Purús | Desarrollo sostenible
Este especial muestra el actual estado de la provincia de Purús (Ucayali), un lugar que resguarda una importante zona de la biodiversidad amazónica, pero afronta múltiples problemas que no han permitido su desarrollo. Asimismo, presenta un recorrido por la ruta multimodal, una alternativa de conexión entre Purús con el resto del país.
 

¿Dónde queda Purús?

Datos, riqueza natural y necesidades urgentes

Purús es una de las cuatro provincias de la región Ucayali. Limita al este con la provincia de Atalaya -de la misma región- y, al sur, con la provincia de Tahuamanu (Madre de Dios), mientras que al oeste y norte limita con el estado de Acre (Brasil).

Esta provincia, de 17 847.76 km2, fue creada el 1 de junio de 1982 por Decreto Ley 23416. Su capital es el distrito de Puerto Esperanza, y el principal río es el Purús, una imponente vía fluvial que desemboca en el Amazonas.

Según el Gobierno Regional de Ucayali, en la provincia de Purús habitan unas 5 mil personas, de las cuales 1200 viven en Puerto Esperanza. Mientras que 3800 corresponde a la población que está conformada por 47 comunidades indígenas de las etnias Cashinahua, Sharanahua, Culina, Mastanahua, Ashaninka, Amahuaca y Yine.

La provincia de Purús destaca por poseer una vasta biodiversidad amazónica debido a su ubicación, que colinda con áreas naturales protegidas como el Parque Nacional Alto Purús, la Reserva Comunal Purús, así como la Reserva Territorial Madre de Dios y la Reserva Indígena Mascho Piro.

Sin embargo, esta riqueza natural contrasta con las necesidades que posee la población y que hasta hoy no han sido atendidas.

Necesidades básicas

De acuerdo con el Plan de Acción Directa Purús, documento publicado por el Gobierno Regional de Ucayali, los servicios ligados a Educación y Salud son considerados de baja calidad, debido a la infraestructura (colegios y centros de salud precarios) y a la falta de profesionales. Hasta el 2016, por ejemplo, no estaba cubierto el total de plazas para profesores en la zona.

La salud de la población infantil es otro de los principales problemas. La desnutrición crónica en niños menores de 5 años es del 26.10%. En anemia crónica, alcanza al 59.60% de los niños menores de 3 años de edad (Endes - Minsa 2014).

El servicio de agua y desagüe, en Puerto Esperanza, aún está en proceso de implementación. En cuanto a fluido eléctrico, sólo hay electricidad 3 horas al día (de 6 pm a 9 pm) y esta se genera a través de un grupo electrógeno. A veces, incluso, el tiempo es menor cuando hay escasez de combustible.

La conexión telefónica es otro problema. Sólo llega la señal de una empresa de telefonía en ciertos sectores y, en el caso del internet, el servicio es lento o nulo.

Por estas necesidades, Purús es considerada una de las tres zonas críticas de frontera en Ucayali (junto con Tamaya y Yurúa), según el Ministerio de Relaciones Exteriores. Ante ello, dicho sector emitió el decreto supremo 005-2018-RE, el cual establece “acciones de desarrollo sostenible e integración para la atención prioritaria” de estos lugares.

Uno de los fines de esta norma es garantizar la conectividad y movilidad de la población para solucionar la “grave situación de aislamiento”. Para ello se considerará la inversión sostenible destinada a la infraestructura para transporte terrestre, fluvial o aérea, según sea el caso. [Conoce más sobre esta norma aquí]

El centro de salud de Purús carece de profesionales y de infraestructura.

Foto: Jaime Tranca / SPDA

El distrito más cercano por río es Santa Rosa do Purús, del estado de Acre (Brasil).

Foto: Jaime Tranca / SPDA

Conectividad

Para la población y autoridades, uno de los mayores problemas en la provincia es la falta de conectividad con el resto del país. Para llegar a Puerto Esperanza, por ejemplo, sólo existe la vía aérea desde Pucallpa (capital de Ucayali), a través de vuelos cívicos, vuelos subsidiados y vuelos privados (chárter). Sin embargo, hasta hace poco los vuelos cívicos no eran constantes. Se daban dos veces al mes, y a veces solo una.

