Conoce a la yareta: la planta milenaria que guarda en sus hojas la historia de las erupciones volcánicas
- Esta planta de crecimiento lento es capaz de vivir hasta 3 mil años en condiciones extremas. Su valor ecológico, medicinal y científico resalta la necesidad de su conservación.
miércoles
11 de junio, 2025

Foto: Esa Journals
Por: Adriana Velásquez / avelasquez@spda.org.pe
En zonas de gran altitud, por encima de los 4 mil m s. n. m, donde el frío azota, una planta de apariencia rocosa desafía el clima, la altura y el paso del tiempo. Se trata de la yareta (Azorella compacta Phil.), una especie nativa del altiplano andino que cubre como un manto verde las laderas de la cordillera, desde el sur del Perú hasta Bolivia, Chile y parte de Argentina. Su forma de almohada compacta no solo le brinda resistencia, sino que permite que otras especies encuentren humedad y refugio en su interior.
La yareta no solo ha sido estudiada por su valor medicinal y botánico, sino también por su valor para la geociencia, según una investigación realizada en 2021. Debido a la longevidad de esta planta, investigadores del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), el United States Geological Survey (USGS) y universidades estadounidenses, extrajeron muestras de yareta del volcán Misti para analizarlas con radiocarbono (14C) y conocer su antigüedad.
Los resultados revelaron que, a 15 cm de profundidad, la planta tiene registros de entre 1948 y 1958, y a 29 cm, de entre 1802 y 1958, y que podría haberse establecido poco después de la última gran erupción del Misti en el siglo XV. Estos hallazgos sugieren que la yareta estuvo presente durante erupciones importantes de otros volcanes como el Huaynaputina, Ubinas y Sabancaya.
Los hallazgos de esta investigación fueron publicados en el artículo “Azorella compacta’s long-term growth rate, longevity, and potential for dating geomorphological and archaeological features in the arid southern Peruvian Andes” de la revista Journal of Arid Environments.
De acuerdo con el Ingemmet, la yareta podría convertirse en una herramienta geocronológica clave para los vulcanólogos andinos, al conservar en sus capas restos de ceniza volcánica que permitirían datar erupciones y otros fenómenos geológicos como sismos o deslizamientos.

Foto: INGEMMET
Características principales
La yareta crece entre 1.3 y 3.5 milímetros al año. Esto significa que para alcanzar apenas 15 centímetros puede tomar entre 40 y 100 años. De acuerdo con el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), se trata de una de las especies forestales más longevas del mundo, ya que puede vivir hasta los 3 mil años.
Un estudio publicado en la revista Fundación Internacional pro Herbario Mediterraneo, la describe como una planta verde y resinosa que forma almohadillas compactas que llegan a alcanzar hasta 1.20 m de alto y 2.50 m de cobertura. Su floración se da entre la primavera y el verano en suelos húmedos y fríos. Además, sus hojas pequeñas la protegen de climas muy rigurosos de altura, frío e insolación..
En Perú, está presente en regiones como Arequipa, Puno, Moquegua, Huánuco, Tacna y Ayacucho, formando comunidades llamadas “yaretales” en áreas de topografía accidentada y clima frío.

Foto: Dick Culbert
Uso medicinal
De acuerdo con el estudio, a la yareta se le atribuyen propiedades para el tratamiento de la diabetes, el asma, bronquitis y enfermedades renales. Además, su resina es usada como desinflamante y analgésico, aplicada en emplastos para tratar fracturas, golpes o dolores de muelas.
También es utilizada como combustible, y para la fundición de metales, ya que al ser seca y compacta, arde lentamente y produce un calor constante. Este uso tradicional, sin embargo, plantea serios desafíos para su conservación.

Foto: Ingemmet
Amenazas y conservación
A pesar de su enorme valor ecológico y científico, esta planta está catalogada como especie vulnerable (VU), según el Decreto Supremo 043-2006-AG, y en peligro de extinción (E) conforme a la clasificación de IRECA-UNSA (2000). Por esta razón, su extracción ilegal, comercio y transporte están prohibidos.
Sin embargo, la yareta sigue expuesta a diversas amenazas debido a la alta demanda que genera por sus múltiples usos. Esta presión, sumada a su lento crecimiento y limitada distribución, incrementa significativamente su vulnerabilidad en los ecosistemas donde habita.
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