El papa Francisco y el bosque indígena que le rinde homenaje en Madre de Dios
- A un mes de su partida, recordamos la visita del papa Francisco a Puerto Maldonado, su mensaje sobre la dignidad de los pueblos indígenas, la protección de la Amazonía, y el legado que hoy perdura en un bosque que lleva su nombre.
miércoles
21 de mayo, 2025

El papa Francisco tuvo un encuentro especial con los pueblos indígenas durante su visita a Madre de Dios. Foto: Andina
Escribe Eddy Peña / Especialista en conservación y pueblos indígenas de la SPDA
La partida del papa Francisco ha dejado un legado imborrable en los pueblos indígenas de la Amazonía peruana y en quienes luchan por la defensa de la naturaleza. Su histórico encuentro con comunidades nativas en Puerto Maldonado, en el 2018, puso en los ojos del mundo el reconocimiento del rol protagónico que tienen los pueblos indígenas en la protección del bosque amazónico. Su mensaje de justicia ecológica y respeto por las culturas originarias sigue resonando en cada comunidad nativa de la región, recordándonos que la defensa de la casa común comienza con el respeto a quienes ancestralmente la han cuidado.
«Y es algo que hay que decirlo con fuerza: ustedes no son tierra de nadie. Esta tierra tiene nombres, tiene rostros: los tiene a ustedes. Esta región está llamada con ese bellísimo nombre: Madre de Dios. No puedo dejar de hacer mención de María, joven muchacha que vivía en una aldea lejana, perdida, considerada también por tantos como ‘tierra de nadie’», expresaba con firmeza y ternura el papa Francisco durante su discurso en Puerto Maldonado.
Sus palabras causaron un sentimiento de reconocimiento entre las personas que le escucharon hace más siete años. Su discurso, además de ser un reconocimiento hacia quienes han vivido y protegido el bosque, fue claro: una iglesia y un mundo verdaderamente justos deben mirar a los pueblos indígenas no como víctimas, sino como actores clave para construir un futuro digno. Sin manifestarlo, el sumo pontífice nos daba muestra de su legado. La presencia por vez primera de un papa era una declaración: la Amazonía no estaba sola, ni olvidada.

Las 1800 hectáreas de territorio de la comunidad nativa Boca Pariamanu fueron consideradas con el nombre del Santo Padre como una muestra de cariño, gratitud y compromiso a los valores que promovía. Foto: Diego Pérez / SPDA
Un testimonio vivo de este legado ocurrió con el reconocimiento oficial del área de conservación privada “Bosque Papa Francisco” o Nihii Eupa Francisco en amahuaca, nombrado así por la comunidad nativa Boca Pariamanu en Madre de Dios en honor al primer papa que visitó, escuchó y conversó con los pueblos indígenas de la Amazonía peruana. En 2022, esta iniciativa fue oficialmente reconocida por el Ministerio del Ambiente sobre una extensión de 1800 hectáreas de su territorio comunal, como una muestra de cariño, gratitud y compromiso al Santo Padre y a los valores que promovía. Esta iniciativa, que inició en diciembre de 2017, no solo protege un ecosistema vital y frágil, sino que encarna una visión de desarrollo basada en los conocimientos colectivos de los pueblos indígenas y la gestión sostenible del territorio. El bosque lleva el nombre del papa como símbolo de alianza entre espiritualidad, justicia social y conservación ambiental.
Hoy, en un contexto de creciente presión hacia la Amazonía peruana, la memoria del papa Francisco nos impulsa a renovar nuestro compromiso con el territorio amazónico y los pueblos indígenas que la habitan y protegen. Su encíclica Laudato Si permanece como guía moral y ética para los defensores del ambiente, recordándonos desde una región tan golpeada por la minería ilegal que la crisis ecológica y la crisis social están íntimamente ligadas. La Amazonía no puede salvarse sin los pueblos que la habitan, y estos no pueden sobrevivir sin el respeto y la protección de sus derechos.
[Ver además: Alberto Inuma, el líder indígena amahuaca que preserva el uso de plantas medicinales]
«Tengo esperanza en ustedes, en el corazón de tantas personas que quieren una vida bendecida. Han venido a buscarla aquí, a una de las explosiones de vida más exuberante del planeta. Amen esta tierra, siéntanla suya. Huélanla, escúchenla, maravíllense de ella. Enamórense de esta tierra Madre de Dios, comprométanse y cuídenla, defiéndanla. No la usen como un simple objeto descartable, sino como un verdadero tesoro para disfrutar, hacer crecer y transmitirlo a sus hijos», decía un emocionado papa Francisco, en ese recordado enero de 2018, a los miles de indígenas que hacían suyas cada palabra.
En honor al papa Francisco, este camino debe continuar con esperanza, convicción y solidaridad, para lo cual, honrar su memoria es respetar sus derechos por el territorio, su cultura y la vida, es cuidar la Amazonía como la ‘casa común’ que él defendió con coraje profético.
Debe estar conectado para enviar un comentario.