En mayo de este año, el presidente Martín Vizcarra anunció que los vuelos se darían una vez por semana y, según confirmamos con la población de Purús, esto ya se está cumpliendo. Los vuelos cívicos salen cada siete días, el pasaje cuesta 50 soles, el flete por kilo 2 soles, y el pasajero puede llevar hasta 20 kilos de equipaje.

Por vía fluvial, sólo se puede llegar a la provincia a través del río Purús pero accediendo por el distrito de Santa Rosa do Purús, ubicado en el estado de Acre (Brasil). Este viaje se realizaba principalmente para la compra de alimentos de primera necesidad, ya que los productos que llegaban en avión tenían un alto costo debido al flete (hasta mayo de este año costaba 6 soles el kilo). Por ejemplo, un kilo de arroz podía costar hasta 10 soles, un kilo de azúcar 8 soles, un balón de gas hasta 140 soles. En cambio, los productos que llegaban por río costaban hasta la mitad, pero igual era mucho más de lo que se paga en cualquier otra parte del país.

Las necesidades de una población en imágenes

La provincia de Purús destaca por su belleza natural, sus bosques aún muy bien conservados y biodiversidad en general. Sin embargo, todo ello contrasta con las necesidades de su población.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Para llegar a Purús desde el territorio peruano, sólo existe la vía aérea. Hasta hace poco los vuelos cívicos llegaban dos veces al mes. Sin embargo, desde junio llega una vez por semana.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Vía fluvial, sólo se puede acceder por Brasil a través del río Purús. El distrito fronterizo del país vecino se llama Santa rosa do Purús.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

En la parte peruana, el centro poblado más cercano a la frontera se llama Palestina. Tiene 80 habitantes y carece de servicios básicos. Sólo existe una precaria escuela y la electricidad la obtiene a través de paneles solares.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Puerto Esperanza es la capital de la provincia. En ella habitan 1200 personas de las 5 mil que existen en todo Purús.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

La mayor población de Purús está integrada por 47 comunidades indígenas (3800 personas). Estas pertenecen a las etnias Cashinahuas, Sharanahuas, Culinas, Mastanahuas, Ashaninkas, Amahuacas y Yines.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Dos de las necesidades urgentes en Purús son los servicios de Educación y Salud. Los centros son precarios y carecen de profesionales. Recién en mayo pasado, el presidente Martín Vizcarra puso la primera piedra del nuevo Centro de Salud.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Los alimentos son caros en comparación con el resto del país. En Purús, un kilo de arroz puede costar de 7 a 10 soles si viene por avión. Si viene por río puede costar la mitad, aunque son productos de Brasil y en su mayoría son de contrabando.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

La falta de combustible es otro problema en toda la provincia. El traslado de este recurso depende de la disponibilidad de los vuelos que no son regulares. Además, puede costar hasta dos veces más de lo que cuesta en Pucallpa.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Ante la falta de vuelos regulares, algunos habitantes de Purús insisten en la construcción de una vía terrestre, aunque esta afecta a áreas naturales protegidas y territorios de pueblos indígenas en aislamiento. La foto muestra el inicio de la carretera Puerto Esperanza (Purús, Ucayali) – Iñapari (Tahuamanu, Madre de Dios).

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Problemas de conexión

Aislamiento, amenazas a la biodiversidad y pueblos indígenas

Desde el territorio peruano, a Purús sólo se puede llegar vía aérea por Pucallpa; sin embargo, hasta mayo de este año los vuelos no eran regulares. Vía fluvial, sólo se llega a través del río Purús desde Santa Rosa do Purús, localidad ubicada en el estado de Acre (Brasil).

Este problema de accesibilidad, se ve reflejado en el alto precio de los alimentos de primera necesidad y, sobre todo, en la atención de emergencias de salud. Muchos pacientes que necesitan traslado urgente a Pucallpa o Lima, tienen que esperar la disposición de avionetas.

Alternativas de conexión

Por esta realidad, algunos habitantes de Purús, incluso autoridades, plantearon propuestas como la construcción de la carretera Puerto Esperanza – Iñapari (provincia de Tahuamanu, región Madre de Dios). Sin embargo, debido a sus posibles impactos a la biodiversidad amazónica y sobre los territorios habitados por pueblos indígenas en aislamiento, la propuesta de carretera fue rechazada por el Ministerio de Cultura (Mincul), el Ministerio del Ambiente (Minam), la Defensoría del Pueblo, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), organizaciones civiles, congresistas, e incluso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Naciones Unidas.

