[Entrevista] Pulgar-Vidal: “El cambio climático puede incrementar la frecuencia y agravar los impactos de El Niño”

En el contexto de emergencia que atraviesa el país, debido a los huaicos e inundaciones debido a la presencia del Niño Costero, Actualidad Ambiental conversó con Manuel Pulgar-Vidal, abogado especializado en derecho ambiental, exministro del Ambiente y líder del programa global de Clima y Energía de WWF Internacional.

¿Es este Niño diferente a los anteriores? ¿Por qué?
El Niño es un evento natural recurrente que tiene distintas expresiones. La diferencia se genera cuando la ubicación geográfica de la corriente cálida es más cercana a nuestras costas o más lejana. Entonces, cuando se describe o interpreta El Niño, siempre es muy importante saber si estamos frente a un Niño 1-2 o Costero, o un Niño 3-4, que es en la zona del Pacífico Sur Ecuatorial. Cuando es 3-4 tiene efectos globales y cuando es 1-2 tiene efectos locales, mayormente. Hay que tener en cuenta que El Niño es el resultado de un conjunto de factores que pueden variar, como los grados en la temperatura o la ubicación geográfica, por lo que nunca hay un Niño igual a otro, nunca.

Si bien este es un Niño Costero, ¿puede evolucionar y transformarse en ese otro Niño que tiene efectos globales?
No hay forma de predecirlo. Los científicos están intentando monitorear para saber, justamente, si se podría dar una situación de esa naturaleza. No hay ninguna evidencia de que esto se vaya a producir y los científicos están investigando si este calentamiento en la zona costera puede, luego, migrar hacia zonas centrales que puedan generar un efecto distinto, pero no hay ninguna evidencia de que eso pueda ocurrir y lo único que queda es monitorear.

Huaicos e inundaciones han dejado miles de damnificados en todo el país. Foto: Peru.com

Si se diera el Niño 3-4, ¿cuáles podrían ser sus efectos?
Los efectos son de distinta naturaleza: se pueden producir tormentas en algunas zonas del mundo, situaciones de sequías en otras, mayor intensidad del frío o del calor, pero ya no solo en nuestras costas, sino a nivel global. Hay que tener en cuenta que el clima está muy determinado por la situación de las corrientes, entonces, cuando el Niño se presenta en zona 3-4, por ubicarse en zona de transición de corrientes marinas globales se generan estos efectos a nivel mundial. Nuevamente, no es una consecuencia unívoca para todo el globo, sino que los efectos varían en función de las circunstancias geográficas de cada región.

¿Existe vinculación entre el Niño Costero y el cambio climático?
El Niño es un evento natural de variabilidad climática y así lo ha sido históricamente. Hay que reconocer que es un evento natural, sin embargo, hoy día se entiende que el cambio climático puede incrementar su frecuencia y agravar los impactos. Esto se debe a que el deshielo originado por el cambio climático está generando mayor presencia de agua dulce en las corrientes del océano, lo que altera no solamente su temperatura sino también su salinidad y otras condiciones. Además, la evaporación que se produce por el cambio climático genera mayor humedad en la atmósfera, que, a su vez, impacta en las lluvias.

¿Qué principios básicos se deben tener en cuenta al desarrollar una política de Estado que nos permita afrontar los El Niño a futuro?
Yo creo que con El Niño hay tres elementos centrales: entender, atender y emprender. Hay que entender el evento y las consecuencias del cambio climático, así como hay que entender la obligación de la prevención, que es un elemento central. Solo entendiendo la situación, podremos luego emprender las acciones correctas, en especial las de adaptación. Segundo es atender, en especial, las emergencias. Pero si hemos entendido la importancia de la prevención, la atención de las emergencias se nos va a facilitar. Y, para atender las emergencias, tenemos que tener mecanismos muy sólidos de gobernanza. Yo propongo que los Estados de Emergencia Climática sean una forma específica en donde se atiende la emergencia, pero se prevé el futuro; y que los Estados de Emergencia no se den solamente, como ahora, para facilitar gastos. Finalmente, al emprender nos referimos a las acciones a futuro, que tienen que estar enfocadas en la adaptación y la resiliencia, porque si sabemos que este evento se va a repetir, no podemos seguir generando infraestructura que se va a dañar o poniendo en riesgo a vidas humanas y a las actividades económicas.

¿Cree las Contribuciones Nacionalmente Determinadas a la Mitigación del Cambio Climático (NDC) son una oportunidad para pensar en la planificación y prevención de este tipo de desastres?
Los NDC no están orientados a ese fin, sin embargo, en cuanto incorporan medidas de adaptación y mitigación, sí pueden contribuir. Aun cuando su objetivo es totalmente distinto, al mitigar estamos contribuyendo a alcanzar el umbral de 1.5° que debiera ir alineando la presencia de estas condiciones climáticas, y al atender las cuestiones de adaptación vamos a enfocarnos más a la resiliencia. Hay que tener en cuenta que el marco de los instrumentos nacionales e internacionales para esto, va más allá de tan solo los NDC.

¿Desde WWF Internacional se está tomando alguna medida para apoyar la situación de crisis y emergencia que está atravesando el Perú?
Sí. Una de las acciones concretas de La Hora del Planeta, que se va a celebrar el 25 de marzo a las 8:30 p.m., es que todos los municipios con los que se viene trabajando como socios tengan un punto de acopio para atender a los que más han sufrido los embates de la naturaleza. Entonces, no solamente se está contribuyendo con una política institucional, sino también con un mensaje claro como el de La Hora del Planeta, porque apagar la luz tiene un significado vinculado a la energía y, además, es un reconocimiento a lo que las acciones humanas causan al planeta.



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