Alpaca: riqueza cultural del Perú y origen de una fibra excepcional

  • Con más del 80 % de la población mundial de alpacas, Perú lidera la crianza de este camélido cuya fibra natural representa una oportunidad para una ganadería sostenible.

viernes

1 de agosto, 2025

Foto: Inca Rail

El 1 de agosto se conmemora el Día Nacional de la Alpaca (Vicugna pacos), una fecha que reconoce el valor cultural y económico de este animal, así como la labor que cumplen sus criadores en las regiones altoandinas del país. Esta especie fue domesticada hace miles de años en los Andes y, actualmente, cumple un papel importante en la producción textil. De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), su fibra es ecoamigable y cuenta con gran diversidad de colores naturales, más de 23 tonos, lo que permite confeccionar textiles sin hacer uso de tintes. 

Asimismo, la alpaca, considerada un tesoro cultural nacional, está profundamente arraigada en la vida de las comunidades rurales, donde su crianza constituye una actividad ancestral que perdura hasta hoy. En el Perú alberga más del 80 % de la población mundial de alpacas, con aproximadamente cinco millones de ejemplares distribuidos principalmente en las regiones de Puno (39.6 %), Cusco (14.8%), Arequipa (12.7 %), Huancavelica (8.3 %), Apurímac (5.9 %) y Ayacucho (6.2 %). En menor medida, esta especie también se distribuye en Pasco, Moquegua , Junín , Tacna y Lima.

Más de 350 mil familias que habitan por encima de los 4,000 metros sobre el nivel del mar dependen directamente de esta actividad, que no solo garantiza su subsistencia, sino que también forma parte de su identidad colectiva.

A pesar del creciente interés internacional por la fibra de alpaca y su expansión a más de 60 países, los Andes peruanos siguen siendo su hábitat principal y el centro de su diversidad genética. Preservar esta especie implica no solo proteger un recurso económico valioso, sino también asegurar la continuidad de una tradición que forma parte del legado histórico y cultural del país.

Características principales

Tal como lo describe una publicación del Midagri, la alpaca pertenece a la familia de los camélidos y se caracteriza por su cuerpo esbelto, cuello largo y lana densa que cubre desde la cabeza hasta las extremidades. Mide aproximadamente un metros y pesa entre 60 y 65 kilos, dependiendo del sexo. Su cabeza es pequeña, con un copete particular y hocico cuadrado. Sus orejas son puntiagudas y sus ojos, grandes. Además, tiene el labio superior dividido y un dentadura especial, lo que le permite alimentarse con precisión sin cortar el pasto ni dañar las raíces.

Respecto a su comportamiento, la alpaca es un animal social que vive en grupos liderados por un macho. Es gentil, dócil e inteligente, aunque también es cautelosa por naturaleza, lo que la hace estar siempre atenta a posibles amenazas. Si detecta un intruso, emite sonidos agudos de alerta y puede escupir o patear en defensa, aunque el impacto no es fuerte debido a sus almohadillas plantares. A pesar de ser un animal de presa, puede defenderse de depredadores pequeños utilizando sus patas delanteras.

Foto: Correo

Su rol en la ganadería sostenible

Las alpacas podrían ser consideradas animales ideales para una ganadería sostenible si se considera que son herbívoros eficientes capaces de alimentarse de una variedad de pastos y otras plantas sin afectar sus raíces. Como describe el Midagri, esto favorece una regeneración más rápida de la vegetación y minimiza la erosión del suelo.  Asimismo, su dieta se adapta bien a pastos nativos con alto contenido de fibra y bajo en proteínas, lo que disminuye la necesidad de aplicar fertilizantes nitrogenados y fosforados, los cuales son responsables del crecimiento excesivo de algas dañinas en cuerpos de agua. 

También cuentan con unas patas suaves y acolchadas, a diferencia de las pezuñas de otros animales de pastoreo, lo que reduce significativamente el daño al césped por pisoteo y minimiza el impacto sobre la capa superficial del suelo, tanto en términos de compactación como de deterioro. Una alpaca adulta ejerce una peso de carga estática de solo 39 kPa, mucho menor que la de las ovejas con 82 kPa o el ganado vacuno con 185 kPa.  

Foto: Machu Picchu Viajes Perú

Conservación

De acuerdo con Plazi, organización científica especializada en biodiversidad, en los tiempos preincaicos, las alpacas fueron esenciales para las culturas andinas como Tiahuanaco e Inca, que desarrollaron sistemas de crianza avanzados y sostenibles. Durante el Imperio Inca, el Estado controlaba enormes manadas de alpacas, con énfasis en la reproducción selectiva para producir lana de alta calidad y animales de colores puros. Pero, con la llegada de los españoles, este sistema se desmanteló. 

En la actualidad, la mayoría de los rebaños en Perú pertenecen a comunidades indígenas, aunque su productividad es limitada por factores como la baja tecnología, el clima adverso y la endogamia.

Pese a estos retos, la alpaca continúa siendo un recurso clave para el país, considerado líder en productos de alpaca, como lana, carne y cuero, generando ingresos para mercados internacionales y locales. Sin embargo, como la producción de lana blanca domina el mercado, la diversidad genética de la especie se ha reducido considerablemente. Por ello, en las últimas décadas, se han realizado esfuerzos para recuperar la variedad de colores naturales. Desde 1990, la investigación científica en genética, nutrición y reproducción ha ganado impulso a nivel nacional e internacional, proyectando un futuro prometedor para el desarrollo sostenible de la crianza de alpacas en Perú, sobre todo si se implementan prácticas responsables en el manejo de los ecosistemas altoandinos húmedos.

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