Según Carlos Trinidad, de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), el impacto sería similar al que ocasionó la Carretera Interoceánica en Madre de Dios, una vía que incrementó la tasa de deforestación por actividades como la minería ilegal que, a su vez, trajo otros problemas sociales como la trata de personas, sicariato, inseguridad ciudadana, entre otros.

Vía terrestre informal que se inició a construir desde Iñapari (Madre de Dios) y se uniría con la vía que se intentó construir desde Puerto Esperanza (Madre de Dios).

Foto: Jason Houston / Upper Amazon Conservancy (UAC)

Amenazas a la biodiversidad

La provincia de Purús destaca porque colinda por el Parque Nacional Alto Purús, una zona importante de biodiversidad, que aún ha sido poco explorada. Según Chris Fagan de la organización Upper Amazon Conservancy (UAC), esta área natural protegida tiene uno de los niveles de biodiversidad más alto en el mundo.

“El Parque Nacional Alto Purús es importante para la biodiversidad a nivel mundial. Como el parque más grande del Perú (2 510 694.41 hectáreas), funciona como el corazón de un enorme corredor de animales silvestres desde el Parque Nacional del Manu hasta Acre, en Brasil, y es quizás el refugio más grande en todo el Alto Amazonas. El parque es la clave para la protección de distintas especies amenazadas que ya no existen en otras partes de la cuenca, como el paiche y la caoba. También, protege las cabeceras de varios afluentes importantes, donde emigran muchas especies de bagres de alta importancia para toda la cuenca”, destaca Fagan, quien ha realizado diversos estudios en la zona.

Según el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), este parque sirve para conservar una muestra representativa del bosque húmedo tropical y sus zonas de vida transicionales, los procesos evolutivos que en ellas se desarrollan, así como especies de flora y fauna endémicas y amenazadas.

Entre las más de 900 especies de fauna, destacan el lobo de río (Pteronura brasiliensis), la charapa (Podocnemis expansa), el otorongo (Panthera onca), el águila arpía (Harpia harpyja) y el guacamayo verde cabeza celeste (Primolius couloni), el guacamayo verde vientre rojo (Ara manilata), entre otras. Entre las especies de flora silvestre, que suman más de 2500, destacan el cedro (Cedrela odorata), la caoba (Swietenia macrophylla) y otras especies de importancia para la industria, medicina y la alimentación.

En la zona además, se garantiza la protección del territorio ancestral de numerosas comunidades nativas vecinas y de grupos en aislamiento voluntario al interior del parque nacional.

¿Por qué no es posible una carretera entre Puerto Esperanza (Ucayali) e Iñapari (Madre de Dios)?

Pueblos indígenas

La mayor parte de la población de Purús, unas 3800 personas, está representada por 47 comunidades nativas de 7 etnias. Sin embargo, la provincia también colinda con territorios habitados por pueblos indígenas en situación de aislamiento, como los Mascho Piros.

En el Perú, de acuerdo a cifras del Ministerio de Cultura (Mincul), existen unos 5 mil indígenas en situación de aislamiento o contacto inicial. Ellos se encuentran en 3 reservas indígenas: Mashco Piro, Murunahua e Isconahua. Además, existen reservas territoriales que están pendientes de ser categorizadas como reservas indígenas, como es el caso de las reservas Madre de Dios y Kugapakori Nahua Nanti y Otros.

“Hay pocos lugares en el mundo tan importantes para pueblos indígenas en aislamiento. Sabemos que por lo menos dos grupos distintos viven dentro del Parque Purús, el Mashco Piro y diferentes subgrupos de la familia lingüística Pano. Los Mashco son una de las tribus aisladas más numerosas en el mundo. Ellos dependen de un paisaje intacto, sin carreteras, donde puedan emigrar estacionalmente en busca de recursos. Ellos tienen el derecho de autodeterminación, de poder continuar con su manera de vivir si así lo desean. Esta manera de vivir depende de recursos abundantes y un espacio para vivir”, afirma Chris Fagan de UAC.

