para todos, independientemente del lugar donde vivan. 

Asimismo, los investigadores del estudio destacan que la publicación sirve como una advertencia para los gobiernos locales de que la información puede y debería ser utilizada para distribuir equitativamente los beneficios de las áreas verdes.

Incremento de calor en la capital

El estudio no solo evidencia las disparidades entre los distritos, también concluye que la crisis climática ha afectado la temperatura general de la capital. Desde 1990, la temperatura del suelo ha aumentado en 643 °C, como consecuencia de la expansión urbana. La investigación también señala que, con el aumento de las temperaturas globales, es probable que las olas de calor se vuelvan más frecuentes e intensas, lo que representa un desafío extra para ciudades como Lima, que ya lidian con altas temperaturas superficiales.

En declaraciones para Ojo Público, Deyvis Cano, autor principal del estudio, afirma que, si bien las áreas verdes contribuyen a reducir el calor en zonas específicas, no bastan para revertir el aumento general de la temperatura en Lima. “El cambio climático y fenómenos como El Niño costero están detrás del incremento de la temperatura, y eso no puede ser apaciguado solo con áreas verdes”, indica.

El investigador sugiere que la planificación urbana y la gestión de los recursos naturales deben considerar las particularidades del ecosistema de la ciudad. 

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