¿Cómo están protegidos los pueblos indígenas en aislamiento, según la Defensoría?

Nelly Aedo, jefa del Programa de Pueblos Indígenas de la Defensoría del Pueblo, destaca que es obligación del Estado peruano proteger a estas poblaciones debido a su vulnerabilidad, sobre todo ante el contagio de enfermedades, ya que su sistema inmunológico no está desarrollado al igual que el resto de la población del país. Una gripe, por ejemplo, puede desencadenar una epidemia y poner en riesgo sus vidas.

Los indígenas en aislamiento, también están amenazados por actividades ilegales como el narcotráfico, así como la tala y minería ilegales, y por proyectos como carreteras, propuestas a veces por las autoridades locales. Una de estas normas es la Ley 30723, que promueve carreteras en zonas de frontera y el mantenimiento de trochas carrozables en la Amazonía de Ucayali.

“Hace poco, la Defensoría del Pueblo ha solicitado –en relación a un proyecto de ley– que pueda garantizarse la intangibilidad de las áreas en las que estas poblaciones indígenas habitan. Nosotros hemos señalado que la construcción de carreteras o trochas carrozables son incompatibles con los regímenes de protección para los pueblos en aislamiento y contacto inicial. La Defensoría ha exhortado tanto al Gobierno central como a los gobiernos regionales a que puedan respetar estos regímenes de intangibilidad”, afirma la especialista, refiriéndose a la la norma promulgada en enero de 2018.

“Creo que no todos entienden la diversidad biológica y cultural que protege el paisaje Purús – Manu. Es uno de los lugares más silvestres en el planeta. No hay otros lugares tan grandes y con las características especiales de flora, fauna y tribus indígenas incluyendo algunas de las últimas tribus aisladas en el mundo. No sólo Perú, todo el mundo tiene la responsabilidad de proteger este paisaje más o menos intacto, sin embalses ni carreteras, donde los habitantes pueden preservar su cultura y vivir en armonía con la naturaleza”, agrega Chris Fagan.

Vía multimodal

Una ruta existente que se debe fortalecer

La vía multimodal es una de las alternativas sostenibles para solucionar el problema de conexión que tiene la provincia de Purús. Se denomina multimodal porque usa diversos modos de transporte: aéreo, fluvial y carretera.

Se trata principalmente de aprovechar la infraestructura peruana y brasileña para el traslado de personas y de productos. La ruta ya existe desde años atrás y fue usada, por ejemplo, para la construcción de la pista de aterrizaje que existe en Puerto Esperanza desde 1994.

Si bien la promoción de esta vía serviría para el traslado de carga y pasajeros, por el momento sólo es viable para carga porque abarataría los costos del flete, ya que por río se pueden llevar varias toneladas de productos, en comparación con lo que se puede trasladar vía aérea. En el caso de pasajeros, todavía no es una opción atractiva, debido al tiempo que dura el recorrido (unas 48 horas) y el costo (hasta 500 soles por pasajero).

Se trata de esta ruta:

Valdemar Rodríguez (izquierda) es un transportista que ha recorrido la ruta multimodal desde la década de 1990.

Foto: Jaime Tranca / SPDA

Valdemar Rodríguez Moura, comerciante brasileño, fue el encargado de trasladar material de construcción para esta pista a través de sus embarcaciones (de 60 a 80 toneladas) que navegaron 15 a 20 días desde Río Branco a través del río Acre y luego por el río Purús, porque no había carretera hasta Manoel Urbano.

Valdemar vive en Santa Rosa do Purús, localidad brasileña ubicada frente a Palestina en Perú. A diferencia del centro poblado peruano, Santa Rosa posee todos los servicios: electricidad las 24 horas, internet, agua y desagüe, centros de salud, colegios, centros comerciales, e incluso cuenta con movilidad escolar. Además, los vuelos son interdiarios (3 o 4 vuelos al día).

Según el comerciante, que además es uno de los fundadores de la localidad, “Santa Rosa está mejor que Puerto Esperanza porque yo creo que tiene que ver mucho con la responsabilidad de sus autoridades”.

La ruta Perú – Brasil – Perú

El año 2017, se promulgó la Ley 30574, el cual declaraba de interés nacional el desarrollo sostenible de la provincia de Purús, priorizando la conectividad multimodal, respetando las áreas naturales protegidas y los pueblos indígenas, en especial a los pueblos indígenas en situación de aislamiento y contacto inicial.

Esta norma se refería principalmente a promocionar la ruta ya existente que va desde Puerto Esperanza a Santa Rosa do Purús (3 a 5 horas vía fluvial), Santa Rosa a Manoel Urbano (15 horas vía fluvial, río abajo), Manoel Urbano a Río Branco (4.5 horas por carretera), y Río Branco hasta Iñapari en Madre de Dios (4 horas por carretera). Usando deslizador y auto, es en promedio 25 horas (41 horas de regreso río arriba).

La otra alternativa es ir de Puerto Esperanza a Santa Rosa (3 a 5 horas vía fluvial), de Santa Rosa a Río Branco (1 hora vía aérea) y de Río Branco a Iñapari (4 horas por carretera). El tiempo estimado es de 12 horas.

En el caso de las embarcaciones de gran tonelaje, pueden salir desde Manoel Urbano a Santa Rosa do Purús (distancia de 786 kilómetros de río y 382 por aire) y demoran 8 días, luego un día y medio hasta Puerto Esperanza.

La vía multimodal en imágenes

Iñapari, ubicado provincia de Tahuamanu (Madre de Dios), es uno de los distritos fronterizos con Brasil. Tiene 1500 habitantes y la principal avenida es la carretera Interoceánica.

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Foto: Jason Houston / Upper Amazon Conservancy (UAC)

A solo 5 minutos se ubica Assis, el distrito más próximo. Assis pertenece al estado de Acre (Brasil), y desde allí –debido a la cercanía– provienen algunos alimentos como el arroz, azúcar y aceite.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

El puesto de control ubicado en Brasil posee una moderna infraestructura, en comparación al puesto ubicado en la parte peruana.

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Foto: SPDA

La carretera Interoceánica por el lado brasileño se encuentra en buen estado hasta Río Branco, aunque posee algunos tramos maltratados.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Río Branco es la capital del estado de Acre. Posee 383 mil habitantes y una extensión 9.2 mil kilómetros cuadrados. Desde esta ciudad se puede arribar avioneta hasta Santa Rosa do Purús o seguir por carretera hasta Manoel Urbano.

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Foto: Jason Houston / Upper Amazon Conservancy (UAC)

Sena Madureira es un distrito comercial de Acre. Desde este lugar se abastecen las embarcaciones que llevan productos hasta Manoel Urbano y a Santa Rosa do Purús.

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Foto: Jason Houston / Upper Amazon Conservancy (UAC)

Manoel Urbano destaca porque desde aquí parten las embarcaciones de gran tonelaje rumbo a Santa Rosa do Purús. Según la creciente del río y el peso de la carga, el traslado puede durar días o semanas.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Las embarcaciones de gran tonelaje son llamadas “chatas”. Estas trasladan desde productos de primera necesidad, hasta materiales de construcción y combustible.

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

Las avionetas salen desde Río Branco, pero también pueden salir desde Manoel Urbano. Los vuelos son interdiarios.

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Santa Rosa do Purús es el distrito brasileño más próximo a Perú. Posee todos los servicios básicos.

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Foto: Jason Houston / Upper Amazon Conservancy (UAC)

A Santa Rosa llegan la mayor parte de productos básicos a través del río Purús. De aquí parten también para Puerto Esperanza (Purús).

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Foto: Jaime Tranca / SPDA

El centro poblado peruano más próximo a Santa Rosa do Purús es Palestina, un lugar que carece de casi todos los servicios básicos.

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Problemas para transitar

Para los que conocen la ruta multimodal, uno de los principales problemas es la falta de importantes instituciones en la frontera, como la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), Migraciones, Policía Nacional, Banco de la Nación, entre otros.

Iván Dávila, representante de Transportes Fénix, empresa que ya ha recorrido esta ruta, comenta que para un comerciante que realiza esta ruta es necesaria la presencia de Aduanas. “Cuando llegamos con productos de Brasil a Perú, necesitamos que Aduanas nos dé el visto bueno y tenemos que hacer un gasto fuerte para llevar a un intendente desde Pucallpa a Purús, a través de un vuelo privado. En total, el viaje de este representante nos cuesta unos 20 mil soles”, afirma el transportista.

En el caso de traslado de productos agrícolas y carne, por ejemplo, necesitarían de una oficina de Senasa, pero aún no existen las condiciones: el centro poblado más cerca de la frontera, Palestina, no tiene un puerto fluvial, no existe un puesto policial y casi todos los productos que consumen son brasileños. Si bien los productos no deberían entrar o salir sin un estricto control, las autoridades del país vecino han optado por dejar que los peruanos entren y compren lo necesario para supervivencia.

Juan del Campo, Director de Desarrollo Fronterizo del Ministerio de Relaciones Exteriores, señala que en el Plan Multianual de Inversiones de dicho ministerio ha incluido el estudio de preinversión para establecer un Centro de Atención Fronteriza frente a Santa Rosa do Purús. Este centro tendría todos los estamentos necesarios para el intercambio comercial y el traslado de pasajeros.

“Nosotros ya hemos hecho uno en Desaguadero, otro en la frontera con Chile y otro en la frontera con Ecuador. El próximo mes estamos por concluir estudios para para hacer lo mismo en la frontera de Iñapari (Madre de Dios – Assis, Brasil). Nosotros calculamos que esto podría empezar a construirse en el 2020”, explica el representante de la Cancillería.

Iñapari no cuenta con infraestructura necesaria para permitir el ingreso o salida de productos. El puesto policial o de Migraciones es precario.

Foto: Jaime Tranca / SPDA

Indígenas exigen implementación

Emilio Montes, presidente de la Federación de Comunidades Nativas del Río Purús (Feconapu), manifiesta que se necesita que se avancen los estudios de la ruta multimodal para que pueda ser usada cuanto antes.

“Necesitamos la multimodal, hay que hacer seguimiento a esta ley para que sea más rápido el funcionamiento de esta ruta. Para que esta funcione, debe haber instalaciones de diferentes instituciones del Estado, por ejemplo: Sunat, Senasa, un puesto de Policía, Migraciones, entre otros. Mientras no exista eso, no habrá nada. Nadie va a poder transitar”, afirma.

“Si la implementación de la multimodal se hace visible, difundiendo y probando el transporte de combustible y víveres, desde Iñapari hasta aquí (Purús), empezaremos a transitar. Al mismo tiempo se sumará la gente, se acostumbrará. Si no hacemos eso, sólo el nombre va a quedar”, señala el lider indígena.

La ruta multimodal según los empresarios



Alternativas de desarrollo

Propuestas para mejorar las condiciones de vida

Purús necesita resolver, en primer lugar, el problema de conectividad. Para ello, requiere fortalecer el puente aéreo e incrementar los vuelos cívicos cuyo costo es de 50 soles por persona. Hasta hace poco, los vuelos cívicos se daban dos veces al mes, pero no era regular y, a veces, sólo había un vuelo cada 30 días.

En su reciente visita a la provincia, en mayo de 2018, el presidente Martín Vizcarra anunció que se destinará un mayor presupuesto a las Fuerzas Armadas para que estos vuelos se den al menos una vez por semana y esto ya se está cumpliendo. Vizcarra también colocó la primera piedra de lo que será el nuevo Centro de Salud en la provincia.

Con la llegada de vuelos semanales, se mejorará el abastecimiento de productos de primera necesidad (desde mayo, el flete por kilo bajó de 6 a 2 soles), se atenderán con mayor rapidez a los enfermos en acasos de urgencias e, incluso, se fomentaría el turismo en el lugar.

Actividades de desarrollo sostenibles en Purús

Electricidad y conectividad

En conversación con Juan del Campo Rodríguez, de la Cancillería, nos informó que actualmente se está trabajando para implementar paneles fotovoltaicos para dotar de electricidad a la provincia, el cual ha avanzado en un 70%.

En cuanto a conexión aérea, Del Campo señaló que ya se está trabajando con la Fuerza Aérea del Perú para incrementar la frecuencia de vuelos. Asimismo, destacó que existe un proyecto para conectar vía carretera a los distritos de Puerto Esperanza y Santa Rosa do Purús (Brasil). Se trata de la vía que llega desde la capital de Purús hasta el centro poblado Salón de Shambuyacu, en Perú, y desde este lugar hasta Santa Rosa, el cual incluso ya ha tenido visto bueno del Sernanp.

“Este tramo no afecta ninguna reserva, no afecta nada de lo que actualmente está protegido y debemos respetar, y tiene aproximadamente 40 kilómetros de extensión”, afirmó Del Campo.

En Purús, algunas comunidades nativas, como Conta, están apostando por la conservación y promoción de lugares como la cocha Pernambuco, donde además se realiza la crianza de paiches.

Foto: Jaime Tranca / SPDA

Proyectos sostenibles

En conversación con el alcalde Purús, Domingo Ríos, afirmó que si bien la provincia necesita resolver el problema de conectividad, otro problema que necesita una urgente solución es la falta de trabajo y de actividades productivas.

Estas actividades, ligadas al aprovechamiento de recursos naturales, cultivo, ganadería, entre otros, son necesarias para que Purús no sea sólo una provincia consumidora, sino también productora.

Cinthia Mongylardi, gerente senior de Bosque de WWF Perú, considera que la población indígena juega un rol muy importante para dar a conocer las necesidades y demandas, con el fin de “lograr actividades que generen sostenibilidad económica, estabilidad en su economía y seguridad alimentaria”.

Chris Fagan de UAC, cuenta que junto con la organización ProPurús, están trabajando en proyectos con el fin de “ayudar a las comunidades indígenas que viven cerca del Parque Nacional Alto Purús y la Reserva Comunal Purús para usar sus recursos en una manera sostenible y rentable”.

“Hacemos esto a través de varios proyectos, incluyendo el manejo sostenible de resinas de árboles como la copaiba, tortugas acuáticas y peces en lagos comunitarios. Hace poco ayudamos con la primera venta de pescado, aplicando un plan de manejo a la comunidad indígena Conta de la provincia Purús”, comenta el especialista.

Fagan también considera que es muy importante que las comunidades sean los protectores principales de las áreas naturales protegidas. “En ese sentido estamos trabajando con la dirigencia del Parque y la Reserva para capacitar y fortalecer 16 Comités de Vigilancia Comunitaria en las cuencas Purús, Yurúa e Inuya. Ellos ayudan de forma directa a los guardaparques oficiales en el monitoreo de actividades ilegales, el estado de especies de flora y fauna amenazadas, y el movimiento de los tribus aislados”, explica.

Emilio Montes, presidente de la Federación de Comunidades Nativas de la Provincia de Purús (Feconapu), señala que las autoridades deben impulsar las actividades productivas en Purús.

Foto: Jaime Tranca / SPDA

Por su parte, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) está promoviendo una propuesta con potencial para la protección del paisaje Purús - Manu. Esta se trata de la creación de un corredor protegido para la población indígena en situación de aislamiento.

“Este corredor tendría más que 9 millones de hectáreas, incluyendo los parques Alto Purús y Manu, cuatro reservas para tribus en aislamiento y varias comunidades indígenas. Aidesep quiere que los gobiernos de Perú y Brasil reconozcan el corredor de manera legal, y que realicen acciones estratégicas para fortalecer su protección, incluyendo el término de proyectos de infraestructura y extracción de recursos que afectan las tribus en aislamiento. Es una oportunidad increíble para Perú, Brasil y todo el mundo, para proteger uno de los lugares más silvestres del planeta y las poblaciones en aislamiento quien viven adentro”, enfatiza Fagan.

Propuesta de los pueblos indígenas

Emilio Montes de Feconapu, señala que una de las opciones para generar ingresos económicos es el manejo de recursos naturales. “Por ejemplo, ahora estamos trabajando vendiendo semillas de caoba, aceite de copaiba, artesanía, pero todo es lento”, aclara.

“Los pueblos necesitan actividades productivas que el Estado puede fortalecer. Por ejemplo, existen programas como el Vaso de Leche, Comedor Popular o Qali Warma y los productos que se consumen los traen de Pucallpa, cuando varios de esos productos pueden salir de las comunidades nativas, del sembrío de arroz o frejoles. Se debería comprar a las comunidades nativas para que se ganen la vida. Necesitamos ese tipo de atención, necesitamos que el Estado cambie”, afirma el líder indígena.

“Los pueblos indígenas necesitan trabajo, necesitan utilidades. El pueblo indígena quiere vivir ganando algún dinero, pero no como regalo, sino a cambio de su trabajo, de sus recursos. Por eso, en busca de eso están saliendo a la ciudad. Muchos se han ido a la ciudad de Pucallpa, hasta se han ido a Ica. Muchos nos dicen que los purusinos estamos sentados en un banco verde, pero nosotros no sabemos cómo aprovechar ese banco verde”, manifiesta Montes.

Entre las comunidades indígenas de Purús falta impulsar actividades como la artesanía y el turismo sostenible.

Foto: Jaime Tranca / SPDA

Turismo vivencial

Iván Dávila, de Transportes Fénix, está convencido de que el fomento y fortalecimiento de la ruta multimodal podrá promover actividades de desarrollo, especialmente el turismo sostenible.

Junto con su padre, Eric Dávila, están trabajando en un proyecto de turismo vivencial con la Comunidad Nativa Cantagallo. El servicio que se brindaría sería de hospedaje en cabañas rústicas (lodges), la oportunidad de compartir y conocer la cultura de la población indígena y fomentar otras actividades alternas como la artesanía, caminatas, entre otros.

“Queremos llevar turistas desde Cusco hasta Purús, para que conozcan a las comunidades nativas. Nuestra idea es trabajar con las mismas comunidades y queremos hacerlo sin faltar el respeto a nadie”, afirma Dávila.

 

Acuerdos para el desarrollo de Purús

Con el fin de fortalecer la integración fronteriza, Perú y Brasil han firmado algunos acuerdos que ayudarían a resolver el problema de conexión, abastecimiento de alimentos, entre otros, en la provincia de Purús.

En el 2012, por ejemplo, la Municipalidad Provincial de Purús y Santa Rosa do Purús (Brasil), firmaron dos acuerdos locales para la comercialización de la producción agraria, pero esta se cumple sólo en un 10%, según el Gobierno Regional de Ucayali.

En el 2009, se firmaron el “Acuerdo marco sobre localidades fronterizas vinculantes”; el “Acuerdo marco para el establecimiento de la zona de integración fronteriza"; y el “Acuerdo marco para el establecimiento de sistemas de control en pasos de frontera”. El objetivo, entre otros, fue impulsar la integración fronteriza a través del desarrollo y la complementación económica y social, el intercambio cultural y la promoción de la cultura de paz entre las poblaciones fronterizas.

¿Cuál es la labor de la Cancillería en el desarrollo de Purús?

“Perú cumplió con el proceso de perfeccionamiento interno. Es decir, el Legislativo aprobó dichos acuerdos, pero en el lado de Brasil ha habido una demora y hasta ahora pervive. Ya tenemos noticias de que entró a Legislativo brasileño, pero no sabemos cuándo va a terminar. Una vez que estos acuerdos entren en vigor, esto permitirá impulsar el comercio”, comenta Juan del Campo, de la Cancillería. Asimismo, agrega que en julio se reunirán nuevamente con el embajador de Brasil “porque nos preocupa mucho Purús”.

Finalmente, en febrero de este año, la Municipalidad Provincial de Purús y Santa Rosa do Purús (Brasil), firmaron un “Acuerdo de transitabilidad de comercio de productos básicos y otros, seguridad, orden interno y conectividad de las áreas críticas de frontera”.

Este Acuerdo tiene tres objetivos: el libre tránsito de productos entre ambos distritos; acciones de actividades ilegales y estrategias de control contra el narcotráfico; y la construcción de un “Camino Vecinal de Puerto Esperanza - Salón de Shambuyacu (Perú), y Santa Rosa do Purús – (Brasil)”.

Estos acuerdos representan algunos avances en cuanto al desarrollo integral de Purús que, como muchos otros lugares del país -en especial los que se ubican en zonas de frontera-, necesitan de una urgente atención del Estado, además de medidas concretas por parte de las autoridades, cobertura de la prensa nacional y acciones de solidaridad por parte de la sociedad organizada.


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